Sus cuatro autoras –Noela Sánchez-Carnero, María Eva Góngora, Marcela Álvarez y Ana María Parma– realizaron un recorrido sobre la Argentina, como país productor, exportador y consumidor de pescado y puntualmente sobre la pesca artesanal en nuestro país.
Ana María Parma, una de sus autoras nos cuenta que el libro nació con un trabajo que hicieron para la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), donde Argentina fue uno de los países elegidos entre más de 50 en todo el mundo, más allá de las estadísticas oficiales y poder visualizar cuál era la contribución de la pesca artesanal a la actividad pesquera en general.
El equipo para este trabajo estuvo liderado por Noela Sánchez-Carnero –doctora en biología de los organismos y ecosistemas con un Diplomado Internacional en Manejo de Zona Costera, entre otras titulaciones universitarias-
Parma nos relata que “los pescadores a los que entrevistamos, que fueron muchos, y los entrevistamos durante muchas meses en persona, por teléfono, como pudimos. Consideramos que era bueno devolver algo en formato ‘papel’, muy distinto a tener el PDF”.
La investigación detalla, provincia por provincia con litoral marítimo, la zafra de la corvina, pesquería en la zona de General Lavalle, pesquería de línea de mano desde embarcaciones deportivas, Mar Chiquita, Pinamar, Villa Gesell, Necochea, un amplio y rico contenido de una actividad creciente.
¿Cuál fue el leitmotiv para ir por el lado de la pesca artesanal?
En algún momento pasó que la FAO, desde los 60 que tenía un énfasis muy grande en la pesca industrial, cuando tuvo presencia en Argentina, con todo el proyecto pesquero de FAO, pasó a reconocer por fuerza de las bases, de movimiento de pescadores, del colectivo internacional y un montón de movimientos que se plantaron ahí en Roma a decir “acá estamos nosotros y tenemos una contribución muy grande”.
La Argentina es un país anómalo, por eso es que me pareció importante que se incluyera en el estudio de la FAO, porque es claro que la pesca artesanal tiene un porcentaje muy chiquito. Es necesario reconocerlo, hay mucha gente que está buscando su formalización, ser parte de la cadena formal de trabajo del Estado y a veces no lo logra porque simplemente no está la logística en los lugares, pero a veces no lo logra porque la reglamentación que tiene Argentina tampoco contribuye. Ese es el caso, donde hay un surgimiento fenomenal, desde pesca informal en la provincia de Buenos Aires con kayaks y gomones.
Como no podés basarte en datos oficiales, el libro se basó en datos en las pesquerías donde hay alguna estadística un poco más confiable, que es el caso con el de la flota de Rawson. Son flotas caracterizadas o clasificadas como artesanales, pero están como en el límite. Chubut les pone un límite de 9,9 metros a las embarcaciones. Acá (la investigadora habla de Puerto Madryn) tenés unos barquitos que son casi cuadrados, que entran en la eslora máxima y está muy tecnificados. En base a otras características de la operatoria, no se ajustan a lo que es la pesca artesanal, pero legalmente están clasificados como pesca artesanal.
También hacen menciones a la pesca de la corvina, con números estadísticos.
Si, en el caso de la pesca de corvina, que sí es artesanal, pero como se junta con la zafra y tiene ya una actividad mucho más ordenada, ahí sí usamos estadísticas oficiales.
Cuando pudimos usar estadísticas oficiales, lo hicimos. Por ejemplo las lanchitas de Mar del Plata las que quedan en la banquina, esas tienen una estadística más certera. Todo lo que funciona con embarcaciones un poco más grandes que tiene un puerto con más infraestructura, ahí tenés estadísticas de las distintas provincias.
¿Les resultó fácil acceder a la información por más que no haya registros oficiales de algunos lugares?
