Con la tenue luz del sol que comenzaba a asomarse desde el horizonte, Tony ya estaba ahí, en la escollera Norte, casi custodiando a sus dos nuevos buques: “Luigi” y “Anita”, dos nombres propios para homenajear sus orígenes.
Certificó que todo estuviese en condiciones, que el desayuno previsto para los periodistas fuera el acorde, que las condiciones de higiene fuesen óptimas, que la carpa para recibir a los invitados se encontrara acorde al público que iba a concurrir para que estuviesen cómodos.
No dejó de dar una sola nota a los medios periodísticos, locales y nacionales (que se acercaron en gran medida), salió en “vivo” en cada programa de radio que se lo requirió a través de los movileros y llegado el mediodía lo hizo con los medios televisivos.
Hizo recorrer el “Luigi” con el ingeniero Hugo Guirin –por caso la “mano” máxima en el diseño profesional de los buques- y fue chequeando a modo personal que la enorme cantidad de invitados estuvieran presentes. De más está decir que todo eso lo hizo Antonio “Tony” Solimeno.
A su lado, prácticamente desde la mañana hasta luego de la hora 13, a la par y sin dejar de atender tampoco a ningún medio de comunicación y con una satisfacción que se transparentaba en cada saludo, Sandra Cipolla, responsable máxima del Astillero SPI.
Este lujo que es el buque pesquero mostrado a todos, en su presentación oficial de “puente abierto”, mostró por que es el de mayor porte construido en la Argentina y que es destinado a la pesca. Algo que entusiasmará y le abrirá el camino seguramente a otros armadores y otros astilleros, demostrando que con gente de Mar del Plata todo es posible.
Autoridades nacionales, provinciales, destacados empresarios, entidades gremiales, empleados de la firma Solimeno e invitados especiales le dijeron sí a la convocatoria que, es justo decirlo, no sólo le estaban diciendo sí a Solimeno y SPI, sino que lo estaban haciendo hacia la industria pesquera y naval, sin distinción de empresas.
Ocurre que Mar del Plata estuvo en el muelle que ocupa el INIDEP. El Intendente Municipal Guillermo Montenegro, candidatos a ocupar ese puesto, concejales, funcionarios municipales, todos estaban diciendo sí, acá estamos, Mar del Plata puede con su gente.
Solimeno agradeció en su discurso a los proveedores y a los amigos en general, al personal jerárquico de la Base Naval Mar del Plata y al Instituto Nacional de investigación y Desarrollo Pesquero por el espacio cedido y el compromiso con los intereses marítimos argentinos de ambas instituciones.
Dicen que “no hay duro que no se ablande”, y “Tony” es de esas personas con una dureza y una mano firme en sus decisiones, pero que como corresponde a la gente de bien, con grandes y generosos sentimientos.
“Un agradecimiento especial a nuestras familias. A mi esposa Ana, a mis hijos y nietos, que sin ellos y su apoyo muchas cosas no se hubiesen logrado”.
“A mi hermano, Luis, que muchos no lo conocen pero es un pilar fundamental para el desarrollo de nuestra empresa… A su mujer, hija y nietos.
A mi hermana Ana y a mi hermano Salvador; y a sus respectivas familias”, dijo Solimeno en su discurso… y se ‘quebró’.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, su garganta se anudó e hizo que los concurrentes también tuvieran secarse sus lágrimas producto de la emoción vivida.
Como nadie faltó a la cita, hasta el propio Obispo Gabriel Mestre estuvo presente, realizando el bautismo a las embarcaciones y a los presentes, en momentos en que “el cura del Puerto”, el padre Miguel Cacciutto, le entrega sendas imágenes de Jesús a Solimeno y Cipolla.
“Tony” no quiso olvidarse de nadie, por eso le agradeció “al personal de nuestra empresa, personal administrativo, de puerto, plantas de procesamiento y elaboración como al personal destacado en innovación, desarrollo e ingeniería de nuestra firma”.
La historia tal como la contó uno de sus protagonistas fundamentales se escribió así: “estos dos buques, ‘Luigi’ y ‘Anita’, ambos pesqueros que nacen en un contexto imprevisible de la vida económica y financiera de nuestro querido país fueron pensados algunos años atrás y con la perspectiva hacia adelante. Son proyectos a largo plazo, que no se realizan de un día para otro, por el contrario, tuvieron muchas horas, días y meses de trabajo para lograr lo que hoy estamos presentando en sociedad. Ambos buques pesqueros son los de mayor porte construidos en Argentina, en la provincia de Buenos Aires y en Mar del Plata, con mano de obra, diseño y construcción marplatense para una empresa de capitales Nacionales”, relató orgulloso Solimeno.
Ambos llevan el nombre de nuestro padre y madre: Luigi y Anita”.
Contó la historia de su papá “Luigi”, del acompañamiento de su madre “Ana”, y de cómo desde Italia conformaron una familia que continuaron con su arte y cultura en la Argentina.
“El espíritu emprendedor de nuestros ancestros, le siguió Luigi, mi padre, mi hermano Luis y yo; viendo la potencialidad de los recursos pesqueros, industriales y comerciales de los distintos mercados tanto interno como externo”, destacó sin ocultar su emoción.
Repasó los inicios en lanchas amarillas, la construcción del buque pesquero Antonino II en un astillero también local en 1972 y de cómo luego de 52 años de trabajo, hoy la empresa Solimeno cuenta con 12 embarcaciones.
Hizo un detalle de cómo trabaja hoy su empresa, sus exportaciones, el abastecimiento al mercado interno y el resonante lugar que ocupa hoy Luis Solimeno e Hijos en el “top 10” de empresas argentinas.
“Solimeno, está posicionado sobre los principales recursos pesqueros de nuestro generoso Mar Argentino… Merluza, Calamar, Langostino y variado”.
“Junto a mi hermano Luis, agradecemos el apoyo de nuestras familias, esposas e hijos que siempre estuvimos unidos en la aventura que es la pesca”.
Un día que sin dudas marcó la fusión de la industria naval, pesquera y el objetivo logrado. Cuando los argentinos se proponen algo, el éxito quedó a la vista. Compromiso, responsabilidad, conocimiento, trabajo, sacrificio, inversión y paciencia se alinearon para lograr un hito en la historia de la pesca y la industria naval. Hecho en Argentina es una frase que se fue oxidando en el tiempo; ayer, se puso de manifiesto que es posible llevar adelante emprendimientos de esta naturaleza con mano de obra marplatense, con mano de obra Argentina. Luigi y Anita, orgullo para la flota pesquera nacional. Buena pesca y que Dios proteja a sus respectivas tripulaciones.