La Cámara de la Industria Naval de Mar del Plata expresó su “profunda preocupación” por la reciente entrada en vigencia del Decreto 273/2025, que modifica el régimen de importación de bienes usados al eliminar el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), una herramienta clave para filtrar técnicamente la importación de maquinaria y embarcaciones de segunda mano.
Según la entidad, la eliminación del CIBU abre la puerta al ingreso indiscriminado de equipos obsoletos y en condiciones de uso inciertas, sin controles adecuados ni garantías de seguridad, lo que podría afectar seriamente a la industria nacional y poner en riesgo a los trabajadores del sector.
“El CIBU no prohibía la importación, sino que la ordenaba. Permitía consultar a los fabricantes locales sobre la viabilidad de producción antes de autorizar la compra de bienes usados en el exterior”, explicaron desde la Cámara. El mecanismo fue creado en 1994 bajo la gestión de Domingo Cavallo, en un contexto de apertura económica, como una forma de resguardar al entramado industrial argentino frente a inversiones de corto plazo.
En el ámbito de la industria naval, este instrumento fue clave para la renovación de la flota pesquera nacional, que venía operando con buques de hasta 60 años de antigüedad. Gracias a una combinación de medidas de estímulo y planificación, se logró reemplazar embarcaciones inseguras e ineficientes por unidades nuevas, construidas tanto en astilleros locales como del extranjero.
La Cámara recordó que la industria naval argentina ha demostrado capacidad para fabricar embarcaciones modernas y competitivas, incluso en contextos económicos adversos. “Se generaron inversiones, empleo y se alcanzaron récords de nuevas botaduras. Además, se logró reducir la antigüedad promedio de la flota”, detallaron.
Desde la entidad advierten que el nuevo decreto podría replicar escenarios del pasado. Como antecedente, mencionan el Decreto 440/71, que habilitó el ingreso de más de 120 buques pesqueros usados. “Diez años después, la mitad estaban abandonados en muelles y el 85% de las empresas importadoras había quebrado. Fue una política que destruyó nuestra industria naval, generó chatarra portuaria y terminó costando millones al Estado”, remarcaron.
En el comunicado, la presidenta de la Cámara, Florencia Garrido, también apuntó contra el doble discurso del gobierno nacional. “Estados Unidos, país al que se suele tomar como modelo, prohíbe por ley la importación de buques usados e incluso de barcos nuevos. No buscamos cerrar el comercio, sino competir en igualdad de condiciones. Nadie puede competir contra bienes usados ”, sostuvo.
Para la industria naval argentina, la medida implica un retroceso que atenta contra el desarrollo tecnológico, la innovación y el empleo calificado. “Este decreto va en contra de las políticas industrialistas de las potencias y se alinea con modelos extractivistas de países sin desarrollo industrial ”, criticaron.
Finalmente, la Cámara señaló que presentó propuestas superadoras ante las autoridades, que incluyen un sistema de evaluación previa ágil y transparente, contemplando la existencia de producción nacional, el estado operativo del bien a importar y su cumplimiento con normas de seguridad y emisiones.
“Reafirmamos nuestra vocación de diálogo para construir un marco regulatorio equilibrado que proteja el interés general y potencie la producción nacional ”, concluyó la presidente de la Cámara.