Hace más de una década todo parecía cambiar favorablemente para la provincia rionegrina en materia pesquera. La aparición de langostino en sus aguas provinciales encendía una luz de esperanza hacia las capturas y procesamiento del recurso, algo que es más que evidente ha quedado solo reservado para las provincias de Buenos Aires y Chubut.
«El 2024 es el peor año de la historia de la pesca de Río Negro«, tal como lo señala nuestro colega Alan Agustini.
El excelente dato es en referencia a las apenas 1.288,5 toneladas descargadas hasta el 27 de febrero último, de las cuales 43,8 corresponde al Pleoticus muelleri, mientras que el resto es prácticamente todo merluza hubbsi. Dicho de otro modo, entre los puertos de San Antonio Oeste y San Antonio Este, representan el insignificante 0,92% del total de las descargas en puertos argentinos.
Jessica Ressler subsecretaria de Pesca de la provincia de Río Negro –ratificada en su cargo luego de la asunción del nuevo gobernador Alberto Weretilneck, pero sin confirmación oficial de que ocupe un lugar en el Consejo Federal Pesquero- le confirmó a nuestros pares de Diario de Río Negro que en los próximos días se van a establecer vedas móviles y restricciones de zarpadas hacia la zona del Golfo, para reducir el volumen de capturas y que el langostino pueda tener mayor talla a través de su natural desarrollo.
En el mes de octubre, Río Negro había apuntado con mayor fuerza al langostino, el cual en su mayoría es capturado por embarcaciones artesanales, pero no ha sido suficiente para desarrollar la actividad y que tenga los dividendos de productividad esperados.
“Nosotros tenemos que tomar conciencia y también ser hoy a lo mejor cautos de que a la hora que tengamos el recurso disponible, ese recurso, tenga mayor derrame en San Antonio, que nuevamente no nos entren avivados por la ventana como suele suceder cuando el recurso está disponible, y que no tengamos la posibilidad de elegir bien los actores para el manejo del mismo”, había manifestado Carlos Banacloy, titular de la cartera provincial de producción, en duros conceptos sobre la situación que atraviesan.
El tema no pasa solo por la escases del recurso (tanto langostino como merluza) sino por una mala relación que existe en el sector pesquero entre trabajadores y empresarios. “Los trabajadores no se merecen el destrato, probablemente, de los empresarios, cuando de golpe no tienen un diálogo constante ni permanente con sus trabajadores”, sostuvo hace apenas unos meses Banacloy.
Días atrás, la propia subsecretaria de pesca de Río Negro, presentó ante la Comisión Asesora de Pesca Marítima, los relevamientos realizados sobre las concentraciones del crustáceo en el Golfo San Matías, un trabajo realizado por el INIDEP, donde la estimación marcó que de octubre de 2022 al mismo mes del año pasado la biomasa tuvo un incremento de unos 30 millones de ejemplares, pasando de 1.079 toneladas a 1.691.
Si bien el tamaño del Pleoticus muelleri aumentó, existe un retraso en el mismo de acuerdo lo estudiado por los especialistas
“Es evidente que el langostino se encuentra en todo el golfo. Las concentraciones no serían tan abundantes como para mantener una actividad pesquera sostenida en el tiempo”, de acuerdo a lo que sostuvo el Instituto, lo que marca que la escases del recurso, es totalmente inviable para la satisfacer a la flota rionegrina, la que también se ve perjudicada por la poca presencia de merluza por razones obvias.
En apenas dos meses más vencerá la Emergencia Pesquera dispuesta en aguas provinciales de Río Negro, algo que podría extenderse si la situación no se modifica en este corto lapso, generando mayor desocupación en el sector, con cierre de los pocos establecimientos procesadores como viene sucediendo paulatinamente.