El último tramo del año encuentra al astillero Federico Contessi con plena actividad. Mientras en paralelo corre la edificación de una nueva nave de trabajo, avanzan las construcciones de tres embarcaciones en forma simultánea.
Uno de esos barcos representa un desafío mayúsculo para la firma. Se trata del “Federico C”, un congelador tangonero de 39,9 metros de eslora y 10 de manga, el pesquero más grande que hasta aquí se haya erigido en estas gradas. En el historial de la empresa está incluso por encima del “Centauro 2.000” (1995), de 32,2 metros.
La unidad reemplazará al “Miss Patagonia”, que está cumpliendo 30 años de servicios en la estructura productiva del propio Grupo Veraz. Por la complejidad que demanda su armado, el casco del “Federico C” debió ser movilizado del galpón hacia el varadero.
Las maniobras se realizaron la semana pasada y demandaron más tiempo que el habitual: “Fueron cuatro días de mucho trabajo y mucha tensión porque la tarea no era para nada sencilla”, le explicó el presidente del astillero, Domingo Contessi, a Pescare.com.ar.
El alistamiento final continuará en el varadero. El directivo detalló en ese sentido que ahora se está colocando la sección de proa (había sido cortada para posibilitar el traslado). En cuanto a la botadura, se estima que se realizará en diciembre o a principios del próximo año.
“Estamos trabajando para ver si podemos hacer la botadura hacia fin de año o primeros días de 2020. Va a ser distinta a otras porque en este caso no va a estar el barco terminado (…) Necesariamente tendremos que hacer algunos trabajos de alistamiento en tierra y posterior colocación; de otra manera no nos va a dar el calado”.
Dado estas circunstancias, es probable que se deba esperar alguna marea extraordinaria para bajar el barco a las aguas interiores del puerto local. Los datos disponibles indican que los primeros días de enero serían los más adecuados.
De todas maneras, Contessi aclaró: “Al margen de que tenemos limitaciones de espacio, este no es el barco más grande que podríamos construir. El tema es que hasta ahora no hemos tenido demanda de barcos más grandes. Siempre ese tipo de buques se han importado usados”.
Luego, agregó: “En estos últimos tres años, por primera vez se empiezan a importar nuevos. Por eso el “Federico C” lo empezamos a hacer para nuestro propio grupo empresario, esperando que una vez que esté en el agua genere la confianza para animar a otros”.
La definición cobra sentido en el marco del debate abierto por la fijación de aranceles para la importación de embarcaciones, que se actualizó con la reciente visita al país del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. El funcionario europeo habló de un supuesto compromiso del Gobierno argentino para bajarlos del 14 al 7 por ciento.
Es conocido en el medio el interés y el potencial que tiene el clúster de Vigo. Los españoles ven un negocio de 1.200 millones de dólares cuando analizan la renovación de flota que demandará la industria pesquera local en los próximos veinte años.
Los astilleros locales, naturalmente, están dispuestos a competir si se fija el marco adecuado. Como muestra, Contessi está construyendo otros dos buques: el “Espartano”, para Cabo Vírgenes, y el “Nuevo Quequén”, para el armador Roberto Valle.
Son unidades costeras de unos 20 metros de eslora, aunque el primero presenta características particulares: es doble cubierta, un prototipo nuevo que busca la innovación en el segmento.