El apellido del expositor es sinónimo de pesca, por eso Antonio Gabriel Solimeno combinó su pasión por la fotografía con la tradición familiar, emparentada plenamente con el trabajo en la pesca, puntualmente con el Puerto marplatense. Pero esto no es todo; en la literatura alguien dijo que entre el cazador y el fotógrafo no hay diferencias, ¿acaso el pescador no es un cazador….?, sin embargo, marcamos una gran diferencia desde estas líneas, pues el fotógrafo busca la perpetuidad de una imagen, de un momento, de un sentir, imborrable en el tiempo y para futuras generaciones. Hoy, a todos nuestros lectores y a quien hacemos PESCARE, nos complacen aquellas viejas fotografías del puerto en sus albores, con hombres y sus canastas, llegando entrada la noche para el desafio del encuentro con la mar. Ya mojados con el roció y una vieja gorra o boina que los separa del agua, como si en aquellas lanchas no recibirían el salitre en la cara. Para ellos, el agua de mar era suya, la lluvia no; mojaba. Y hasta quedó ese viejo dicho mas estético y representativo de las siguientes generaciones que obliga a pensar que para un hombre de mar, agua de arriba y agua de abajo, es lo mismo.
Volviendo a la fotografía, es un gesto, acercar el trabajo a la gente. Nada menos que en el Hall Central del Municipio, la idea es mostrar el trabajo en el puerto y por sobre todo, su gente. Quienes, sin sábados, domingos ni feriados, llega al puerto para rendir culto al trabajo como único camino hacia la prosperidad y el bienestar. No se crece sin trabajo.
Por eso elegimos esta muestra y aprovechamos para encontrar a Antonio «Tony» Solimeno junto a su hijo, Antonio Gabriel, juntos, por la misma senda, intentando enaltecer «el puerto y su gente» en una muestra llamada » Trabajadores del Puerto «.
En el diálogo de Antonio Gabriel con PESCARE deja ver que quiere mostrar algo más que una actividad laboral; en un detalle no menor, sin desviar sentidos, las fotografías en blanco y negro, porque en el fondo, lo importante no es el brillo y el color, sino la esencia de lo que se pretende mostrar.
Una muestra muy particular que hasta el momento no se vio de acuerdo a estas características.
La idea parte desde una historia familiar, donde el puerto siempre estuvo presente, desde mi abuelo, mi papá, mi tío, mi hermano, mis primas, ahí se mezcla un poco el trabajo, el día a día. Se dio la oportunidad de ir juntando todas estas fotografías del Puerto y mostrar que no solo es la parte de embarcados y fileteros, sino que hay mucha más gente involucrada en el proceso, ya sea de control de calidad, serenos, gente que está en la descarga, administrativos, rederos, seguramente me olvido de muchos. Lo que el puerto da, es un motor de trabajo en la ciudad, te repito, no sólo desde los embarcados, sino todos estos oficios afines que se ven en cada foto.
Cada foto tiene un espíritu, algunas seguramente surgieron espontáneamente, pero otras lo has buscado. ¿Qué encontraste en ellas?
Es un poco lo que contaba recién, es demostrar que el Puerto es más que la gente que se embarca, obviamente que es la principal, pero también hay muchas personas en la parte de construcción y reparaciones, que son obreros navales. Es toda gente que en cierta manera es anónima.
Lo que busco en la muestra es tratar de dar a conocer al resto de la ciudad, los distintos oficios que están involucrados en el Puerto, y en la pesca principalmente.
¿Este es el estilo de fotografía con el cuál te identificas? ¿O simplemente lo hiciste por lo que nos estabas contando?
Yo soy más “paisajista”, sobre todo paisajes nocturnos, insisto, se me fue dando más de manera natural, por una cuestión laboral, de cosas que veo día a día. Lo fui compilando a través de tres, cuatro años y ahora se dio la oportunidad de armarlo en un formato de serie y de manera impresa.
La tradición familiar indica que la vinculación laboral tiene que ser con el sector pesquero, acá combinaste ambas de una manera excepcional.
Así es, bueno a mi hermana también le gusta sacar fotos. Mi hermano está más en la pesca, pero de otro modo, es más fanático de la pesca deportiva. Pero la pesca siempre estuvo presente en todo en nuestro crecimiento.
De chicos, mi papá, capaz, un domingo, nos llevaba a la oficina a jugar (risas), o íbamos a comer a lo de Saumell un asado y siempre estábamos rodeados de radares o íbamos al astillero Contessi, éramos chicos y Federico o Domingo nos hacían las espadas de madera, cosas así, por eso te digo que siempre estuvo presente en todo el ámbito de nuestra familia.
Toda la muestra está hecha en blanco y negro… ¿Se perdió el blanco y negro en la fotografía?
Sí, el blanco y negro nace en la parte analógica y hoy con las cámaras digitales, está la opción siempre de sacar tanto color, como blanco y negro. Este es un formato que a mí me gusta en lo personal, para lo que es retrato, así que elegí este modo de presentarlas, en blanco y negro para todo lo que es esta muestra, que está más identificada con personas.
Además me permitió unificar diferentes momentos, sin que se note tanto la diferencia de temporalidades.
¿Se usa un equipo especial para hacer estos retratos?
Ahora estoy trabajando con una cámara Sony Alfa de formato completo, de 35 milímetros, y “full frame”, antes había sacado algunas con una Nikon. En la presentación, por un tema de espacio y lugar no podían ser fotografías muy chicas y me fui todo a un formato de 50×70, más que nada por las casas de impresión, que por una elección propia.
Se homogenizó todo en 50 por 70 centímetros, algunas apaisadas, otras verticales.
¿Qué le estás diciendo a la gente del puerto, más allá de lo que nos contabas al principio de la nota? ¿Cuál es el mensaje a través de este trabajo?
Que esto somos, que el Puerto está hecho en base a los trabajadores, a todos los que estamos ahí, a su labor. Que son todos parte importante de lo que es la cadena productiva de la pesca y del puerto, cada uno en roles diferentes, pero todos con su importancia y peso.
Así nos alejamos, recorriendo cada una de las fotos, con la misma sensación de un atelier, donde cada pintor expresa algo mas que un simple cuadro. Detrás de cada foto esta el culto al trabajo, esta le gente. De nada vale el puerto entre la herrumbre de sus cadenas y bitas, sino no hay fuerza motora capaz de convertir un pez en un pescado, y el mismo en un producto listo para alimentar a una nueva familia distante muchas veces decenas de miles de kilómetros. Cansados estamos de decir que Argentina es un pais rico, claro que lo es, pero para llevar esa riqueza a desarrollo y trabajo, hace falta su gente. En el puerto y mediante esta exposición, eso es lo que se muestra, el esfuerzo de su gente para convertir una riqueza en desarrollo productivo.