El dragado fue determinante y necesario para mantener los canales y áreas de maniobra operativas, facilitando el flujo continuo de bienes y servicios. Este puerto, uno de los puntos neurálgicos para el comercio exterior de la Patagonia argentina, necesitaba urgentemente esta intervención para asegurar la entrada de buques de gran calado y optimizar su operatividad durante al menos los próximos 15 años.
La tarea de dragado fue realizada por la draga ecológica de succión por arrastre Ortelius, operada por la Compañía Sud Americana de Dragados, que arribó al puerto de Buenos Aires pasadas las 23 horas de ayer.
Este equipo de alta tecnología cumple con los más estrictos estándares medioambientales, como la Fase V de la Unión Europea y las normas Tier III de la Organización Marítima Internacional (OMI), logró remover aproximadamente 255 mil metros cúbicos de sedimentos acumulados en las áreas de muelles y antepuerto.
El sedimento extraído fue depositado a 6,5 kilómetros de la línea costera, en una cuadrícula de 800 x 800 metros, siguiendo estrictas medidas de preservación ambiental. Durante todo el proceso, observadores ambientales e inspectores de obra estuvieron a bordo para garantizar el cumplimiento de las normativas y supervisar las actividades.
La finalización del dragado trae múltiples beneficios para el puerto y la región. Con una profundidad mínima asegurada de 7 metros en el antepuerto y 10 metros frente al muelle de Ultramar, el puerto podrá operar ininterrumpidamente las 24 horas del día. Esto permitirá la entrada de buques de hasta 10 metros de calado (33 pies), alineando el puerto con los estándares de los principales puertos de Argentina.
La optimización del puerto beneficiará a diversos sectores productivos, incluyendo la industria eólica, petrolera y gasífera, la pesca, la producción de cemento y futuros proyectos de hidrógeno verde. Las operaciones se desarrollaron bajo un compromiso constante con la sostenibilidad, incluyendo monitoreos diarios y seguros medioambientales para prevenir cualquier daño ecológico.
La obra, que tenía un plazo de ejecución de 60 días, concluyó en tan solo 30 días gracias a la capacidad operativa extraordinaria del equipo y las favorables condiciones climáticas. Favio Cambareri, Administrador Portuario, expresó su optimismo: «Con este dragado, recuperaremos las condiciones de profundidad que tuvo el primer dragado en 1996, permitiendo la entrada de buques de hasta 10 metros de calado.»
El presupuesto total de la obra fue de U$S 4,6 millones, con fondos provenientes de recursos propios de la Administración Portuaria y el respaldo financiero del Banco de la Provincia de Chubut. Según las autoridades, esta inversión estratégica se amortizará rápidamente gracias al aumento subsiguiente de la actividad portuaria.
La finalización del dragado en el puerto Antonio Morán de Comodoro Rivadavia representa un avance significativo para la región, mejorando su competitividad y sostenibilidad. Esta obra no solo optimiza la operatividad del puerto, sino que también asegura un impacto positivo en la economía regional y la protección ambiental. Con la colaboración de las autoridades portuarias y la tecnología avanzada de la Compañía Sud Americana de Dragados, el puerto se prepara para un futuro prometedor, fortaleciendo su posición en el comercio global.