Luego de dos años de negociaciones, la Comisión de Pesca del Parlamente Europeo le dio el visto bueno al nuevo Reglamente de Control, que en su fase preliminar, fue aprobado con 20 votos a favor y 8 en contra, previéndose la obligación de que los capitanes notifiquen las capturas a través de un cuaderno de bitácora electrónico, más allá del tamaño de la embarcación.
En aquellos barcos con menos de 12 metros de eslora, el reporte debe ser más simple a través de la utilización de una nueva herramienta, realizándolo en una sola ocasión al finalizar la jornada de pesca.
Los productos procesados también podrán rastrearse a lo largo de la cadena alimentaria después de cinco años sobre la base de un estudio realizado por la Comisión, algo de similares características sobre la tan necesaria trazabilidad que está en marcha en nuestro país.
La geolocalización será de carácter obligatorio en toda la Unión Europea, aunque hasta el año 2030 los Estados podrán eximir a los buques de menos de 9 metros de eslora que faenen en condiciones muy restringidas, como por ejemplo en aguas interiores, de acuerdo a lo que consignan medios europeos.
Para el control de la obligación de desembarque será exigida la instalación de cámaras de circuito cerrado en los buques que cumplan varias condiciones, como por ejemplo que posean 18 metros de eslora o más y además que tengan un alto riesgo de incumplimiento de la obligación de desembarque, incluyéndose un sistema voluntario con incentivos.
Sobre la armonización de las sanciones en la Unión Europea, se ha logrado una igualdad de condiciones para todas las flotas, al establecer valores mínimos y máximos comunes para las sanciones.
La pesca considerada “recreativa” tendrá que declarar obligatoriamente sus capturas por primera vez, a través de sistemas electrónicos, con sanciones en caso de incumplimiento de las normas.
Además, el informe insta a ampliar la cooperación entre Estados miembros y las Agencias de la Unión Europea, reforzando el papel de la Agencia Europea de Control de la Pesca.
Una de las propulsoras de estas medidas -las cuales pueden resultar muy familiares en la Argentina- es la eurodiputada Clara Aguilera quien comentó: “hoy estamos un paso más cerca de la digitalización del sector pesquero y la trazabilidad total de los productos de la pesca y la acuicultura. Este reglamento proporciona nuevas herramientas y más flexibilidad que facilitará el trabajo de los pescadores, respetando plenamente la sostenibilidad de los recursos marinos. Fácil y nos ha costado tiempo, pero el resultado es que hemos llegado a un acuerdo equilibrado y a la mejor regulación posible”, indicó la portavoz de la Comisión de Pesca de la Eurocámara.
Con esta reforma “se garantizan unas normas para el control de la pesca más simples, transparentes, eficaces y armonizadas. Era urgente armonizar el sistema de control e inspección pesquera de la Unión Europea para no crear un sentimiento de injusticia entre los pescadores de los distintos Estados miembros. Damos tiempo suficiente al sector pesquero a adaptarse a las nuevas medidas y las nuevas tecnologías, algunas de las cuales suponen un cambio de mentalidad del sector”, explicó Aguilera.
El proyecto que recoge las nuevas normas deberá ser aprobado por el Pleno en una de las sesiones plenarias en Estrasburgo después de las vacaciones de verano en el hemisferio norte.
Bastante similar a lo proyectado y a lo que se está poniendo en práctica en la Argentina, donde sin pensar y sin leer en muchos casos, todo se vuelve crítico, por la crítica misma.
Algo deben haber aprendido los países europeos tras tantos embates y dificultades. Esperemos que por estas tierras (y mares), podamos hacer lo mismo.
Es evidente que cada día se hace más dificultosa la operatividad dentro del sector pesquero, hoy en la actividad para poder desarrollarla necesitan, más autorizaciones que tripulantes para trabajar. Algo no funciona bien, a veces llegan del sur, otras del norte y muchas desde europa, pero todas ponen en alerta a toda la pesca en argentina.