En algunas provincias no fue fácil conseguir la información, en otras no. Es un problema que tenemos en la Argentina. Buenos Aires, en la administración anterior, no la pudimos conseguir. Ahora, Gustavo Antón nos hizo la gestión para que para que nos pudieran conseguir los partes de pesca y demás. Tratamos de entender qué es lo que están capturando, a que época, si pertenece o no, separar la zafra de corvina del resto. Es complicado porque tenés un montón de barcos empiezan a trabajar antes de la apertura oficial, cosas por el estilo.
En cambio lo de los gomones es informal por completo y lo estimás en base a hablar con la gente. Tenés un margen de error muy grande, hay tantas embarcaciones acá, vas puerto por puerto tratando de conectar y que te cuenten cuántos barquitos o lanchitas o kayaks están operando ahí. Lo que sí veo es que, tengo un montón de amigos de Mar de Plata, que tienen un consumo de pescado fresco estupendo y son los kayaks del barrio los que distribuyen informalmente.
Tenés eso desde Santa Clara del Mar hasta varios lugares. Conversamos con un montón de gente y estimamos una cantidad de gomones importantes. A partir de lo cual dicen cuántas capturas del día, tal variable más o menos y sacaste un promedio y si lo expandís para los meses que te dicen que están operando, te da una captura muy significativa, es muy importante. Y uno lo ve como un recurso que ha aparecido sobre todo en época de crisis, que la gente se volcó a esto porque tenés muy poco capital de entrada. En Comodoro Rivadavia pasó lo mismo durante el COVID, donde un montón de personas, que se volcaron a la costa a buscar su recursos, porque es frente a la crisis de otras actividades que se estaban cerrando, esto tenía algún asidero y ahora estamos empezando un proyecto ya más detallado que coordina María Eva Góngora, para para tratar de caracterizar todo ese sector que también es informal.
La Pesca Artesanal en Argentina – Caminando las costas del país.
Los primeros registros de pescar artesanal en las costas de Argentina se remontan al siglo XVIII, si bien existen restos arqueológicos que muestran consumo de pescados y mariscos hace más de 3000 años. Tal y como la conocemos hoy, la actividad de pesca artesanal marina comenzó a finales del siglo XIX cuando llegaron a Mar del Plata inmigrantes europeos trayendo consigo los conocimientos de la actividad y el gusto por el consumo de pescado. La pesca artesanal nació así, en “la Feliz”, con una flota de pequeñas embarcaciones a vela que fue creciendo hasta alcanzar su apogeo en los años 60, cuando contaba con más de 200 embarcaciones. Desde ese entonces, el mapa de la pesca artesanal en las costas del país ha cambiado muchísimo. Puertos de referencia en el pasado como Mar del Plata o Bahía Blanca hoy cuentan con flotas artesanales muy reducidas, mientras en otras áreas como la Patagonia la pesca artesanal se afianzó.
Dos críticas constructivas, creemos,
- No haber hecho referencia al propulsor de la pesca artesanal y primer Director del departamento de Artes de Pesca del Instituto, Ing. Rubén Ercoli, cuasi prócer e inventor de métodos de selectividad e impulsor de la reciprocidad que ese prestigioso departamento ha tenido con FAO, llevando adelante capacitaciones a pueblos originarios y costeros argentinos, hondureños, nicaragüenses, panameños, canadienses, peruanos, brasileños, barbadenses y tantos otros.
- No haber anexado parte de la rica y basta historia de la labor de los biólogos y personal de ciencia, de la talla de la Lic.Maria Isabel Bartolotti, Tec. Alfonso Izzo, Tec. Juan Daniel Bartozzetti, Tec.Luis Salvini, Ing. Ricardo Roth, Tec.Julio García que han llevado adelante en la practica las ideas del Ing. Ercoli, alcanzando el prestigio que fundó las bases del Instituto.
Igualmente, es sin dudas una gran investigación digna de ser leída. En el link dejamos el libro completo para que lo pueda descargar el lector de PESCARE, agradeciéndoles a sus autoras.
https://pescare.com.ar/wp-content/uploads/2022/08/La-Pesca-Artesanal-en-Argentina.pdf