Uno de los seguidores de la pesca responsable no solo con palabras sino predicando como pescar mejor.
A su regreso, Frías recibió a nuestro portal para contar la experiencia en el Congreso, donde destacó la gran participación de jóvenes.
“Fue todo muy agradable. Ha sido una experiencia muy rica, el ver toda la juventud con interés de resolver problemas. Problemas que afectan a ‘la casa de todos’ como dice el Papa Francisco. Problemas que afectan al planeta y que tengan esa preocupación. Lo que sí es rico y es muy bueno ver realmente es que ellos se interesen, independientemente de intereses particulares o del origen de cada uno, porque es un mix, hay de todo en ese tipo de congresos”, destacó Frías.
Entendemos que en ese “mix” que mencionada se encontraban profesionales de diversas áreas, además de representantes de organizaciones no gubernamentales.
Han sido técnicos, biólogos, investigadores y también curiosos, además jóvenes motivados que quizás tienen alguna formación. Lo que sí también me quedó muy claro, es que hay mucha información de todas las áreas costeras, sobre todo las áreas internacionales de otros océanos, de otros mares, en particular del Caribe.
Fueron dos jornadas y media donde se vieron muchos vídeos, donde cada expositor se apuntalaba en un PowerPoint o en un corto de imagen y lo que veíamos permanentemente son especies, cetáceos y mamíferos que no son propios de las costas argentinas.
Cuando se refiere a que hubo mucha información sobre la costa, ¿quiere decir que falta información de lo que pasa en la altamar?
Estando ahí me llevó a una reflexión instantánea, al ver la información que manejaban. Participé absolutamente en todas las presentaciones. No solo presenciándolas, sino también interactuando con algunos planteos, con afirmaciones, con consultas. Y efectivamente todo lo que podían responder, fundado en investigaciones de otros, de carácter internacional en su mayoría, que lo utilizan de alguna manera como espejo. “Si esto pasa en el Caribe… si esto pasa en el Cantábrico… si esto pasa en el Mediterráneo…, o en cualquiera de los mares del Pacífico, en las áreas de Perú, Galápagos, debería pasar aquí en Argentina…” y las costas argentinas son muy distintas, la temperatura del agua es diferente.
De hecho la plataforma argentina es distinta…
El Mar Argentino tiene condiciones muy particulares y muy diferentes a las que estarían científicamente comprobadas en cuanto al daño. Y mientras participaba pensaba mucho en la profundidad y en el arrastre, porque parte del evento era generar una motivación para que se termine con la pesca de arrastre, y se implementen las áreas marítimas protegidas, eran los dos ejes del Congreso, fundamentales aparentemente, después descubrí que hay otros ejes, que había otras motivaciones en segundo plano.
¿Cuáles eran esas motivaciones?
Las que tienen que ver con la distribución de fondos económicos de distintas organizaciones internacionales que los disponen para que se hagan investigaciones, proyectos de estudios, todos enfocados en cómo salvamos el planeta. La proa es esa, como salvamos al mundo del propio daño que el humano le está haciendo.
Entonces pensaba, cuando los barcos naufragan -en los últimos casos lo han hecho más de 60 metros de profundidad- y lo primero que nos transmiten a los pescadores y a la familia, es que no se puede bajar a esas profundidades. Naturalmente me obliga a pensar que si no puedo bajar a recuperar cuerpos de personas porque no tengo los elementos para hacerlo, el estudio de esas profundidades tampoco debería ser posible, o con la precisión necesaria para tomar decisiones en cuanto a que el tipo de fondo no es el mismo, las corrientes son diferentes, las masas de agua son distintas y todo eso debe impactar en el fondo, donde sí un arrastre seguramente genera un daño, eso no lo podemos negar, pero quizás primero que no es absoluto, porque no se desarrollan sobre el mismo fondo de manera permanente, hay movilidad de la flota.
