El mapa mundial del comercio de productos del mar experimenta una mutación sin precedentes, marcada por la reorientación de flujos, la irrupción de nuevos centros de consumo y un reposicionamiento estratégico forzado por políticas arancelarias más restrictivas. En este escenario, la Unión Europea, Japón y Vietnam emergen como protagonistas de una nueva etapa, mientras Estados Unidos cede cuota de influencia en mercados clave. La OMC muestra en la plataforma de búsqueda los nuevos aranceles de actual vigencia.
El camarón de cultivo
Históricamente dominado por la demanda norteamericana, el mercado internacional del camarón de cultivo vive una transición acelerada. La política proteccionista heredada de la administración Trump —que estableció gravámenes significativos a las importaciones procedentes de Asia— ha catalizado un desplazamiento comercial hacia destinos más receptivos y estables.
Actualmente, Estados Unidos absorbe apenas el 20 % del consumo global, con un crecimiento anual en 2024 de tan solo el 4 %, evidenciando un estancamiento que contrasta con la expansión europea. La Unión Europea, por el contrario, se consolida como el mercado más dinámico: en 2024 registró un aumento del 14 % en su consumo, y en el primer semestre de 2025 las importaciones crecieron un 25 % interanual.
Países productores como Ecuador (+49 %) e India (+42 %) han sabido capitalizar esta oportunidad, afianzando su presencia en puertos europeos gracias a la combinación de trazabilidad, sostenibilidad y diversificación de producto, ejemplificada en el éxito de los camarones tigre negros de Madagascar.
Japón bajo presión cambiaria
El mercado japonés mantiene su relevancia, con un incremento del 11 % en importaciones en 2024, pese a la depreciación del yen en un 40 %, factor que ha encarecido las compras y reducido márgenes. La reactivación del turismo internacional sostiene la demanda en el canal Horeca, confirmando a Japón como un actor estratégico, aunque más vulnerable por su volatilidad financiera.
Vietnam del muelle de exportación al plato local
En un giro notable, Vietnam transita de ser uno de los mayores exportadores de camarón de cultivo a convertirse en un mercado doméstico en expansión. El crecimiento de la clase media urbana y el cambio en los hábitos alimentarios impulsan un consumo interno que reconfigura la lógica productiva del país, obligando a las empresas a equilibrar entre la exportación y la satisfacción del mercado nacional.
El salmón noruego frente al muro arancelario estadounidense
En paralelo, la industria del salmón enfrenta un punto de inflexión. A finales de julio de 2025, Estados Unidos impuso un arancel del 15 % a las importaciones de productos del mar procedentes de Noruega, frente al 10 % aplicado al Reino Unido. Esta diferencia arancelaria confiere una ventaja competitiva inmediata a Escocia y Chile, que encuentran en el mercado estadounidense una ventana para ampliar su cuota en segmentos de alto valor.
Según medios especializados como SalmonBusiness e IntraFish, el impacto será directo: el encarecimiento del salmón noruego reducirá su competitividad y podría presionar a la baja los precios spot, debilitando el posicionamiento de Oslo.
La ministra noruega de Comercio e Industria, Cecilie Myrseth, calificó la medida de “profundamente lamentable” y confirmó que continúan las negociaciones con Washington para mitigar sus efectos. Sin embargo, los analistas coinciden en que el sector deberá diversificar sus destinos de exportación, fortalecer su presencia en Europa y Asia mediante certificaciones de sostenibilidad y explorar alianzas estratégicas dentro de la UE para contrarrestar eventuales políticas proteccionistas.
Un tablero pesquero fragmentado y competitivo
Los nuevos aranceles no solo alteran la estructura de precios y los márgenes de rentabilidad, sino que redibujan las rutas marítimas y obligan a los productores a replantear su estrategia global. Para la acuicultura noruega —responsable de más del 60 % de la producción mundial de salmón de cultivo— la pérdida de competitividad en Estados Unidos es un reto significativo, aunque este mercado represente apenas el 3 % de sus exportaciones totales.
En cambio, para Escocia y Chile, el viraje proteccionista norteamericano se traduce en una oportunidad estratégica para consolidar su presencia en el segmento premium de restaurantes y gastronomía de alto nivel.
Argentina, un gran enigma para la actividad
En la Argentina, pese a que el 97 % de sus exportaciones pesqueras proviene de capturas marinas salvajes y naturales de alto valor, el sector ha sido relegado a una irrelevancia política alarmante desde finales de 2023.
La actividad, si bien en su totalidad es una de las economías menos afectada por el creciente marco arancelario de los Estados Unidos, en lo doméstico, lejos de recibir respaldo estratégico, es sometida a costos operativos desmedidos, una presión fiscal confiscatoria y un régimen cambiario hostil que asfixia su rentabilidad y mina, de forma sistemática, su capacidad de competir en los mercados internacionales cada día más dinámicos y complejos.
La conclusión es inequívoca: la próxima década del comercio pesquero global no estará definida por un único mercado dominante, sino por un ecosistema diversificado, donde la agilidad para adaptarse a cambios regulatorios, la innovación en producto y la capacidad de establecer relaciones comerciales sostenibles serán los verdaderos motores de liderazgo.