El sector pesquero español pone freno frente al gobierno de su país para que baje el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en los productos pesqueros.
El ministro recibirá a las organizaciones del sector pesquero –incluido el acuícola- como así también al comercio especializado, formalizando un pedido del mes pasado, en ocasión de la movilización del sector agrícola que fue acompañado por los trabajadores y algunos armadores pesqueros.
De acuerdo a un comunicado, desde el sector remarcaron: “Los pescadores, acuicultores y pescadores coinciden con el resto de los actores del sector primario en una serie de demandas, siendo una de ellas la obsesión medioambientalista de la Comisión Europea a la hora de legislar.”
Con la participación de representantes nucleados en CEPESCA, la Federación Nacional de Cofradías Pesqueras, APROMAR (por los acuicultores) y FEDEPESCA (entidad que agrupa a las pescaderías), llevarán las inquietudes que vienen manifestando desde hace largo tiempo: la baja del Impuesto al Valor Agregado tanto en pescados y mariscos a la venta.
No se trata solamente de una cuestión impositiva, sino que los distintos actores están convencidos de que si esa baja del impuesto se consigue, lograrán aumentar el consumo de pescados y mariscos, algo que se viene denotando en franca bajada, no por desinterés del consumo de esos productos, sino porque los compradores consideran que pagan un precio excesivo por el mismo.
De acuerdo a lo que manifiestan las distintas organizaciones, buscan analizar junto a Planas las distintas propuestas que se debatirán en el Consejo Informal de ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, que se llevará a cabo en la ciudad belga de Brujas la semana próxima, más precisamente los días 24 y 25 de marzo.
Los representantes del sector Pesuqero, como hemos señalado, participaron activamente en la manifestación que fue convocada en Madrid, donde las organizaciones vinculadas a la actividad agraria realizaron la protesta, y desde la pesca aprovechar la ruidosa y numerosa manifestación para visibilizarse a través del reparto de “bocadillos de calamar”.
El punto más conflicto y es el que quieren abordar con el ministro español Planas, es lo que consideran como competencia desleal y es el accionar de terceros países, la falta de estímulo para que se produzca un relevo generacional (algo que también ocurre en la Argentina) y la negativa del gobierno de Pedro Sánchez, a quien le han solicitado una reducción o eliminación del IVA en los productos pesqueros, hoy gravados con un 10%, contra un 4% promedio que abonando por otros productos alimenticios.
El pedido no es caprichoso y tiene raíces bien claras, fundadas en el trabajo de un equipo de investigación de la Universidad de Santiago de Compostela, por un pedido de la Xunta de Galicia, tras lo cual se calculó que reducción del IVA del 10 al 5% en los productos pesqueros vendidos directamente al consumidor final, les generaría un aumento de 28,5 millones de uro en el valor agregado, más la creación de más de cinco mil puestos de trabajo (puntualmente 5.5575 según el estudio), además de una disminución de 17,8 millones de euros en la recaudación fiscal.
El estudio destaca que el mismo fue puesto en “dos escenarios extremos”: por un lado uno en el que el traspaso de la reducción del IVA es asumido en su totalidad al consumidor final, y por el otro, el que las empresas lo interiorizan en la totalidad de sus cuentas.
“El impacto directo, indirecto e inducido en el conjunto de la economía gallega implicaría una caída de la recaudación fiscal de 17,8 millones en Galicia y un incremento total del valor añadido positivo de 28,5 millones de euros, así como la posibilidad de generar hasta 5.575 empleos entre pesca y actividades derivadas”, sostiene.
“En el segundo supuesto, el incremento del VAB sería de 19,1 millones en el conjunto de la economía, con hasta 1.232 puestos de trabajo adicionales potenciales y un costo fiscal de 33,8 millones de euros. Los encargados del estudio concluyen que el traslado real estaría más cerca del primer escenario que del segundo como, dicen, se extrae del análisis de las consecuencias de medidas similares para otros productos”, da como ejemplo.
Las estimaciones son las siguientes a los efectos macroeconómicos: la simulación apunta a un mayor impacto de la medida en el sector de alimentos procesados, además de que tendría efectos “multiplicadores” en hostelería o transporte, mientras que desde los efectos microeconómicos, se estima en un 5% el incremento del consumo en productos de pesca de bajura, 3,4% en la de litoral, 3,2% en altura y más de un 4% para acuicultura.