El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) presentó oficialmente una propuesta para el “Plan de recuperación y monitoreo del stock de centolla (Lithodes santolla) en el Área Central de la pesquería”, a través del Informe Técnico Oficial N° 13/2025, elevado mediante la Nota DNI N° 31/2025 del 7 de abril pasado.
La iniciativa se basa en los resultados de la última evaluación del recurso, que incluyó datos correspondientes a la zafra 2023-2024 y a la campaña de investigación realizada en 2024. Según ese análisis, el stock de centolla se encuentra actualmente en el objetivo de manejo (40% de la biomasa virgen), aunque con un riesgo asociado de sobrepesca. No obstante, se destacó una mejora en relación con la condición registrada en 2023.
En este contexto, el plan elaborado por el INIDEP establece una serie de reglas de control de captura para los casos en que la biomasa explotable se ubique entre los puntos de referencia biológicos definidos: el PBRO (40% B₀) y el PBRL (20% B₀).
El enfoque propuesto contempla tres componentes principales:
- Medidas sobre la pesca dirigida, orientadas a reducir la mortalidad generada por la flota centollera.
- Control de la captura incidental, que apunta a minimizar el impacto de la pesca no dirigida, en particular de la flota arrastrera.
- Monitoreo del recurso, mediante el seguimiento sistemático de los indicadores biológicos y pesqueros.


Además, se incluye una estrategia integral de gestión, con medidas adicionales y mecanismos de revisión periódica que permitirán ajustar la planificación en función de los resultados obtenidos.
El Consejo Federal Pesquero (CFP), a través del Acta CFP Nro. 10/2025, prestó conformidad para la implementación del plan, lo que abre el camino a una gestión más precautoria de un recurso clave para la economía pesquera argentina.
La centolla, junto al langostino y la merluza negra, integra el grupo de especies premium del Mar Argentino, con un elevado valor comercial estimado variable entre 18.500 y 21.000 dólares por tonelada. Su explotación responsable resulta fundamental para sostener el prestigio y la competitividad del país en los mercados internacionales.