El COVID-19, la pos pandemia y ahora la crisis energética generada por los incidentes bélicos entre Rusia y Ucrania, alertan sobre el mercado pesquero español. Ya la flota pesquera de Galicia desde fines del 2008 hasta la fecha viene en retroceso, hoy también envejecida, con índices de edad media de los barcos gallegos que se sitúa en 36 años, por encima de la media nacional de 34 años y de la europea de 33 años.
El censo de buques acumula otro año de retracción en consecuencia con la tendencia iniciada haca casi 14 años. En el año 2020 había 4.330, unos 35 menos que en el año precedente y la pérdida de más de 950 desde el 2008 cuando había más de 5.200 barcos activos.
Ese fue el informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que en su conclusión profesa la idea “ urgente modernizar y renovar la flota para ser más competitivos y para revertir uno de los grandes problemas que tenemos que es la falta de relevo generacional «, indica Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). “Necesitamos gente joven que quiera trabajar en el mar y somos conscientes de que hay que ofrecer mejoras en la habitalidad de los barcos”, explica Touza acerca de los objetivos del plan de modernización y renovación de la flota que ARVI impulsa.
También el mismo informe deja explicito que no se trata de aumentar el esfuerzo pesquero, sino de adaptarse a las nuevas circunstancias que el mercado laboral exige, más comodidad y mayor cantidad de jóvenes para el trabajo sobre nuestros buques que buscan eficiencia energética, nuevas tecnologías y las mejoras medioambientales que marca la sociedad europea.
Galicia representa el 50% de la flota pesquera española formada por barcos arrastreros, de palangre, bacaladeros, atuneros, de cerco y artes menores. Es este segmento el que representa el grueso de la flota, el 90% del total, con trabajos en el caladero del Cantábrico y Noroeste donde el 88% de los barcos son gallegos. Por puertos, los que tienen mayor capacidad pesquera en España son los de Vigo, Bermeo, Las Palmas, Burela y Cillero. Y en Galicia son los de Noia, Arousa, Ribeira, Cambados y Rianxo los que albergan el mayor número de buques de pesca. De los 4.330 que hay en Galicia, algo más de 2.200 están en la provincia de Pontevedra y 1.900 en la de Pontevedra.
En los últimos años, ante caladeros saturados, la flota de Vigo busco la zona FAO41 como alternativa de poderosos arrastreros que operan sin control sobre el margen pegado a la milla 200. Robalo, merluza negra, Merluza de cola, abadejo, calamar illex y hasta el langostino que perdido sobre el margen Este de la ZEEA sale, es pescado y procesado a bordo como propio, para competir casi deslealmente con el argentino salvaje y austral. Las condiciones en estos grandes buques de arrastre, si bien son de primer nivel, no hay que dejar de lado los 70 a 90 dias de mareas, la descarga en Montevideo y la vuelta a zarpar, por demás lejos de hogar y familia. Otro agravante para la juventud que esta acostumbrada a tareas mas fáciles, son seducidos solo por crecientes precios y comodidades a bordo, situación que repercute también con la rentabilidad de las empresas pesqueras.
Parte de la flota arrastrera de Vigo ve como alternativa el sur de África y hasta las licencias apócrifas de Malvinas, al margen de la línea exterior de la ZEEA sobre la misma milla 201.
Así mismo, la caída de la actividad, la rentabilidad de la pesca española por una suba violenta de la energía, no solamente para mover buques sino la eléctrica para mantener industrias de procesado y frigoríficos, impacta directo con la actividad que insinúa recuperarse de varios dias de medidas de fuerza como consecuencia de protestas frente a las autoridades que no paran de adecuar el precio de los insumos energéticos a las realidades del mercado convulsionado del petróleo.
Mientras tanto, se avecina Semana Santa, con importante demanda en las tradicionales mesas europeas donde el catolicismo es parte de la vida, hábitos y costumbres cotidianas que ven como los precios se afirman y empujan al alza, haciendo inalcanzable los productos de mar.
Menos buques pesqueros, mayores costos energéticos, mayor paga por mano de obra, generan menor rentabilidad y ponen de manifiesto una oportunidad única para Argentina que disputa por consolidar un modelo pesquero donde la integración de los sectores parece haber encontrado un equilibrio, a pesar de reuniones sectorizadas y parciales por fuera del Consejo Federal Pesquero, que es el ámbito para fomentar las políticas pesqueras integrales del país.
Resumen gentileza de Faro de Vigo