El día miércoles en las modernas instalaciones que posee la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca en la Av. Juan B. Justo 518 en la ciudad de Mar del Plata, se llevaron a cabo, sendas Asambleas, de acuerdo a lo que marcan sus estatutos.
Luego de las mismas, tuvimos ocasión de dialogar con Jorge Frías, su Secretario General.
¿Cómo fueron desarrolladas las dos asambleas previstas para este miércoles 6 de octubre?
Fueron dos asambleas que estaban previstas y anunciadas como corresponde de acuerdo a la normativa del Ministerio de Trabajo.
Una era para elegir la Junta Electoral para el nuevo proceso eleccionario que tendremos en breve y que ya el día de mañana se pondrá en funciones.
La otra asamblea era para darle tratamiento a la memoria y balance de los últimos tres años que no se pudieron llevar a cabo por este aislamiento que se tuvo que llevar adelante en función de la pandemia.
Debíamos el balance del 2018 que deberíamos presentarlo en abril del 2019 y fue cuando tuvimos que aislarnos, y a posterior se junta el del 2019 y 2020 que lo estamos cerrando bien.
Afortunadamente las dos asambleas (una más concurrida que la otra). Estamos ante una flota que todavía está activa. Se suma la flota fresquera que es la que teníamos más expectativa que se sumara y está operando en la anchoíta y también nos genera una dificultad. Algunos barcos que llegaron el día de ayer, que no pudieron entrar, evidentemente está saturado el puerto ya y no encontraron muelle, había cinco o seis barcos en rada.
Podemos decir que fue todo con normalidad.
Todo con normalidad. Se aprobó la Junta Electoral y se aprobaron los balances, así que hay seguir trabajando.
¿Hubo cuestionamientos u objeciones?
No hubo ningún cuestionamiento, los dos contadores que intervinieron fueron puntuales en los detalles. La memoria a la cual le di lectura fue amplia y dentro del contexto también de sintetizar tres años. Tanto el balance (ingresos y egresos), los compañeros ven claramente donde van sus inversiones, tanto en propiedades y los arreglos tanto en Puerto Madryn, en Rawson, en CABA que pudimos instalar nuestra sede propia después de tantos años, en un edificio central, cercano a la subsecretaria de Pesca, al Ministerio de Trabajo, a la CGT, áreas de nuestro incumbencia.
En Mar del Plata remodelamos y pusimos en valor la sede central, planta baja y los dos pisos y también muy importante el espacio físico que compramos también en Juan B. Justo al 300 que es donde va a desarrollarse el CESMAr. Ya está todo instalado, habilitado formalmente como centro de estudios y nos falta la aprobación para poder empezar a dictar los cursos que son para ofrecerle de una manera ágil y sin costo a nuestros afiliados.
Hay quienes se quejan que las capacitaciones las tienen que hacer los gremios, ustedes hacen mucho hincapié en poder sumarle conocimientos a sus afiliados.
Entendemos que no se puede desarrollar una industria sin educación, donde aquel patrón o capitán que tenía como objetivo solamente capturar y llenar la bodega, cuidando el buque y la tripulación, no tendría más función que esa y hoy el desarrollo de la industria pesquera en cuanto a las formalidades que se plantean desde la propia subsecretaría de pesca, o de la Armada o de la PNA nos obliga a tener conocimientos nuevos, manejo de tecnologías, los barcos se equipan con nuevas tecnologías, la Subsecretaría nos demanda cumplimentar planillas y formularios a los cuales el pescador que solo pensaba en pescar, no tenía la formación para hacerlo.
Apostar solamente a herramientas nuevas de trabajo y no capacitar al recurso humano es algo que no va.
La decisión nuestra, que es posterior a haber dado una gran lucha para tener los CCT, que esta organización no tenía, tardó 28 años.
¿28 años sin CCT? ¿A qué se debió esto?
No sabría explicarlo porque sería criticar gestiones anteriores que deben haber tenido sus motivos, pero lo entiendo en el hecho de que la Asociación es uno de los gremios más jóvenes del país, con sus recientes 38 años.
Es un gremio joven que comenzó a partir de desvincularse del Centro de Patrones Fluviales, allá por el año ´82 y hay que entender que aquellos pescadores del momento que tuvieron esa gran valentía de pensar en cómo conducirse ellos mismos y atender sus necesidades entre ellas la salud, dieron ese paso, pero la burocracia argentina en cuanto a instrumentar cualquier tipo de actividad, tenemos claro que no es la mejor cualidad de la Argentina.
Me viene a la memoria el capitán Juan José Bericht cuando encaró algo más complejo que es unirse para formar la propia obra social y ahí entramos en otro encuadramiento que depende de la Superintendencia de Salud que vaya si es burocrática.
Afortunadamente en el ´96 logró la documentación necesaria y a partir del ´97, ´98, OSPESCA, que es nuestra obra social, comenzó a funcionar.
