La regulación del uso de los mares y océanos para hacer compatibles todas las actividades que conforman la economía azul, desde la pesca a la obtención de recursos energéticos o el desarrollo de la eólica marina, fueron algunos de los temas abordados y que evidencian una preocupación mundial.
“Es una industria puntera y un sector del que podemos sentirnos orgullosos”, manifestó la secretaria general de Pesca de España Isabel Artime, quien recordó que España es la primera flota de Europa en términos de capacidad, que opera en todos los mares del mundo y que se dirige en su conjunto a las especies de mayor valor.
Además, reconoció el esfuerzo del sector pesquero para «minimizar su impacto sobre especies protegidas, adaptar las redes y cumplir con la obligación de desembarque. El sector es el primer interesado en tener mares y océanos limpios porque de eso depende su futuro. Pero no puede haber sostenibilidad si no es rentable”.
Por su parte el decano territorial del Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos en Galicia, Jorge Dahl, manifestó que “la pesca fue la principal fuente de ingresos para muchas familias durante décadas. Hoy, sigue jugando un papel fundamental en las comunidades costeras: genera empleo y dinamiza toda una industria que incluye desde los astilleros hasta las cadenas de distribución, lonjas, empresas auxiliares o los canales de exportación e importación”.
Es esa actividad importadora precisamente, la que la secretaria de Pesca, Isabel Artime, considera como otro de los retos más relevantes, la funcionaria española puso de relieve que “pese a la fortaleza del sector no logramos cubrir el 100 % de la demanda en España. Avanzar hacia la autonomía alimentaria es uno de los más urgentes desafíos de Europa. Es necesaria la renovación de la flota para construir una flota del siglo XXI”, destacó.
Sobre este tema, Artime aseguró que “España ha presentado ante la UE la necesidad de acelerar la transformación energética. La mayoría de las energías renovables probadas han sido proyectos piloto y en buques de transporte, pero la pesca va un poco por detrás”.
Desde España señalan que contando con una flota envejecida, que tiene una media de 30 años, la renovación es clave para contribuir al relevo generacional del sector.
“Necesitamos barcos más sostenibles, seguros y también más habitables. Todo el desarrollo y todo el apoyo en esa modernización es un enorme desafío que necesita un apoyo financiero detrás y que, con seguridad, marcará la agenda del sector en los próximos años”, destacó la reconocida funcionaria ibérica, a la vez que dejó un mensaje: “la labor de los ingenieros navales como catalizadores de esta actividad nos ayudará a encontrar soluciones más prácticas que contribuyan a reducir la brecha entre los buques del siglo XX que tenemos hacia los buques del siglo XXI que necesitamos”.
Sobre el destacado Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima, el número 62 en su realización, se celebró en el Palacio Euskalduna de Bilbao, donde en su primera jornada se abordó el reto compartido por la industria en su conjunto: la generación de vocaciones en el ámbito de la ingeniería Naval.
De la misma manera se debatió sobre los combustibles del futuro, entre los que el amoníaco y el más, se ha debatido sobre los combustibles del futuro, entre los que el amoniaco y el metanol parecen los mejor posicionados para avanzar hacia una economía verde.
Han coincidido en las distintas mesas redondas en que se están dando grandes oportunidades de empleo a través de la industria naval y la urgente necesidad de actuar entre las edades más tempranas para orientar su formación e interés hacia las disciplinas STEM.
Las disciplinas STEM (un acrónimo que hace referencia a Science, Technology, Engineering, Math) son aquellas carreras que tienen que ver con oficios considerados las profesiones del futuro, es decir Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemática.