La pesca y hubo un respiro de alivio en el sector pesquero, industrial naval y las industrias anexas; pero, aunque parezca, nada ya volverá a fojas cero.Â
Antes de analizar lo que deja el proyecto de reforma de la Ley de Pesca, serÃa bueno saber ¿quién fue el autor de esta iniciativa?, ya que, contrario a cualquier proyecto de ley que se pone a consideración del Congreso, este careció de fundamentos que pudieran justificar el cambio de 180 grados que se proponÃa. Por otra parte, ha sido muy llamativo que el secretario de BioeconomÃa Fernando Vilella o el Subsecretario de Pesca Juan Antonio López Cazorla no hayan salido a explicar el proyecto del PEN.
Por mucho menos, cualquier Presidente les hubiese pedido la renuncia.     Â
Aun asÃ, esta reforma puso de manifiesto, más que la calidad de sus textos, la debilidad del sector pesquero, cuya actividad es poco conocida en la sociedad, en los propios ámbitos de poder e incluso, en el Ministerio del área, donde es la prima pobre y fea de la Agricultura y GanaderÃa. Y lo peor, es que, en algunos casos, incluso, se ventila una mala imagen promovida por parte de algunos de sus actores, a pesar de ser parte indivisa de lo que se cuestiona. Esto requerirá un necesario cambio de las reglas de juego. Â
Hay quienes deslizaron que los diseñadores de esta reforma desconocÃan la actividad y el proyecto tenÃa como objetivo una mera cuestión recaudatoria. Nosotros creemos, que no es una ni la otra. Por un lado, para elaborar este proyecto se debió contar con el aporte indispensable de alguien vinculado a la pesca, capaz de analizar la ley de pesca vigente, ya que se efectuaron cambios destinados a producir un importante diseño, que hubiera implicado la destrucción de la industria pesquera nacional existente, para permitir el acceso de buques de terceros paÃses, estén o no pescando en la actualidad los recursos migratorios argentinos más allá de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina o en Malvinas con licencia ilegal de los isleños británicos. Hubo conocimiento, perversidad, audacia y desprecio por la industria nacional.
Aumentar ostensiblemente el canon a través del ingreso de buques extranjeros a la ZEEA; no requerirles ninguna antigüedad a las embarcaciones ni que desembarquen en puertos argentinos y no exigirles tripulación argentina, no hubiese aumentado la recaudación del Estado ya que, como hemos visto en el informe estadÃstico de las empresas, “la pesca no aporta el 0,2% sino el 35% de las ventas†(Karina Fernández, Revista Puerto, 30/1/2024). Aun asÃ, es una facultad del Consejo Federal Pesquero, que está integrado por funcionarios nacionales y provinciales -no por las empresas ni los gremios- quienes pueden decidir sobre el aumento de los derechos de captura, etc. que, en cualquier caso, no puede ser arbitrario, sino tener en cuenta todas las variables internas y las derivadas del comercio exterior.
Habiendo eliminado -como se hizo ante las primeras quejas- algunas de estas excepciones a la ley, no puede esperarse que una actividad se desarrolle y genere más recursos, si las herramientas que se utilizan no están destinadas a producir más y mejor; para ello, lejos de desestimarse las exigencias previstas en el artÃculo 26º y 27º de la Ley 24.922 de Pesca, hay que profundizarlas para premiar a quienes invierten; agregan valor y generan productos de calidad destinados en forma directa a las góndolas de los mercados consumidores; destinan parte de su producción al mercado interno para promover el consumo nacional que está entre los más bajos de Latinoamérica; incorporan tecnologÃa de última generación; capturan y procesan forma sostenible; no pescan en forma ilegal y no realizan prácticas prohibidas, en especial descartan materias primas aptas para el consumo; capacitan y generan mano de obra calificada y registrada; fabrican sus buques en astilleros nacionales públicos o privados y ponen al servicio de la explotación buques de menor antigüedad y seguros; radican sus empresas en lugares estratégicos y de baja densidad poblacional; trabajan con responsabilidad social en relación a sus comunidades, etc.
Quien propició esta reforma no desconocÃa estas exigencias, por el contrario, las eliminó para facilitar el acceso de los buques extranjeros a la ZEE Argentina. Tampoco podÃa desconocer que el sistema de licitación pública fue desechado en todos los paÃses del mundo desarrollado por ser ineficaz para promover una actividad pesquera sostenible, sustentable y estable en los Estados ribereños. Y es muy importante resaltar “la sustentabilidad†porque de ella dependen las empresas y los trabajadores. No deberÃa haber proyecto aprobado por la Autoridad de Aplicación sin sustentabilidad.
