Uno de los temas salientes de las últimas horas tiene que ver con la poca cantidad de oficiales de puente y de máquinas, que al decir de gente vinculada al sector complica la operatoria de algunos buques de altura.
Reflejamos las voces de Daniel Flores de SICONARA y de Sebastian Agliano de la Asociación de Embarcaciones Costeras y Fresqueras; y como ya mencionamos, nos faltaban más voces.
Una de esas voces es la del Capitán Jorge Frías, Secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca. Frías no se guarda nada y nos da a conocer su punto de vista abundante en detalles.
Algunos testimonios dan cuenta que hay embarcaciones que no están saliendo porque no pueden armar la tripulación, a raíz de la falta de oficiales, que estarían embarcándose en buques poteros. ¿Esto es así para usted o tiene otro punto de vista?
Los poteros estuvieron siempre. Hay que hacer un estudio de todo en general, cuando “la frazada es corta” empiezan a quedar en descubierto algunas modificaciones que se hacen sin una mirada de largo plazo. Si nos ponemos a analizar, he leído algunas expresiones de otros, las cuales no las comparto como las expresan, porque no estamos viendo que la flota vive una sobredimensión. Buques que se reformularon, pero que parte de esa reformulación permite que sigan operando en otras actividades o en otros puertos. Eso no hay que dejarlo de ver porque si no estamos ocultando la verdad.
Si queremos construir y encontrarle una salida a la problemática hay que decirla toda.
Esto empezó a pasar ahora, no es que es algo viejo. ¿Por qué antes se cubrían y ahora no se cubre? Hay varios factores: que la flota ha crecido, vamos a decirlo así, porque yo no estoy en contra de que haya barcos. Yo tengo una mirada muy diferente a aquellos que hablan de la sobredimensión de la flota. Si el recurso está ahí, hay que pescarlo, con uno, con dos o con diez.
¿Cuándo habla de sobredimensión es en referencia a una sobrevaloración de las tareas o a la flota puntualmente?
Es a que hay mayor cantidad de buques, de acuerdo a los permisos de pesca. Entramos en un terreno que tiene que ver con el manejo político de la pesca en la Argentina a través de los años. Con las inversiones económicas que hacen los empresarios y que hay que tener en cuenta porque de ellas dependemos, y debemos respetarlas sin lugar a dudas.
Hay que entender que esto no es algo que pasó de un día para el otro. Hay otros factores también que son que las posibilidades de trabajar en el langostino, genera una situación económica a los trabajadores diferente que les permite manejar más los tiempos, cuando quieren o no, cuando necesitan o no salir a trabajar.
Nosotros llamamos a los compañeros y no están con voluntad de seguir trabajando porque están haciendo uso de su descanso aquellos que hicieron la temporada de langostino.
También es importante decir que el atractivo que ponen los buques que están con la necesidad de contar con los oficiales, tampoco es tan atractivo justamente.
Estoy hablando claramente que los salarios no son los mejores. Tanto capitanes como oficiales en los buques costeros y de altura o costeros lejanos, en esta transformación de que los barcos amarillos de mayor porte hoy se pueden pintar de rojo y pasar a pescar en Nación y obviamente para ello necesitan un oficial.
No es solamente cambiar la pintura, hay que invertir un poco y hacer atractivo el salario de los oficiales para que ellos puedan desistir de su descanso y salir y ganar más.
Hay una conjunción de cosas, no es un solo factor. Después hay un factor determinante para mí que es el más atractivo y es por el que lucho todos los días, que es la falta de preocupación, no voy a decir de interés, sino de preocupación y ocupación, tanto del sector empresario como de la propia Escuela de Pesca que limita el ingreso de los oficiales para titularse cuando estamos necesitando que haya mayor capacidad de trabajo.
Si bien hay trabajadores que tienen el derecho de decir “no quiero trabajar”, con esto te estoy diciendo con claridad que no hay falta de Oficiales en los puentes de los buques porque estén en los poteros, porque los poteros estuvieron siempre y siempre trabajaron.
Acá hay otra condición determinante que es el crecimiento de flota y falta de atractivo salarial y falta de interés de la Armada, que no está atendiendo las necesidades del sector.
La Escuela Nacional de Pesca como todos los intentos de educación que hubo previamente al nacimiento de la escuela fueron para capacitar a los trabajadores. Acá parece ser que la Escuela no está siendo dúctil, flexible, para que los trabajadores que hacen esta actividad que tienen que navegar, llegar, atender un montón de cosas que el tiempo no les permite en su vida personal, no está generando espacios concretos para poder capacitarse para que puedan crecer en una carrera como es la que presenta el puente los buques.
¿Esto no lo ha podido charlar con el Capitán Maldonado, director de la Escuela o con la Armada misma?
Desde que escribimos y publicamos “Civilización y Barbarie en el Mar Argentino”, antes de hacerlo venimos teniendo conversaciones de este tipo intachables. Posterior al libro podrás imaginar que muchas más.
Recientemente le presentamos al actual Director de la Escuela Nacional de Pesca, una nota solicitándole que amplíe la capacidad de la matrícula, que tiene 5 o 6 compañeros que por motivos que ellos solo saben, por qué los exámenes se guardan bajo secreto de sumario de la Armada y nosotros los trabajadores no tenemos acceso, los alumnos no tienen acceso a los resultados.
