Los tres ejes de mayor preocupación y no tan expuestos públicamente tienen los tres mencionados ejes en común. Uno de ellos los riesgos tecnológicos a los que hoy se enfrentan las estaciones portuarias, un tema de desvela para las administraciones responsables y no tanto tal vez para los actores que operan por fuera de la estación o no forman parte de ella.
El informe reseña que para las empresas no contar con personal calificado para manejar las nuevas tecnologías implica desafíos. El paso de las actividades portuarias a la digitalización ha optimizado las operaciones, la exposición a nuevas amenazas del entorno informático, como la vulnerabilidad a los ciberataques, una preocupación en Latinoamérica para los gobiernos que se precian de tales.
Por eso algunos de ellos están impulsando estrategias respecto a la formación en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), especialmente en los vecinos Brasil y Chile, como así también en México.
Estas señales de atención, han hecho que las empresas internacionales queden expuestas a perder millones, tal el caso de la naviera Maersk (conocida en Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Deseado por operar con al menos estos tres puertos argentinos) que en los últimos años ha sido víctima de ciberataques, los que afectaron a algunos puertos en los que opera.
La información que se almacena en los puertos, no es solo de vital importancia para sus administradores y las empresas que lo rodean, sino que también la gran cantidad de datos que se utilizan son propiedad además del Estado Nacional, donde la seguridad nacional es uno los puntos en donde poner foco.
En algunos lugares el tema puede ser pasado por alto, por falta de recursos o por la subestimación misma, como tantos otros temas portuarios que no son más que el reflejo del desconocimiento. Lo que no se conoce se subestima, lo que no se conoce se minimiza.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un organismo que depende las Naciones Unidas, desde el año 2016, los ciberataques han aumentado notablemente, llegando al 175%.
Los indicadores de tendencia marcan que este tipo de acciones tendrá un crecimiento exponencial en los próximos años, y casos como el “ransomware WannaCry” del año 2017 (un virus conocido como criptogusano) y “NotPety” –un virus del año 2018- serán cada vez más comunes.
Otro de los temas que son puntos de preocupación en los puertos de Latinoamérica es la “Dependencia energética”, donde la digitalización se emparente con el incremento de la dependencia energética para el correcto funcionamiento de las infraestructuras.
El riesgo demanda el mantenimiento del el suministro energético en buen estado para asegurar los estándares óptimos de funcionamiento, algo que no es tan común al menos en los puertos argentinos, donde se está viendo un cambio en la modernización de las estructuras, pero sin llegar aún a la optimización.
Las inevitables condiciones climáticas hacen que el deterioro de todas las estructuras se vean permanentemente afectas (la temperatura y la humedad por caso), llegando a provocar incendios, fugas de gas y de agua, sin dejar de lado las condiciones de salud de los trabajadores por el riesgo permanente al que se enfrentan a pesar de las medidas de seguridad.
Los riesgos climáticos también es un punto de color rojo. Como mencionamos líneas arriba, los puertos son infraestructuras expuestas a distintos fenómenos climáticos ya que son los primeros lugares en que estos eventos tocan tierra.
Las infraestructuras portuarias argentinas no tienen tanta afectación por las condiciones climáticas adversas si se las compara con las tormentas tropicales y huracanes en el Caribe y la Costa del Pacífico norte; la temporada de lluvias en las zonas selváticas de Latinoamérica; El fenómeno del Niño en Perú y Ecuador; y eventos sísmicos y volcanes en los países del pacífico que se sitúan en denominado “Cinturón del fuego”.
Los robos y los actos vandálicos fueron subrayados con color rojo en el dossier de la empresa de seguridad que lo realizó, donde destaca que una de las principales actividades criminales es el robo de carga o secuestro de bienes en los puertos.
De acuerdo a “Organized Crime Index” (Índice Global del Crimen Organizado), México, Brasil, Colombia, Honduras, Panamá́ y Venezuela se configuran como los Estados latinoamericanos que presentan una mayor incidencia de la criminalidad organizada.
Por otra parte, en Chile, Ecuador y Perú hay mayor incidencia de actos vandálicos a modo de protesta cometidos, por ejemplo, producto de la conflictividad indígena en algunos de estos países, donde el envío de ciertos bienes puede configurar el foco de un conflicto de activistas.