Demasiadas cuestiones para que pudieran comenzar
Entiendo que los convenios no llegaron por eso que te mencionaba. Primero por una cuestión de madurez. Toda actividad necesita desarrollarse, somos pescadores, por caso yo no hice ningún curso de capacitación para conducir un sindicato y mucho menos una obra social.
Circunstancias de la vida, el momento laboral, hacen que uno tenga que estar en un lugar y lo asume con responsabilidad y la voluntad de aprender y poder llevar adelante la gestión. No fue nada fácil y la salud todavía menos.
En cuanto a las cuestiones laborales uno fue trabajador, yo navegué 20 años y he pasado todas las circunstancias de cualquier trabajador.
¿Se usa esa experiencia laboral ahora desde otro lugar?
Si, y fundamentalmente la relación con el sector empresario. De tener dificultad para embarcar, dificultad para percibir lo prometido, para cobrar el salario, de qué manera lo cobrás.
Y después con la variable que hay en la actividad donde tenemos un espectro muy amplio: fresqueros, costeros, congeladores, empresas nacionales, empresas extranjeras, empresas con capitales extranjeros. Todo ese mundo hizo que se tarden 28 años.
También del lado empresario, no podemos soslayar esto. El empresario un obligación social de facilitar estas cosas o no. El sector empresario tardó también 28 años en entender que aceptar los CCT hacen más llevadera nuestra relación.
¿Por qué esa relación gremio-empresarios en “veredas” distintas y no juntos “para cruzar la calle”?
Insisto en la madurez del sector. Para esta Asociación de Capitanes que tienen una relación casi gerencial con el sector empresario, porque somos en definitiva los representantes de ellos, somos quienes cuidamos su capital, quienes cuidamos incluso sus intereses económicos porque los errores que podamos cometer en más o en menos son consecuencias económicas para el sector empresario, no solo en la pesca.
¿Eso es en referencia a las multas por ejemplo?
La Subsecretaría de Pesca hoy pretende, cumpliendo la letra fría, no es una crítica a la actual Subsecretaría, que tiene como una herramienta la sanción y la multa, pero que no es la solución del problema de fondo.
Tiene que ver con esa cuestión de no entenderse que ponerse de acuerdo es lo que más facilita la relación. Y el sector empresario desmereció durante mucho tiempo y es algo que estamos tratando de sanar, que es el respeto hacia el capitán. El sector empresario sin darse cuenta, comenzó a faltarle el respeto a aquel hombre que le cargaba todas las responsabilidades de su capital y de su empresa, con acciones como confiando más en un capitán de armamento, confiando más en un marinero, sacándole esa facultad que por un lado se le exige al capitán y por otro lado se le permite esgrimirla. Estamos en ese camino donde el sector empresario está entendiendo que la relación con todo el espectro laboral, no solo con el capitán, también con el conductor de máquinas, también con el marinero, es buena para poder llevar bien adelante la industria.
Mencionábamos las multas, ¿Quién es el responsable de las multas? ¿El capitán? ¿El armador?
El capitán dentro del marco de la ley del régimen Federal pesquero, es el fusible para todo aquello que no tiene respuesta, es el fusible para todo aquello que “no se quiera hacer”, es la solución más práctica a todo problema que ocurra. La culpa es del otro. Y en este caso la culpa parece ser siempre del capitán.
El capitán responde a las indicaciones del armador, de su empleador, de quien le demanda que tipo de producto en cuanto a cantidad y calidad le exige, le requiere. Acá hay una suerte de obediencia debida que si el capitán no responde a esa demanda, obviamente tiene que abandonar el barco y buscarse otro. Esto es una rueda donde siempre hay alguien que cumple aquello aun siendo que no corresponda. Me refiero y aclaro en cuanto a la cantidad y calidad.
A la forma y a los modos de completar la bodega de un buque.
Es fácil decir que la culpa es del otro. Para la autoridad también es fácil. Tener un problema público y la solución más fácil es sancionar y a quien sancionan: al fusible.
De acuerdo a la Ley Federal de Pesca, la autoridad sanciona a la empresa, pero consecuentemente, si la autoridad sanciona a la empresa por alguna violación a la ley, a la norma, la autoridad que es la PNA, sanciona al capitán.
Una violación que es aplicable por la Subsecretaría de Pesca, al empresario, genera como consecuencia una violación de las normas que el capitán está obligado a cumplir.
El que sanciona al capitán es la PNA, con multas importantes, con suspensiones para poder salir a trabajar.
En definitiva no estamos entendiendo que pasan los años y la problemática del cuidado del recurso, el mejor aprovechamiento, no se soluciona con multas.
¿El capitán es quien determina en que horario pescar o pescar en horas no permitidas? Excesos en la velocidad de arrastre por ejemplo. ¿Eso no es responsabilidad de la persona que comanda la nave?
