La conmemoración comenzó en la mañana del domingo con una misa en la Iglesia Sagrada Familia –símbolo único del puerto marplatense- donde horas más tarde fue recibido el Nuncio de su Santidad el Papa Francisco S.E.R. Miroslaw Adamczyk quien presidió la procesión junto al Obispo de la Diócesis de Mar del Plata Gabriel Mestre.
Tras el recorrido por las arterias del barrio del puerto de Mar del Plata, deteniéndose en las puertas de la sede la Prefectura Naval Mar del Plata donde fue recibida la imagen del santo por autoridades de la Autoridad Marítima, arribaron a la banquina chica para dar inicio a la tradicional caravana náutica.
La imagen de San Salvador fue colocada en el “Don Mario”, adornado para la ocasión, donde una bandera recordó también a Adrián Vuoso –desaparecido en el mar trágicamente- luciendo los colores de su amado club Banfield.
Decenas de turistas aprovecharon la ocasión para ver un espectáculo prácticamente único en el mundo, donde familiares, amigos y personas vinculadas al puerto subieron a una decena de lanchas para dar inicio al recorrido por el espejo interior del puerto, que llegó hasta la propia Base Naval Mar del Plata, donde una guardia de honor aguardó a la caravana náutica, haciendo una pausa y depositando ofrendas florarles en homenaje y recordación a las víctimas del submarino ARA San Juan.
Como es habitual, durante todo el recorrido –por tierra y por mar- la voz del cura párroco Miguel Cacciutto acompañó, relató y recordó a decenas de familias tradicionales del puerto marplatense, donde la emoción fue la constante en todo el trayecto.
El recorrido de las embarcaciones –varias de ellas munidas con sus nasas de pesca- fue acompañado por diversas embarcaciones pertenecientes al Club Náutico Mar del Plata, donde además a modo de “escolta de honor” el GC-72 siguió el particular homenaje al santo patrono de los pescadores.
La particularidad también estuvo dada por el acompañamiento de simpatizantes del Club Aldosivi, quienes portando banderas, bombos y redoblantes, se hicieron presentes vivando también al santo católico, no dejando de recordar a varios desaparecidos en el mar, trayendo a la memoria a los tripulantes del “Amapola” y “Angelito”, donde falleció uno de los caracterizados hinchas del club de la calle El Cano, Daniel “el loco pata” Patanía.
Apellidos, apodos, situaciones dramáticas, anécdotas diversas se escucharon en la propia banquina, durante el recorrido náutico y en la propia procesión por las calles tan particulares, donde los tanos, gringos, esos hombres de una cultura y sacrificio sin igual y que seguramente ya no volverá, invadieron de emoción a los participantes sin ocultar sus lágrimas.
Utilizando alguna frase de esta modernidad que nos toca vivir decimos: “no lo entenderían”.
Es que el puerto marplatense tiene características particulares, únicas, prácticamente difíciles de encontrar en cualquier otro sitio por más vinculado que esté a la actividad portuaria.