El puerto de Puerto Deseado, principal punto de exportaci贸n de la provincia de Santa Cruz y un n煤cleo vital para la pesca y otras industrias, atraviesa una grave crisis que amenaza la estabilidad de su actividad econ贸mica y comercial. Este punto estrat茅gico para la salida de productos esenciales como carne ovina, lana, pescados y mariscos y la producci贸n minera, est谩 viendo c贸mo los recurrentes conflictos del sindicato de estibadores, -en este caso-, lejos de defender el empleo, han espantado inversiones y socavado la confianza de las empresas en la regi贸n.
Para la industria del transporte naviero, el tiempo es oro. Un barco detenido en un puerto es considerado tiempo ocioso y p茅rdida del mismo. Cada buque que arriba a Puerto Deseado tiene un cronograma ajustado; cualquier demora no es solo un costo econ贸mico, sino un reflejo de ineficiencia. En esta ocasi贸n, fue el buque portacontenedores Varamo, de la compa帽铆a global Maersk, el que se convirti贸 en el protagonista de un nuevo episodio de tensiones sindicales. La nave, tras descargar solo 64 contenedores vac铆os en la noche del domingo 10 de noviembre, fue forzada a partir sin completar sus operaciones debido a la negativa de los trabajadores de la estiba a continuar con las labores de descarga, a pesar de la conciliaci贸n obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
Este conflicto, que dej贸 120 contenedores de productos pesqueros y mineros en tierra, adem谩s de varios cargamentos destinados a empresas mineras de importancia, constituye un golpe econ贸mico no solo para las compa帽铆as involucradas, sino para toda una comunidad que depende de la actividad portuaria. La falta de resoluci贸n y el desaf铆o abierto a las normativas laborales que intenta imponer el gremio de estibadores en su disputa con las empresas reflejan un sindicalismo intransigente y miope que, en lugar de salvaguardar los intereses de los trabajadores, perjudica a la misma comunidad a la que dice proteger.
Los reclamos del sindicato son varios, entre ellos un aumento salarial que no ha logrado negociar desde julio, el pago de 鈥渓ucro cesante鈥 por las operaciones desviadas a otros puertos y el cumplimiento del 鈥淔ondo de Asistencia al Sector Pesquero鈥, solicitado en septiembre y que el Gobierno provincial se comprometi贸 a abonar en octubre. No obstante, el m茅todo empleado para hacer valer estas demandas鈥攆uerza bruta, chantaje a la estabilidad de un puerto fundamental y desprecio por las disposiciones legales鈥攄esvirt煤a los principios de la negociaci贸n sindical y convierte al gremio en un factor de bloqueo que impide el desarrollo y ahuyenta el trabajo genuino de la regi贸n.

La situaci贸n ha desencadenado un clima de frustraci贸n e indignaci贸n entre los empresarios y verdaderos trabajadores portuarios, muchos de los cuales sienten que son 鈥rehenes de un peque帽o grupo de personas鈥 que, mediante amenazas y actitudes destructivas, han destruido la confianza en el puerto desde hace muchos a帽os. En lugar de fomentar un entorno de seguridad y crecimiento econ贸mico, los l铆deres gremiales han mantenido al puerto y sus trabajadores en una continua inestabilidad, promoviendo un c铆rculo vicioso de conflictos y p茅rdida de oportunidades. Las grandes empresas pesqueras, a lo largo del tiempo, en su historia, han huido de aquellas latitudes. La inviabilidad e intransigencia laboral condicion贸 su normal desempe帽o.
Hace poco, las consecuencias son palpables, empresas como Arbumasa, con d茅cadas de operaciones en el puerto, (que es probable no sea el 煤nico motivo), han optado por retirarse, y otras eval煤an seguir su ejemplo, otras; como lo demuestra la historia, ya han partido, es que trabajar se ha hecho inviable.
Como advirti贸 un armador local, el puerto podr铆a enfrentar un 茅xodo de compa帽铆as si no se frena la 鈥渆spiral de sabotaje sindical鈥. Asimismo, la desilusi贸n de los trabajadores portuarios es evidente. Aquellos que desean trabajar denuncian que la constante interferencia de la c煤pula sindical les impide acceder al trabajo, que ans铆an y del que dependen, mientras observan c贸mo se esfuman las oportunidades de progreso.
El diputado Carlos Santi ha sido una voz cr铆tica y realista al se帽alar que estos conflictos se repiten 鈥casi todos los a帽os 鈥 y que el sindicalismo, en lugar de ser un pilar de defensa laboral, ha terminado por ser 鈥un tiro en los pies para la comunidad 鈥, resalt贸 para el medio sure帽o La Opini贸n.
Aunque el Gobierno provincial ha anunciado reuniones con el sindicato y el gobernador ha sostenido encuentros con representantes gremiales, el puerto de Puerto Deseado sigue sumido en una crisis que persiste desde hace varios lustros, que requiere soluciones concretas y una visi贸n de largo plazo para evitar su colapso.
La provincia de Santa Cruz, mientras tanto, busca una mayor participaci贸n de CITC de merluza hubbsi con fines netamente sociales, una negociaci贸n que empantan贸 la redistribuci贸n de la misma, hoy muestra, -y desde hace muchos a帽os-, la incapacidad de encontrar un punto de equilibrio en trabajadores que mantienen de reh茅n a las empresas decididas a invertir y generar empleo en aquellas latitudes, convirtiendo el desaf铆o en una verdadera odisea. Santa Cruz, no puede continuar prisionera de un sindicalismo que insiste en detener el desarrollo en nombre de una supuesta defensa de los derechos laborales. Las consecuencias de esta actitud destructiva son graves y van mucho m谩s all谩 de un conflicto laboral: significan el deterioro de una comunidad entera, la salida de empresas que aportan empleo y la p茅rdida de oportunidades de inversi贸n en una regi贸n que, de otro modo, podr铆a florecer como motor econ贸mico del sur argentino.