En segundo lugar quizás, digo quizás, como no hay estudio tampoco lo puedo afirmar, la naturaleza tenga una reparación, no voy a decir inmediata, pero sí evolutiva, sí en un tiempo relativo, ese mismo daño, ese mismo fondo se vuelve a reincorporar, por la movilidad de la masa de agua, corrientes, vientos.
Tal vez esto no permite tener una visión clara de a dónde van, a dónde se quiere ir con esto de “salvemos al mundo”, esto me llevó a esa reflexión.
Desde hace años viene sosteniendo usted el “descarte cero”, pero se impone una mirada donde para el común de la gente parece que quienes se embarcan terminan siendo depredadores del mar.
La palabra “depredador” suena mal. Pero a veces hasta es agradable.
Tiene mal marketing digamos…
Depende, porque a veces el humano utiliza ese término para decir “soy un depredador” y se siente orgulloso de serlo. Depende donde se lo aplique, es como hablar de un “animal político”, decirlo así es un premio, hay que aplaudirlo porque es un animal político, no ofende que te lo digan animal así, si te dicen animal solo te ofende.
Por ejemplo, sí entendemos como depredador al buen pescador. Porque somos altamente efectivos, no ofende. Somos depredadores porque somos cazadores, como el cazador en la tierra. Nosotros somos cazadores en el mar.
Lo que no se puede es demonizar una profesión, fíjate esto que es interesante. Estamos en un péndulo donde pescamos o dejamos de pescar, o sea, dejamos de pescar porque le hacemos daño a la naturaleza, pero por el otro lado tenemos que subsistir y alimentarnos. Y esto es un poco la información que le falta a todas estas organizaciones ambientalistas (esto pasó en el Congreso), que tienen estos objetivos. Les falta información porque están proponiendo que se termine con la pesca de arrastre porque en otros mares, donde se han hecho sus propios desmanes en el pasado, y esto también me parece interesante: si podemos poner foco en qué Europa, el norte de América, Japón, Asia, China han pescado muchísimos años antes que nosotros.
En línea con lo último que dice, desde una idea macro se expone que hay que pescar de otra manera, se le dice no a la pesca de arrastre, pero por otro lado se incentiva a nivel mundial, que se siga y se incremente el consumo de pescado, porque es fuente de vitamina, etc., a todas luces es contradictorio.
Nosotros no vemos peces, vemos pescados que sacamos del mar y lo transformamos en alimento, para alimentar justamente al mundo.
Lo que tenemos que hacer es aprovechar mejor lo que pescamos, esta es la diferencia. Tenemos que analizar si la salida es dejar de pescar o aprovechar lo que pescamos. Porque generar la cantidad de toneladas de pesca y de alimento que se necesita para sostener 100.000 puestos de trabajo y alimentar a toda los humanos que se alimentan de esto en el mundo, no hay otra manera de obtenerlo si no es con pesca de arrastre, no hay todavía. Yo no la conozco.
Si alguien tiene la posibilidad de inventarla enhorabuena. Sí podríamos pescar con una caña, pero no podríamos alimentar al mundo. No podríamos obtener un millón de toneladas. Creo que esto es lo que le falta a las organizaciones analizar, además de algo muy fundamental: hay una gran confusión entre la pesca costera y la pesca de altura, que son dos mundos diferentes, estamos aplicando la misma fórmula de salvar el planeta, protegiendo todo lo que “estaría ocurriendo” en la costas y haciendo espejo en que eso mismo, se produce a 60, 70, 80 o 200 metros de profundidad.
A este tipo de especialistas -cuando hablan ante un auditorio tan heterogéneo, con la viralización casi inmediata de la información- ¿no les estaría faltando también la “pata” de la mesa que es la experiencia de aquellos que estuvo muchos años en una embarcación pesquera?
