Sería muy simple enviar los mejores deseos por el Día Internacional del Trabajador a todos los que desempeñan sus tareas en el ámbito portuario y naval –leivmotiv de nuestro portal-.
Claro está que enumerar cada una de las decenas de actividades que involucran al sector podría ser subjetivo y a la vez injusto porque podríamos caer en alguna omisión involuntaria, aunque es dable hacer un breve recorrido.
En estas ocasiones no hay un orden determinado para mencionar los sectores de trabajo, pero toda vez que alguien ve una embarcación que inicia una marea, habitualmente se piense en el capitán, en el piloto, en el patrón, en el maquinista, en los marineros, aunque detrás hay más, mucho más.
Alguien debe transportar los víveres a bordo, y alguien debe prepararlos, alguien realizar la logística general ya sea para un congelador, un fresquero o una “lancha amarilla”, todos requieren del trabajo responsable de cada individuo.
Las condiciones climáticas no son un impedimento para muchos de esos puestos de trabajo. Por caso, las descargas por mencionar algún lugar, donde no se conoce el frío, el calor, la lluvia, el viento, nada les impide continuar con el proceso, porque es eso, se continúa para que el fruto del trabajo en el mar llegue a las distintas plantas procesadoras, donde obreros trabajan a temperaturas extremas para poder lograr la mejor materia prima.
En esos establecimientos está todo adecuado para la continuidad. Los camaristas controlan firmemente los relojes de temperatura, el hielo a utilizar es el adecuado en cantidad y calidad, hielo que alguien se encargó de preparar o bien de recibir desde algunas de las fábricas instaladas en el propio puerto.
Los sonidos de las cuchillas rozando las mesas de acero inoxidable es la música que se escucha de fondo, más allá de algunos sonidos que pueden llegar desde algún radio receptor o bien desde algún moderno equipo de música provisto de un USB.
La observación a la hora de pesar, las anotaciones, las indicaciones, todo es responsabilidad de distintas personas, trabajadores todos ellos.
En las oficinas suenan los teléfonos, donde prácticamente no existen los “fijos” en ese rubro y los celulares son parte del mobiliario y los administrativos hacen su parte, para el mercado interno o para contactarse con bróker e instalar una parte del 95% del pescado argentino en países que conocen de la calidad de lo que por aquí se pesca.
Todos trabajan, todos hacen su parte. No hay partes grandes o chicas, hay una sumatoria de individualidades donde uno o más empresarios se encargan de “mover los hilos” para que la rueda no se detenga, al fin y al cabo eso es también un trabajo y ellos también los que hoy festejan su día.
“No hay trabajadores sin empresas, ni empresas sin trabajadores” nos dijo no hace mucho tiempo un claro referente de la pesca.
Las embarcaciones a las que hacemos referencia en esta semblanza, han requerido una construcción y necesitan un mantenimiento, donde “otros” trabajadores hacen su parte, en las inmensas naves de los astilleros, en un dique “seco”, o arriba de un barco que tiene instalado un equipo de radio –o más- monitores, sondas, radares y varios “etc.” que son controlados por especialistas para la seguridad a bordo, más allá de los elementos que son requeridos e instalados por otros especialistas en la seguridad de la embarcación.
Si hacemos un recorrido mental por cada uno de los puestos de trabajo la lista se torna interminable. Vigiladores privados, supervisores, operadores de cámaras, administrativos, un entramado productivo de un sector que como pocos, no conoce de días, de horarios, de condiciones climáticas.
Por eso hubiese sido muy injusto desde PESCARE resumir este día con un simple “Feliz Día”.
El trabajo dignifica y vaya si lo hace.