Por tercer año seguido, la segunda campaña de pesca de calamar loligo en las Islas Malvinas se ve interrumpida por la escasez del recurso. El Departamento de Pesca de las Islas, notificó el cierre temporal de la pesquería invernal el pasado 7 de agosto, estableciendo una suspensión de 48 horas.
La decisión, fundamentada en criterios de conservación y sostenibilidad, llega después de comprobar una marcada reducción de la biomasa al inicio de la temporada, que había comenzado el 27 de julio. Los cálculos iniciales estimaban una disponibilidad de 29.735 toneladas, cifra que se ajustó primero a 21.695 toneladas y luego a 14.722 toneladas, con un rango inferior de confianza que desciende hasta las 6.539 toneladas.
El cierre refleja una tendencia que inquieta a la industria pesquera y plantea un desafío económico para el propio gobierno isleño, que depende en gran parte de los ingresos de esta pesquería para financiar proyectos de infraestructura.
Según el comunicado oficial, la clausura es provisional y está sujeta a una evaluación continua de las capturas. En coordinación con el sector pesquero, se prevé definir el plazo y el buque que llevará adelante una nueva campaña científica destinada a actualizar la estimación de biomasa. Los resultados de ese estudio serán clave para decidir si la temporada podrá reabrirse o permanecerá cerrada.
En este caladero del Atlántico Sur operan exclusivamente 16 buques de sociedades mixtas, entre ellas empresas viguesas como Pescapuerta, Pereira, Wofco, Copemar y Chymar. Tras la suspensión del 7 de agosto, ahora la expectativa está puesta en el próximo comunicado del Departamento de Pesca, que definirá cómo continuará la temporada.