El Inidep dejó trascender cierta preocupación respecto al estado biológico de corvina rubia en su evaluación sobre datos de desembarques en la Argentina y Uruguay y algún índice de campañas costeras (Informe 89- Evaluación de corvina rubia para el año 2013 mediante la aplicación del modelo de diferencias con retardo).
El trabajo, realizado por Claudia Carozza y Daniel Hernández, se centra en el estudio para 2013 sobre el área del Río de la Plata, Zona Común de Pesca y Zona Económica Exclusiva de ambos países al norte de los 39º.
“Independientemente del índice de abundancia considerado, las trayectorias de biomasa presentan una disminución en el presente año con respecto a 2012”, señala uno de los párrafos centrales del texto.
Según los investigadores, esto debe destacarse especialmente en el caso de las series de Captura por Unidad de Esfuerzo (CPUE) A1 y AU1 (parejas argentinas y uruguayas), para las cuales la tendencia de la serie en los años 2010 y 2011 es creciente.
“Considerando todas las series utilizadas, la captura precautoria, asociada a un riesgo del 5 % de que se produzca una disminución de biomasa en el año 2014 con respecto al año 2013, comprende valores desde 37.800 t a 42.000 toneladas”, agrega el informe.
Desde el instituto insisten con la profundización de un concepto central en el manejo de cualquier recurso: “Sería importante asumir una actitud altamente precautoria”, exponen.
Además, consideran necesario comenzar a considerar el efecto a corto plazo de mantener determinados niveles de capturas y evaluar las consecuencias. La idea es tender puentes hacia la recuperación de los niveles de biomasa.
Pico histórico en las descargas
Este año, vale recordarlo, se produjo un desembarque record del recurso. Hasta el pasado 6 de diciembre sólo en los puertos argentinos se habían dejado en los muelles 43.847 toneladas, de acuerdo a datos de la Subsecretaría de Pesca de la Nación.
De ese volumen, la flota costera aportó 27.622 toneladas; la de rada/ría, 12.817; y los fresqueros, 3.407. Demanda y precios fueron dos de las claves que sostuvieron este salto, en concordancia con la baja de otras especies.
Por caso, la flota fresquera tuvo un crecimiento interanual de su participación en la pesquería de aproximadamente el 41 por ciento. Ante las limitaciones dadas en segmentos como abadejo y rayas, la costa fue una alternativa.
Menor fue el aumento de las descargas entre los barcos de menor porte: rada/ría, 12,4 por ciento, y costeros, 14,8 por ciento.