A casi quince días de haberse iniciado la temporada de langostino en aguas naciones, dentro del Área de Veda de Juveniles, prácticamente la totalidad de los barcos congeladores que habitualmente opera sobre el recurso sigue amarrada.
Desde las cámaras empresarias Capeca y Capip aseguran que con el actual esquema de costos es inviable la actividad de este segmento de flota, sobre todo en el marco de una pandemia que retrajo notablemente el consumo en los grandes centros y, naturalmente, los precios de venta.
Las mencionadas cámaras están proponiendo readecuar el esquema para liquidar el ingreso de los marineros, ponerlo en sintonía con la coyuntura; pero desde el Somu denuncian un intento por recortar en un 40 por ciento el valor dólar que se toma como referencia.
El diálogo asoma cortado entre las partes y la inquietud se extiende entre los trabajadores embarcados, marineros y también oficiales. Este lunes la Asociación Argentina de Capitanes, hizo pública su preocupación al pedir la intervención del Ministerio de Trabajo.
“Está en grave riesgo la situación económica de los trabajadores de la pesca, en particular de aquellos que embarcan en la flota afectada, tratándose de una actividad que se desarrolla en el mejor de los casos durante cinco meses al año”, expresó el secretario general de la entidad, Jorge Frías, en una nota dirigida al titular de la cartera laboral, Caludio Meoni.
El gremialista expuso en otro de los párrafos que resulta necesaria la intervención del ministerio para que convoque a todos los actores involucrados e intente encontrar un camino que destrabe “este presente que se asemeja a un lockout patronal”.
La misma voz inglesa “lockout” utiliza el Somu para encuadrar la problemática. Sin embargo, desde las empresas insisten con que la detención en muelle es un instrumento de preservación ante el impacto que pueden tener los números desfavorables.