Esta reforma podrÃa haber tenido como objeto un proyecto de explotación extranjera directa que hubiera requerido de oficinas ad-hoc en la Argentina para llevar adelante “los negocios†pertinentes o destinado a facilitar el uso de puertos argentinos a embarcaciones extranjeras que pescan ilegalmente al margen de la ZEE Argentina; como el que denunciamos, cuando se promovÃa la construcción del puerto de RÃo Grande; donde la Ministra de Producción de Tierra del Fuego entendÃa que éste podrÃa liberarse al uso de buques chinos que pescan ilegalmente los recursos migratorios originarios de la ZEE Argentina (César Lerena, cesarlerena.com.ar “Ministra de Tierra del Fuego facilitarÃa la pesca ilegal en el Atlántico Suroccidental†26/11/2022; “La enajenación de la administración marÃtima, fluvial y portuariaâ€, 14/6/2023).
Ambos objetivos, se habrÃan sustentado también con la derogación del ArtÃculo 27 bis de la Ley 24.922 que hubiese permitido que buques con licencias ilegales en Malvinas lo hicieran también la ZEE Argentina y viceversa. Por cierto, todo hubiera generado un grave caos en la administración (investigación, conservación y distribución) del recurso pesquero.    Â
Este proyecto no se trató de un mero aumento del canon para pescar; que, si de eso se trataba, hubiera bastado -como dijimos- con una mera resolución fundada del Consejo Federal Pesquero; o bien, aunque no se dice, este Consejo pudo ser parte del problema, donde el actual Subsecretario fue 13 años su miembro.
PodrÃa ser peor en el futuro, porque la actividad queda frente a una delegación de funciones al P.E.N o a nuevos proyectos de este tipo y reciclados en las Sesiones Ordinarias y, no quiero avivar giles, por eso, daré un solo ejemplo, donde la reforma mantenÃa un párrafo del artÃculo 27º: “Las cuotas de captura serán concesiones temporales que no podrán superar por empresa o grupo empresario aquel porcentaje que fijará el Consejo Federal Pesquero sobre la Captura Máxima Permisible por especie a efectos de evitar concentraciones monopólicas indeseadasâ€; un mecanismo que podrÃa dar lugar a que un pequeño número de personas diga cuándo una concentración “es indeseable†y, con este justificativo u otro biológico sin el respectivo fundamento, no se reduzca la cuotas sino los dÃas de pesca, haciendo inviable la actividad pesquera, en favor de nuevos permisos y/o o cuotas (véase antecedentes de los recortes en la Unión Europea) o, todo lo contrario, que unos pocos se queden con todas las cuotas.   Â
Nada de esto lo tuvo en cuenta el sector pesquero. Se manejó a puro instinto, como cuando salÃa a pescar a mediados del siglo pasado con las lanchitas amarillas apelando a la pura abundancia. Y es notable, porque todos sabemos que hablamos de un recurso que debe tratarse “en forma conjunta e integralâ€, como refiere a FAO y la Convención del Mar (CONVEMAR); siendo un ecosistema donde las especies interactúan en una ecologÃa trófica y donde la administración del recurso debe realizarse mediante un “Enfoque Ecosistémico pesquero†(EEP) donde se invierte el orden de prioridades en la gestión, comenzando con el ecosistema en lugar de la especie objetivo y teniendo en cuenta la relación con el ambiente y los aspectos socioeconómicos vinculados con la actividad, por lo cual es verdaderamente notable que exista tal número y diversidad de Cámaras y de Gremios, atomizando la estrategia sectorial que, dificulta, una polÃtica acordada de interés económico, social, biológico y ambiental.
En este proceso angustiante, no estuvieron los argentinos en defensa de esta actividad, porque “viven de espaldas al marâ€, a pesar de que el territorio marÃtimo sea mucho más amplio que el continental y es, que “no se quiere lo que no se conoce†y los gobiernos de turno y toda la actividad tienen una gran deuda al respecto. Tampoco hablaron los consumidores, porque la Argentina, tiene un bajÃsimo consumo per cápita de 4,8 kg por año, por debajo del promedio de Latinoamérica y Ãfrica.
No estuvieron los Intendentes de las ciudades-puertos -a excepción de Montenegro en Mar del Plata- que deberÃan entender que esta actividad es formadora de pueblos, de radicación de industria y generadora de empleos. Y, los gobernadores del litoral marÃtimo se opusieron a la reforma; pero ¿quiénes son, al igual que en el sector agropecuario, los diputados y senadores nacionales y provinciales, cualquiera sea su pertenencia polÃtica, que representan y conocen las virtudes de esta actividad?
Es una obligación del sector tener la iniciativa de renovar y modernizar la Ley 24.922, sancionada ya hace 26 años y muy importante: mostrarles a los argentinos la importancia geoestratégica, económica y social de esta actividad.
Dr. César Augusto Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca.
Ex Secretario de Estado.
Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL)
Presidente de la Fundación Agustina LerenaÂ





