Un grupo de pescadores dedicados a la pesca artesanal llevaron adelante una ruidosa protesta, la que incluyó quema de neumáticos, a modo de visualización de un pedido que están realizando: que los buques pesqueros comerciales no pesquen más en el Golfo San Matías, ya que consideran que están sobreexplotando el langostino de esas aguas.
La protesta fue realizada ante la subsecretaría de pesca rionegrina, donde representantes del sector artesanal, protestaron mientras se realizaba una reunión entre autoridades, pescadores artesanales y miembros del sector industrial, donde mantuvieron una discusión sobre el futuro de la pesquería en el Golfo San Matías, sobre todo en relación a la pesca del langostino, ya que considera que la pesca comercial afecta negativamente en lo que es su medio de vida.
Hasta el último registro oficial de la subsecretaría de Pesca y Acuicultura –el 29 de noviembre- el puerto de San Antonio Oeste había descargado 224,9 toneladas de langostino, lo que representa el 0,13 % del total de las descargas de todo el país, a pesar de la extensa «área de veda Bridi» (otro lobby de una provincia dentro del CFP admitida por cambio de figuritas con otras provincias, al igual que Chubut en el «área de veda martillo al sur de Península de Valdés), por fuera del aquel golfo, pero que genera buena actividad en el puerto rionegrino que a través de distintas acciones busca constantemente poder crecer.
Tras la reunión y la protesta, las partes acordaron que la semana próxima mantendrán un nuevo encuentro para poder abordar más en profundidad la situación que hoy enfrenta al sector de la pesca artesanal con la pesca industrial.
La principal preocupación que expresan los artesanales es que, según argumentan, en la zona del Golfo San Matías de barcos de mayor calado y por supuesto mayor capacidad de bodega, varios de ellos de hasta 1.500 cajones, lo que sería el equivalente a la captura que pueden conseguir unos 35 barcos artesanales, según argumentan.
A pesar de hacer esta denuncia pública, los representantes de los barcos artesanales no dieron a conocer cuáles son esos buques que estarían pescando de una manera indiscriminada según su entender, pensando en que desde hace más de un año y medio estaban esperando la llegada del Pleoticus muelleri a la zona del Golfo y ahora que aparece, pretenden que no todo sea capturado por embarcaciones de mayor porte.
También han denunciado que varios de los barcos que están pescando tienen apenas su proyecto pesquero en marcha, pero no definitivo, a la vez que según dicen los artesanales, varios de los que ya están pescando no tienen sus permisos actualizados.
Los representantes de los barcos de menor porte esgrimen que de los 11 permisos industriales que hay en la actualidad, solo 7 estarían en condiciones de pescar en la zona del Golfo San Matías.
Para la próxima reunión se esperan los resultados que brinde el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero sobre el crustáceo, la que comenzó a comienzos del mes pasado en la zona, a través de una campaña del Programa de Pesquería de Langostino que tuvo a la Lic. Paula Moriondo a cargo de la misma a bordo del BIP Mar Argentino.
En la mencionada campaña también participó un investigador científico que reviste en el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni”, donde se buscó además obtener muestras de zooplancton y determinar las variables oceanográficas para un exhaustivo estudio del Pleoticus muelleri.
El conflicto no termina en el ámbito de la captura, sino también que existe una preocupación sobre el procesamiento del langostino, ya que hay un gran desacuerdo con respecto al lugar de procesamiento, que puede ser en San Antonio mismo o bien Sierra Grande.