Sabemos que en la carrera de puente hay cinco o seis, compañeros, al menos, que no habrían alcanzado la calificación necesaria para ingresar. O sí, que es esto lo que nos confunde, pero por una decisión propia de la Escuela quedaron pendientes que algunos de los 15 matriculados desistieran de estudiar para entrar ellos.
Por un lado no tenemos oficiales y por otro lado tenemos cinco o seis que por mucho o por poco “quedaron en la gatera” y no se les está facilitando la posibilidad de ingresar, cuando la evaluación es a lo largo del año. Un examen de ingreso de carácter privativo no nos está mostrando la transparencia que debería tener el ingreso a la capacitación.
Tenemos que facilitar a los trabajadores la capacitación. La capacitación se va a desarrollar a lo largo del cursado y no en un examen inicial. Me parece que la Escuela debería tener en cuenta que no somos alumnos de la primaria o la secundaria que queremos acceder a una carrera de actividades comunes, teniendo en cuenta la especificidad de lo que es capitanear un barco.
¿Hoy estamos en presencia de una especie de crisis laboral por esto que está sucediendo?
Cuando firmamos un CCT con la Flota Costera, en ese Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), se pacta el compromiso de trabajar seriamente en lo que es la capacitación del personal. Por aquel entonces fui uno de los “inventores” del marinero “familiarizado” para salir de una crisis, de una coyuntura, similar a la que se está planteando ahora y nos habíamos puesto un arco de tiempo de no más de dos años, entre la PNA, la Cámara y nosotros para resolver eso.
Nosotros estuvimos con voluntad y vos sabés que hemos creado un Centro de Estudios para poder desarrollar nuestro propio CEFOCAPEB y poder colaborar con la Fuerza Armada que atraviesa muchas dificultades en cuanto a certificaciones y aprobación de las carreras. Lo hicimos con ese fin, para demostrar que no nos quedamos en palabras y queremos capacitar realmente y extender la mano a aquellos marineros para que puedan tener una oportunidad diferente a bordo de un buque.
Aún no hemos logrado esa habilitación, si bien hemos invertido importantes dineros en la compra de una propiedad, en el armado que implica equipamiento. Tenemos un cuerpo de profesores, un directivo que es Julio Cesar Hoffman con su equipo y lo que está faltando acá es la participación de los otros actores. La Armada por un lado y el sector empresario por el otro.
Pareciera que la coyuntura nos obliga a retomar el tema y ojalá que podamos avanzar. Por nuestra parte hemos preparado a distancia y de manera presencial de la forma que se pudo por la pandemia, desarrollarse y hemos preparado a compañeros que puedan rendir el examen de ingreso a la Escuela como Patrón de Pesca Menor, para que aquel compañero que deba ser habilitado sea más garantizable la tarea a realizar teniendo una mínima preparación como Patrón de Pesca Menor a que sea un “familiarizado”, eso fue algo disruptivo en un momento de necesidad pero nosotros ya hace tiempo hemos manifestado que esto no debe continuar, la PNA lo tiene presente como Autoridad Marítima, el sector empresario también.
Obviamente ante cada coyuntura de nuestro lado está la mayor voluntad para que el trabajo se ejerza, de esto se vale nuestra actividad.
En el diálogo que tiene con los afiliados, ¿qué es lo que les manifiestan al respecto de esta situación?
Nosotros hacemos una recorrida permanente. Tenemos una bolsa libre, abierta y pública donde cada uno queda registrado y puede chequearse el estado de la misma. Lo que hacemos es convocarlos a quienes están en la misma para ocupar los puestos de trabajo y la libertad de hacerlo o no es de ellos.
El sector empresario debe darse cuenta y aceptar que crecer significa invertir. También tienen que hacer un análisis de la cuestión salarial porque si no la hace atractiva va a ser difícil solucionar esto, aun teniendo trabajadores con las certificaciones correspondientes, ya sin recurrir al familiarizado.
El familiarizado no tiene la mínima preparación para estar en un puente, simplemente hace un reconocimiento del equipamiento que se usa por si es necesario afrontar y salir adelante en una situación de riesgo, tener conocimiento de lo mínimo e imprescindible entre ellos la comunicación, pero no es lo ideal.
¿Ese uso y costumbre en esta práctica genera confianza en el resto de la tripulación?
No creo que genere ningún tipo de confianza porque es un mero trámite administrativo. El familiarizado no cumple funciones de Oficial en la práctica, simplemente está cubriendo un bache que nos permita tener una posibilidad más ante una emergencia de que le pase algo al capitán.
Nosotros ya no damos aval de lo mismo y es absoluta responsabilidad de la Prefectura que esto se lleve adelante. Aquí los actores interesados tenemos que sentarnos realmente a capacitar a los trabajadores que estén interesados y sin mayores dificultades evitando la mayor burocracia posible, y disponer la capacitación para el trabajador y no a la inversa.
Cuando se empezaron a dictar las primeras capacitaciones para la pesca, los primeros intentos se hicieron en horario nocturno con el fin de que los trabajadores cuando volvían de navegar, hablamos de las lanchas, de los costeros cercanos, se veía claramente como la capacitación estaba al servicio del trabajador, hoy el trabajador se tiene que adecuar a los horarios de un establecimiento de educación como es la Escuela de Pesca.
Hay que arreglar todas esas cuestiones. Hemos hecho propuestas diferentes, hemos manifestado la voluntad de financiar las dificultades que pueda tener la Escuela en cuanto a profesores, a horarios, cuestiones que siempre nos plantean como una dificultad, siempre caemos en la burocracia y en la letra fría de lo normado que parece insalvable.