En una industria que aproximadamente exporta el 90 por ciento de lo que produce, pocas veces la mirada se posa en el mercado interno. Como muestra, no hay datos oficiales actualizados sobre el consumo de pescado en la Argentina.
Días atrás, una consultora privada reflejó una caída en las ventas del 14,5 por ciento durante 2016. Proporcionalmente también se expuso que la ingesta promedio anual por habitante había caído de 9,7 a 7 kilos; pero en el sector dicen no tener certezas sobre los números publicados. Sí reconocen que hubo un retroceso, aunque coyuntural.
Una de esas voces es la de Fernando Mellino, titular de la pesquera 27 de Noviembre. La firma es una de las principales abastecedoras de supermercados porteños y distintos puntos de venta, tanto en Capital como en el interior.
En el arranque de la conversación con Pescare.com.ar, el empresario definió: “El consumo del mercado interno en este último tiempo bajó por una cuestión económica; pero siento y veo que el hábito de consumir pescado va aumentando en la gente, que tiene más conciencia respecto de comer sano”.
– ¿Entonces ves lo que ocurrió en 2016 como algo circunstancial?
– Sí. Yo atiendo a la mayoría de los grandes supermercados y tanto a ellos como a las pescaderías les ha bajado la venta en góndolas, pero es una cuestión circunstancial económica de lo que fue el año pasado. Sin embargo, más allá de ese punto ha ido creciendo el consumo de pescado en los últimos años. También hay mucho consumo de rebozado que no se refleja en ninguna estadística.
– ¿Por qué pasa eso?
– El rebozado no entra en la línea de «pescados»; sino que entra como producto elaborado. En Mar del Plata lo comercializan Solimeno, Ártico, Comercial Inal, Taturiello y esas empresas deben tener más de mil toneladas por mes.
– De todas maneras seguimos sin estadísticas oficiales que avalen tu percepción empresaria…
– Seguimos sin tener datos certeros y serios. Se calcula, por las últimas mediciones de mediados de 2000, que el consumo anual de pescado estaba entre 8 y 9 kilos per cápita. Lo demás no sé de dónde sale.
– ¿Qué proyección haces para este año?
– Va a depender de las variables económicas, más que del gusto del consumidor. Si el pescado se logra mantener en niveles razonables con respecto a la carne, creo que vamos a tener un buen año.
– A las cuestiones del bolsillo habría que acompañarlas también con campañas para estimular el consumo, ¿no?
– Están faltando campañas, pero a diferencia de otros años, hace poco se me acercó gente de la Subsecretaría de Pesca (de la Nación). Están trabajando y queriendo incentivar. Esta Marcela Álvarez (coordinadora de Promoción del Consumo de Recursos Vivos del Mar) en el tema. La idea sería armar un día de promoción en los supermercados y diferentes puntos de venta; pero firme todavía no hay nada.
– Mientras tanto y un poco a contramano de los discursos apocalípticos que abundan en el sector estamos sentados en la oficina de tu nueva planta, frente a la que ya operabas…
– La inversión surgió a partir de la necesidad de atender a los clientes, de incrementar las ventas y la variedad de la oferta. Tradicionalmente trabajamos merluza y pescado fresco del variado, pero en el último tiempo necesitamos aumentar el volumen. Entonces tomé la decisión de comprar esta planta para poder procesar todo el pescado que vendo y garantizar buena calidad. Además, somos la única empresa que hace mercado interno que no tiene barcos propios y tiene a su personal en relación de dependencia.
– ¿Cómo fue la transición de los anteriores dueños de la planta a esta nueva etapa?
– La planta tenía treinta personas trabajando, las cuales siguieron. Eso hizo que duplicara mi personal a cargo y mi producción. Hoy tenemos setenta personas trabajando entre las dos plantas y los choferes. Acá tenemos sólo corte y tenemos un frigorífico sobre la calle Vértiz con mis hermanos. Ahí congelamos y manejamos también mariscos. También ofrecemos hamburguesas que le compramos a Solimeno.
– ¿A qué mercados estás llegando?
– Hoy estoy atendiendo Bahía Blanca, Neuquén, Mendoza, Entre Ríos, Santa Fe, Capital Federal -con los supermercados Coto, Jumbo y Walmart- y Rosario.
– ¿Ya se está trabajando con la mira puesta en Semana Santa?
– Sí, ya se empieza a trabajar para esa fecha porque los supermercados van comprando, sobre todo el pescado congelado para después distribuirlo desde sus centros logísticos en Buenos Aires. Ya preguntan precios, hacen alguna compra, se va armando.
– Hablabas del personal, ¿cómo ves la problemática laboral?
– Tengo una buena relación con el Soip. Pasa que yo tengo la gente en relación de dependencia y por eso estoy pagando un costo que por ahí el que tiene una cooperativa no lo paga. Me parece que se tuviera que buscar una alternativa en el medio de ambos sistemas, aunque sea por un tiempo. Podría ser un convenio transitorio o particular y ver. No nos olvidemos que hay plantas que trabajan dos o tres días a la semana y tienen miedo de tomar gente y no por mala voluntad, sino por condiciones económicas.
– Bueno, vos pudiste tomar ese camino y eso también es un mensaje…
– En mi caso no fue tan problemático. Sí hay que organizarse y trabajar más, no sólo algunos días a la semana.
– Para ser justos, digamos que se necesita una reactivación general del sector como para estimular una continuidad operativa…
– Por ahora esa reactivación no está, pero creo que de a poquito se puede llegar a dar. Si logramos que al armador le cierre la ecuación del barco, ayudaría. Con los valores que hoy está la merluza, creo que debería haber más barcos pescando. Si esto se mantiene, creo que los barcos van a salir. También el armador que tiene tres o cuatro barcos, piensa que si saca a todos va a caer el precio y no va a encontrar quién se lo corte. Es complicado.
– ¿Cómo ves el diálogo con las autoridades provinciales y nacionales?
– Es bueno a nivel provincial y nacional. La gente de Provincia nos dijo que sobre fines de febrero iba a haber un relevamiento de las cooperativas.
– ¿Y las promesas de herramientas financieras?
– Nos interesa el hecho de poder descontar cheques a una menor tasa, con una tasa subsidiada. Eso es interesante para cuando le vendes a un supermercado o para comprar calamar porque se compra en una época del año para elaborarlo en los meses siguientes, para hacer acopio y mantener la actividad de la empresa.
– ¿Se implementó algo de eso?
– Implementado todavía no hay nada. Sé que el tema de la tarjeta Pactar Pesca para financiar la compra del combustible para los barcos está más adelantado, pero con los frigoríficos viene atrasado. Se está trabajando la línea, pero la temporada de calamar ya arrancó. De todas maneras, es una ayuda no es la solución a los problemas de la industria. Por otro lado, la intervención de Provincia ART con un precio competitivo logró bajar el costo de otras aseguradoras en un diez por ciento. Bienvenida esa intervención en el mercado.
Mellino: “La caída de ventas en el mercado interno fue circunstancial”
Por Pescare7 Minutos
El titular de la firma 27 de Noviembre asegura que el consumo de pescado tenderá hacia la recuperación en 2017 si las variables económicas acompañan.