Motivo de disputas y criterios dispares entre los participantes de la pesquería hicieron que no se aproveche cuando, efectivamente y por primera vez el INIDEP, dio luz verde a partir del mismo primero de marzo, por cuanto las condiciones biológicas estaban dadas para la pesca.
Las fuerzas de criterios disímiles de algunas cámaras, junto con el beneplácito de la pesca como incidental en la captura objetiva de merluza de los fresqueros evitando que grandes congeladores puedan ingresar a ese caladero, sumado a algunos días de disputas gremiales, hizo que comience tarde.
Efectivamente desde algunas cámaras empresarias representando a empresas que estaban abarrotadas de langostino en cámara y producto del acumulado del congelado en tierra del año 2022 como consecuencia de una mala lectura alcista o sostenidos de los precios de los mercados internacionales que suponían poder acceder a precios cercanos a 8-8.50 U$s/kg y ante el derrumbe del precio internacional, hicieron fuerza para no abrir la pesquería en ese sector como otros años.
La realidad es que los datos oficiales de desembarques del marisco en el mes de Abril y Mayo fueron los menores de los últimos 9 años. A diferencia de lo que sostenían quienes no deseaban abrir la pesquería, el langostino argentino no es formador de precios internacionales y como consecuencia, no solamente no repuntaron los precios sino que la mayoría de los buques afectados a tal especie solamente hicieron una sola marea, con lo cual los perjudicados fueron quienes históricamente se dedicaron a pescar y no a especular con precios que aún hoy, no se sostienen y con una demanda muy reducida en un contexto internacional donde “sobran” de Argentina unas 20.000 tn que ya no saben dónde ofrecer.
Malas decisiones que solo perjudican a las empresas y al material humano que las integra en perjuicio de quienes pretendían evitar la pesca para que los precios remonten. Una mala lectura de «pescadores de escritorios» que acusa toda la industria pesquera y procesadora, pues el daño de haber pescado menos genera menos trabajo y menos divisas.
En concreto los números marcan y mandan, según los datos oficiales, se han desembarcado 1270 toneladas de langostino en Abril y otras 6480 toneladas en Mayo producto de las capturas “al norte”, es el nivel más bajo de los últimos 9 años y sin embargo el precio y la demanda en volúmenes en mercados internacionales, ni se inmutó.
Lo que queda claro acotar, es que Argentina NO ES FORMADOR DE PRECIOS y que menores o nulas capturas al norte NO pueden dar inicio alcista en el precio internacional del langostino salvaje y austral argentino. Quedó demostrado.
En los mercados mundiales, la crisis atraviesa aún la pos pandemia y los efectos alarmantes del impacto energético en las familias europeas como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania (dos buenos compradores de pescados y mariscos argentinos).
Tal efecto, realzó el consumo de inferior calidad, sabor y flavor del langostino de cultivo, vannamei, cuyo crecimiento fue exponencial (año 2022 se exportaron de Ecuador, México, India, Bangladesh, y sudeste asiático 4.000.000 toneladas) y que acotó todo intento de suba e interés en el entero salvaje y austral.
Los números mandan, y así lo reflejan con una caída para Abril-Mayo del 46% respecto a igual período del año anterior.
Mientras también se observa la excepcional temporada de langostino en aguas de la provincia de Chubut (ver Enero-Febrero comparado al mismo período del año 2022-21 y predecesores).
Datos oficiales suministrados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.