Absolutamente, yo he participado en eventos donde hay una predisposición. Nosotros acuñamos esa frase de “arte y ciencia juntos”, donde el arte son los trabajadores y las ciencias son todos los investigadores, biólogos, científicos, que no pueden ser desvinculados, porque lo que ellos hacen nosotros no lo podemos hacer, y lo que nosotros hacemos ellos tampoco lo podrían hacer, porque si no dejarían de ser lo que están siendo y se transformarían en nosotros.
Con esto quiero decir que sí podríamos ir a hacer una experiencia de diez, quince días, un mes, para ver qué pasa, pero no es lo mismo ir quince días que estar un año. Sin perder de vista que el escenario de trabajo es el mar, que es salvaje, natural y está en permanente cambio.
Lo que pasó en este instante en el mar, no es lo mismo que puede suceder al otro día, a la misma hora, en el mismo lugar.
Volviendo ahora el tema de la experiencia. Durante el Congreso “Misión Atlántico” hizo mención al Consejo Federal Pesquero, que a su consideración y de varios de sus pares, debería tener participación de personas con el expertise en el mar al menos. En algún momento se mencionó en otro ámbito, que ese lugar debería llegar desde el lado sindical, ya que quienes conducen a los gremios, han tenido su experiencia navegando.
No tenemos ni tuvimos ningún representante dentro del Consejo Federal Pesquero, ni en la Subsecretaría de Pesca, que realmente conozca el mar, eso es indiscutible. Hemos tenido agrónomos, estudiosos, abogados, veterinarios, hubo de todo, pero ninguno salió de las 12 millas navegando. Todos gestionaron desde los escritorios y de la información que a través de los años se va generando. Para responder claramente a tu apreciación, lo que hay que entender es el origen de la Ley Federal de Pesca. 6 de enero de 1968, sería muy irónico si digo que la aprobaron a las 4 de la mañana. Porque aprobaron una ley, el 6 de enero en la Argentina, cuando todo el mundo estaba de vacaciones algo dice, pero no importa es eso es pasado. Todo evolucionó, no hay que perder la de vista que estamos en una industria, que es un negocio, donde los empresarios ponen su economía en juego para generar ganancias, no la ponen por altruismo y donde los trabajadores van a hacer este trabajo por lo mismo.
La ley solamente se queda en la administración. El Estado, el Régimen Federal Pesquero, la Ley Federal de Pesca, el Consejo Federal Pesquero con toda sus normativas, lo único que hace es ordenar una actividad desde los escritorios como decimos nosotros.
Pero eso está bien, es lo que se debe hacer.
En parte está bien, porque es fundamental que eso ocurra y enhorabuena porque lo estamos haciendo muy bien. Lo dije en el Congreso, no hay mar en mi conocimiento, más cuidado que el Mar Argentino, a pesar de que falten correcciones. Eso es indiscutible y para comprobar lo que digo, hay que salir a navegar, no hay que leer solamente archivos, ver vídeos, etc.
Alguien decía ¿cómo los controlamos? Vengan a navegar ¿Quieren saber qué pasa con la pesca? salgan a navegar. No necesitamos ni cámaras, ni de observadores, ni inspectores, nada de esas cosas, salgan a navegar y observen directamente desde el Subsecretario de Pesca hasta el último, o cualquiera de estos jóvenes que están interesados en esto, que no esperen la información.
Se creía en su origen, que este negocio era solamente del empresario y el funcionario que obviamente, por cuestiones constitucionales debe ser el ente de contralor, como si los trabajadores fuésemos a hacer algo contrario. Tenemos que ser parte de esto, porque en definitiva, todo lo que ellos resuelven, después lo tenemos que poner en práctica nosotros. Tal es así el convencimiento nuestro, que la Asociación de Capitanes presentó una modificación del artículo 8 de la Ley Federal de Pesca, para que el sector trabajador sea incluido dentro del Consejo. ¿Para ir a poner una revolución sindical? No absolutamente, esto es para ser parte de cómo vamos a aprovechar más y mejor los recursos que explotamos.
