Las nuevas tecnologías, las nuevas carreras universitarias, cursos específicos sobre la actividad pesquera o naval siempre abren la puerta a las nuevas generaciones de futuros trabajadores o a aquellos que están en actividad y buscan adquirir nuevos conocimientos para perfeccionarse.
El Ingeniero ambiental Julián Passamonte nos brindó detalles sobre el hidrógeno verde, Nacho Arenas nos contó de qué se trata su trabajo como Ingeniero Naval y cómo ve el puerto a futuro y Alejandro Vaccari nos dio pormenorizados detalles sobre la industria 4.0
https://www.pescare.com.ar/produccion-de-hidrogeno-verde-en-argentina-fantasia-o-realidad/
https://www.pescare.com.ar/ing-naval-alejandro-vaccari-la-industria-4-0/
En esa línea donde se mezcla la información con los deseos se encuentra Juan Gradmont.
Gradmont tiene 30 años, es técnico electromecánico y conductor de máquinas navales con máximo cargo y como cada historia en el puerto tiene ribetes admirables y para ser considerados, como en la vida misma, detrás de cada trabajador hay una historia particular, sobre todo en las actividades portuarias.
Juan Gradmont hace pocos meses se contactó con un capitán con quien había compartido tareas cuando era engrasador. El capitán tenía un proyecto para trabajar para una empresa de capitales españoles y que tiene asiento en Mar del Plata y es propietaria del B/P Don Francisco 1, un barco de construcción japonesa, que data de 1990 y de 650 tn.
El protagonista de esta historia se hizo cargo de todas las reparaciones referidas a la máquina del barco pudiendo brindar su punto de vista y la experiencia adquirida a través del trabajo en la pesca, teniendo que realizar diversas y complejas tareas.
“Hicimos los auxiliares Yanmar nuevos, los cuales estaban deteriorados, solo se podían usar a 175 kW, rindiendo unos 350 kW a un 80%”, nos cuenta un entusiasmado Juan, para agregar “se mejoraron las tuberías de refrigeración que estaban reducidas, se colocaron canastos nuevos y secundarios para mejorar la eficacia de los sistemas, se les colocó purificadores de gasoil que no tenía y se colocó Alfa Laval 103 y 104. Además realizamos maniobras de circuitos cerrados para tener un combustible más puro para que no se dañe la inyección en los motores”.
El pormenorizado detalle de cada reparación que se le hizo a la embarcación sale de memoria, cada labor, cada mejora, cada dato, todo es parte del desafío que nuestro interlocutor aceptó y que sostiene con mucho orgullo.
“También colocamos filtros Racor a cada motor para aumentar aún más la pureza de un buen gasoil y que las emanaciones sean menores y no afecten el medio ambiente”.
El proyecto abarcó aún más cosas sumando más gente al equipo de trabajo donde iniciaron los trabajos conjuntamente con ingenieros eléctricos para poder llevar las luces de pesca a 3kW para conseguir más potencia eléctrica para lo cual pusieron una nueva sala de tableros que quedaron comandados por 2 Scania V8 que en forma conjunta entregan 1400kW de potencia.
Las numerosas reparaciones incluyeron una nueva sala de balastos unificada y protegida a través de refrigeración por aire. Hicieron 5 compresores de frío para mejorar la parte de refrigeración de los condensadores utilizando expansores nuevos. Desarmaron por completo la bodega para hacerla a nuevo con serpentinas aleteadas sobre el cielo de la bodega.
Las ideas del capitán de la embarcación, Álvaro Deschiave, hicieron que se le diera vida a una nueva planta de procesado diseñada especialmente. Ahora cuenta con una planta totalmente nueva desde sus pozos hasta las cintas para asegurar un trabajo que le dé buena calidad al producto, algo que destacan como muy importante.
Electricistas, carpinteros, caldereros, personal para la electrónica, frío, entre otras especialidades son los que participaron de este proyecto que tiene a Ricardo Morad que “sale” como jefe.
Juan Gradmont realizó sus estudios en la escuela técnica nro. 1 de Punta Alta recibiéndose como técnico electromecánica para más tarde trabajar ad honoren en talleres de la Armada Argentina para adquirir más conocimientos, lo que lo motivó a realizar cursos como soldador por arco y pasar a la carrera de conductor en el año 2011, hasta que en el año 2016 logró su título como jefe de máquinas.
“Es verdad que se gana bien con esta actividad, pero acá no es todo plata, para hacer estas cosas te tiene que gustar. A mí me gusta aprender de todo. Hice experiencias en batimetrías con topógrafos extranjeros, fui jefe en ‘chatas bunker’ donde transportamos 800 mil litros de combustible por ejemplo”, le enumera a PESCARE este joven que también supo pasar y adquirir título en la Escuela Nacional de Pesca.
La premisa de Juan, además de difundir su trabajo, es dejarle un mensaje a los más jóvenes, remarcando que con capacitación pero sobre todo con pasión por la tarea que se hace se pueden lograr mejoras, no solo a nivel personal sino también a nivel profesional, destacando la importancia del trabajo en equipo y que sin egoísmos se pueden conseguir grandes objetivos que van más allá de los aspectos económicos.
Por Gustavo Seira