Son todas cuestiones que de acuerdo a lo que se fue manifestando, yo voy a esperar cada caso para atenderlo de manera individual. Quiero ver realmente si lo que se le está imputando es tal cual. Por eso me animo a pensar en eso de buscar el fusible para una respuesta en principio ante un planteo periodístico como el que me estás haciendo, donde la autoridad rápidamente pudo recurrir a esa herramienta. Ahora tenemos que ver si hubo exceso de velocidad, si se arrastró más del tiempo permitido, si se hizo con luz diurna o nocturna.
¿Esas cuestiones técnicas se pueden vislumbrar desde el papel?
Eso es lo que se va a dilucidar en la defensa. Hay algo grave que afecta al capitán. Las empresas muchas veces por el motivo que ellos consideren, apelan a allanarse y pagar esa multa de manera con una quita y eso de alguna manera lo está imputando al capitán de algo que quizá no cometió.
Tanto la autoridad como las cámaras y en este caso la Asociación de Capitanes deberíamos sentarnos a una mesa y ponernos de acuerdo para que todos tengamos en claro las reglas de juego, porque no podemos después de cinco meses, pasó esto y voy a hacer esto, porque es algo que lo deberíamos haber parado en el primer viaje, en la primera semana.
Si el capitán está trayendo una calidad que no es la que corresponde, se le debería haber dicho en el primer viaje y no en el último.
Hoy apelar a sanciones, repito, no va a ser la solución.
¿Qué manifiestan los capitanes respecto a la calidad?
Hubo diversas opiniones. El esfuerzo pesquero fue real, claramente visible. Esto uno lo visualiza en el tiempo que los buques tardan en ir y venir. Si tuviéramos mayor capacidad de descarga, todavía sería más rápido o habría mayor cantidad.
Hay que tener claro que el recurso está para pescarlo. Lo que hay que definir es la manera correcta de hacerlo. No nos tiene que asombrar que se pescan más toneladas que el año pasado.
Si el producto es bueno y se pesca bajo las normativas establecidas, no hay ningún problema, ojalá que se pueda pescar más cantidad, más todos los años, porque es más trabajo, más producción, más ingresos.
Lo que hay que poner en discusión son las reglas claras de cómo vamos a trabajar, porque además está la competencia entre las propias empresas.
Entre el congelador y el fresquero, a mí, como representante de mis compañeros, me genera también conflictos, porque el del congelador entiende que está bien lo que ellos hacen y el fresquero también y dicen que todos tienen derecho y realmente todos tienen derecho.
Ojalá que tengamos la madurez de sentarnos a una mesa y poder prevenir los problemas y no salir a aplicar sanciones tarde.
Si hicimos mal las cosas este año por más multa y más sanciones que se apliquen el daño ya está hecho.
¿Se puede llegar a una instancia judicial?
Va a depender de la sanción que se aplique. Hay compañeros que me dicen que la calidad que ellos llevaron no tiene ninguna objeción. Si la calidad de otros que es objetada también tendríamos que poner la lupa en otro lado. Si yo estoy trayendo un producto a determinada planta, a determinada fábrica y no me dice que ese producto no estaba en buenas condiciones o no es la calidad que espera y me vuelve a decir “tráeme más”, el problema ya no es del que va a pescar.
Es ambiguo el tema entonces
Claro que sí. Estamos jugando a las escondidas. Yo no lo proceso. Yo lo pesco. Pesco un langostino fresco, de una manera determinada, como considero yo en un escenario que es el mar, que es la naturaleza y si traigo a puerto y lo descargo y nadie me observa eso, lo voy a hacer igual, porque significa que está en condiciones.
Si cuatro meses después leo una noticia periodística donde dice alguien que se dedica a procesar el descarte de lo que se procesa y dice que recibió producto de mala calidad, ¿por qué no lo dijo el primer mes?
No nos olvidemos que después a la ventanilla a cobrar vamos todos: capitán, conductor de máquinas, marinero, armador, funcionario, todo el mundo cobra de lo que el barco a través de su tripulación y todos en conjunto a través del capitán. Me incluyo y te incluyo.
¿Hicieron el planteo ante la Subsecretaría de Pesca?
Lo hemos planteado. Tuvimos la oportunidad de tener la visita del funcionario Carlos Liberman, donde abordamos todos los temas y además al estar cercano a la oficina de él en CABA, tenemos un contacto más fluido y estas cosas se hablan de manera permanente.
Insisto, no es fácil, se debe entender realmente que si no nos ponemos de acuerdo en una mesa vamos a seguir insistiendo en responsabilizar al capitán, pero el costo lo paga el recurso.
Lo curioso es que este año se está discutiendo lo que se tiró en tierra y no en el mar.
Por Gustavo Seira