Ya no se debe pensar en el siglo 21 que integrar al sector trabajador, un representante dos, donde podría ser un representante del mar y otro de tierra, rotativo como todo.
No va a ir a participar a ese Consejo para hacer planteos gremiales, ni salariales, ni sindicales. No tengo dudas que este es el temor del sector empresario para decir que los trabajadores no participen. Deberíamos tener un grado de confianza y pensar que se ha evolucionado, que hay una claridad sobre lo que se pretende y ser garantistas con esta cuestión.
¿Usted dice que la conformación del Consejo Federal Pesquero de algún modo está orientada desde el sector empresario?
Absolutamente. Lo dije siempre. El Consejo Federal Pesquero fue conformado a los requerimientos del sector empresario, desde su origen, en un acuerdo entre empresarios y funcionarios para hacer un negocio y no está mal, no está mal.
Estamos en una industria que genera alimentos, que genera puestos de trabajo, ingresos al país. Hay que romper ese status quo del pasado, del siglo 20, donde se mira mal el negocio del empresario. Es un negocio absolutamente respetable, pero vamos a tratar de optimizarlo, vamos a tratar de que el negocio sea para todos beneficioso, no solamente para unos y para otros no.
Acá tenemos un sector empresario que tiene sus objetivos, un sector político que tiene que tener su representación y tener su recaudación, porque el Estado en este negocio está solo para recaudar, y un sector trabajador que queda a la expectativa de cargar todas las responsabilidades y pagar los costos de los errores, ya lo dijeron los funcionarios que los depredadores son los capitanes de pesca, por lo cual se les respondió que son los funcionarios los que pasan y así queda el ordenamiento del Mar Argentino.
Si el Mar Argentino está deteriorado, no es porque los capitanes depredamos, sino que las normas que se establecen y que las establecen ellos, no los trabajadores, no serían las correctas.
Está muy bien todo lo que los investigadores, biólogos, todos los que participan proponen no hacer. Lo que no dicen qué hacer a cambio. No pescamos y no hacemos nada. Hay muchas contradicciones también, hay una fuerte manifestación con la piscicultura, con los peces de cultivo. Yo estoy absolutamente en oposición, en la Argentina por lo menos, porque mientras no se aproveche lo que la naturaleza les da, no tiene sentido que nos pongamos a sembrar peces, cuando no aprovechamos lo que ya están sembrados.
Esto es una contradicción absoluta para mí, obviamente que no hago ningún planteo opositor, sino fijo una posición.
¿Y por qué el mundo va para ese lado?
Porque hay desconocimiento. El daño que hacen salmoneras es terrible. Es una realidad el daño que hacen en las costas y sin embargo, hay una predica de consumir sushi que básicamente se prepara con lo más atractivo que es el salmón de cultivo. No solamente el sushi, en cualquier evento, en cualquier catering, está a disposición y encima no es nada barato. Es mucho más costoso que los peces naturales.
Hay contradicciones. Por un lado, no a los salmones, por otro lado consumamos -y lo vemos en la televisión a diario en programas de gourmets-, hay una contradicción en la sociedad en general, y creo que es por falta justamente de información.
Pero los peces de cultivo tienen un gran aporte económico para algunos países. Por ejemplo el mayor producto que exporta Ecuador es el vannamei. Chile otro tanto con muchos productos de cultivo que son exportados y que les genera muy buena cantidad de divisas a los empresarios y al Estado.
Desconozco lo que vos me está diciendo, sí sé que las inversoras no son chilenas, por ejemplo son capitales extranjeros, canadienses, básicamente franceses, de acuerdo a información que recogí en el Congreso. Te repito, yo me refiero solamente al Mar Argentino que es el único que conozco. Lo otro es información que llega por las redes.
