El gobierno argentino, a través del bloque PRO en el Senado, se reunió en forma virtual con representantes de la industria pesquera para discutir las modificaciones al Régimen Federal de Pesca.
La reunión fue decepcionante para el sector, ya que el gobierno solo accedió a eliminar las modificaciones sobre tripulación argentina y descarga en puertos nacionales, pero mantiene la idea de licitar el mar Argentino que ahora sería nacional.
Un profundo desconcierto en el sector después de analizar cada una de las palabras de quienes expusieron desde la parte legislativa. Se mantiene la idea de dar al mejor postor las riquezas del mar, que tantos años de trabajo llevo administrar desde el sector publico y privada para que hoy cuelgue el galardón de ser el ÚNICO caladero del mundo que es sostenible, en equilibrio y con tendencia creciente, incluso dicho por FAO.
Parece que para las nuevas autoridades se desconoce el esfuerzo que se hizo para recomponer una biomasa de merluza critica, sobreexplotada y casi extinta debido a pésimas políticas de espalda al futuro desarrollo sustentable de la pesquería.
Trabajo por parte de innumerables reuniones del CFP, y estudios que según FAO, fueron modelo hasta algunos días atrás por parte del INIDEP, instituto que a pesar de vaivenes administrativos gozo, y goza de un cuerpo de biólogos y científicos de renombre internacional, consultores de la propia FAO en materia de biomasa, equilibrio del medio y la creciente máxima explotación de los recursos vivos, privilegiando siempre la sostenibilidad de los mismos.
Los empresarios pesqueros consideran que una licitación sin tener en cuenta las inversiones realizadas, el empleo en tierra, la historia de captura y la falta de sanciones, parámetros establecidos para la cuotificación, será la ruina de cientos de pequeñas y medianas empresas que generan decenas de miles de puestos de trabajo en la ciudad de Mar del Plata y los restantes puertos del sur argentino.
El cambio de paradigma provoca un cimbronazo en las estructuras de las empresas del sector. Algo inadmisible, pues si poco le falta al desagiado empresariado pujante de Mar del Plata, es el destrato irrespetuoso de quienes, producto del desconocimiento y quizá otros intereses, llevan a una situación crítica al sector con amplia incidencia en la industria naval, hoy, ya herida de muerte.
Sin el requerimiento del procesamiento en tierra como un parámetro clave para acceder a una cuota, la pérdida de empleos será masiva e inevitable. Las pymes que seguramente no logren acceder por licitación es probable que deban cerrar y las grandes empresas reducirán violentamente el ritmo de inversiones dejando una capacidad instalada sobredimensionada para el nuevo modelo.
El impacto social será DEVASTADOR. Y tan solo por una impensada idea de recaudar más, como si el sector, hoy, tuviese especies subexplotadas.
Solo hay que cumplir la Ley, ahí está todo; y si por caso, como erróneamente la Canciller Lic. Diana Mondino cree que el sector obra en forma irregular, es función del Estado nacional, provincial y local controlar y fiscalizar, por cuanto no se puede atribuir al pujante sector pesquero de irregularidades, cuando entes de control permanecen en toda la cadena, incluso de esa manera, comprometiendo no solo a las empresas sino también a decenas de funcionarios e instituciones que obran para brindar los controles desde las capturas hasta la puesta en góndola de los mercados más sofisticados del mundo.
La pesca es competitiva, y de esa manera pudo esquivar PÉSIMAS administraciones económicas y políticas, que de otra manera hubiesen hundido al sector.
Los senadores del PRO no lograron entender la implicancia de lo que sostienen, a pesar de contar entre ellos personas que vienen del sector productivo, industrial, procesador y exportador. Hubo intentos de comprensión por parte de alguna senadora de Córdoba o el propio senador de Misiones, pero no alcanzó a convencer el fondo de la cuestión. No es posible que un sector jamas prebendario y protegido deba pasar por este tormento. Inexplicable.
Hoy, el sector se reunirá con el jefe de gabinete del Ministerio de Bioeconomía, Pedro Vigneau, a las 14hs, otro hombre que viene del sector productivo; se espera que pueda comprender que es necesario eliminar completamente el Capitulo III que modifica el Régimen Federal de Pesca para evitar la debacle de la industria pesquera.
No hay muchas esperanzas porque al parecer este es límite que impone el gobierno y no parece dispuesto a admitir los errores cometidos, muchos menos en su totalidad. Por lo tanto, seguir explicando la situación a los bloques que conforman la Cámara de Diputados resulta clave. Perdónalos, no saben lo que hacen.