Por eso digo que en Panamá o en cualquier país del Caribe, estos planteos sean absolutamente efectivos, porque se dañan los corales, se enredan las tortugas. En Argentina no hay corales, que yo conozca por lo menos, que estén declarados como barreras. Acá no hay tortugas, las tortugas más cercanas que podés ver es en el Río de la Plata, una cada tanto si tiene la desgracias de caer ahí.
Vamos a hablar del Mar Argentino. Yo cambiaría mi discurso, si hubiera visto en el evento un montón de imágenes del Mar Argentino, solamente vi cajones, que es una realidad, que no son todos cajones de la temporada. Había en esas imágenes -que son públicas- cajones que tienen muchos años, con lo cual podemos hablar de 600, 1000 cajones, pero no son de un mes de trabajo. Obviamente eso hay que corregirlo, no tiene por qué haber uno. Les expliqué que los cajones no se tiran porque tienen un valor, hoy están entre 1.800 y 2.500 pesos, no es algo que uno lo anda tirando porque sí.
¿Y por qué se tiran entonces?
Te repito, estamos en el mar trabajando, en un ambiente salvaje, en un ambiente violento y hay determinado momento donde por ejemplo, en las cubiertas de los fresqueros también este enfoque, me llevas a decir algo fundamental que es que de lo que se peca acá es de generalizar.
La flota congeladora no usa cajones, le estamos echando la culpa a todas la flota pesquera cuando hay un porcentaje no menor de flota, entre los langostineros y los poteros, los barcos de vieira, que no usan cajones. Estamos diciendo que está todo mal cuando no es así.
Por eso digo lo de la información. Empecemos a tomar mejor mensura de lo que estamos hablando, para tomar decisiones efectivas y válidas para todos.
Tenemos un gran problema con mil cajones y nadie puede desconocer el daño que hacen las poblaciones a sus propias costas. Mar de Plata recibe un millón y pico de turistas por año y si uno le da una miradita a la playa, hay mucha gente que se la ve yendo rápido para el mar y no para los baños. Los emisarios submarinos, las aguas cloacales y demás tratamientos que tienen, químicamente no son absolutos sin embargo, el emisario manda todo al mar y entonces parece ser que el gran problema de la costa son los cajones, son 600 cajones y todo lo que hacemos los humanos no es nada, no cuenta.
No podemos por eso demonizar una industria que genera lo que genera. Trabajemos para encontrar soluciones, en eso estoy totalmente de acuerdo. Cuando vos pedís respuesta, tampoco las expresan, esto en referencia a varias de las exposiciones del Congreso.
Nosotros concretamente proponemos extraer toda la tierra, es aprovechar lo que pescamos, esta es la propuesta nuestra como trabajadores.
El que lleva esta idea es esta Asociación de trabajadores y en mi persona, invítenme a debatir los interesados, porque hasta hemos hecho una película, nos hemos defendido de todas las acusaciones que nos han hecho, le hemos demostrado al mundo y a la sociedad que no somos los capitanes los responsables de lo que pasa en el Mar Argentino, y que estamos dispuestos a conversarlo, a encontrar la solución.
A mí no me llaman las Cámaras para hablar de esto, no me llama el Gobierno para ver cómo lo voy a hacer, cuál es mi idea, porque obviamente que hay algo detrás de todo esto, no es solamente un título.
Si no hay interés de hablarlo, tampoco nosotros lo vamos a andar empujando, el mundo sigue girando….
Una reflexión muy válida de un Capitán, de hombre de mar, de un sobreviviente. No alcanzamos a ver lo positivo por lo que hay detrás de algunos cajones. Una enseñanza para todos, a veces está a la vista y no lo deseamos ver, la industria potencia muchas cosas con valores muy positivos al desarrollo, hacia su gente y hacia las comunidades circundantes, pero nos detenemos en lo chico de algunos cajones. Buena reflexión, Jorge..! y una gran enseñanza, aprender a ver lo que suma y no destacar lo que resta.