Durante la última reunión del Consejo Federal Pesquero, el tan esperado tratamiento de la redistribución de la cuota de merluza hubbsi fue nuevamente postergado. Este aplazamiento, que ya comienza a parecer indefinido, plantea interrogantes sobre los motivos reales detrás de esta demora. ¿Es realmente la puja por las solicitudes de mayor volumen solicitado por las provincias de Santa Cruz y Río Negro el único factor que frena el proceso? ¿O acaso existen otros intereses ocultos que estarían obstaculizando la redistribución de esta especie clave para la economía del sector pesquero?.
En verdad, esta redacción lo desconoce, pero aplicando aquel axioma que dice » lo importante no es lo que se dice y se hace, sino dónde conducen los actos «, la realidad indica que desde el mismo vértice de la Subsecretaría de Recursos Acuáticos y Pesca se obedece el cumplimiento de directivas que a hoy, parecen depender de otras desconocidas y misteriosas variables para su resolución, así lo demuestran los hechos.
La merluza hubbsi, corazón de la actividad pesquera argentina, no solo es un recurso vital que sostiene a miles de trabajadores directos e indirectos, sino también la piedra angular de muchas comunidades costeras que han desarrollado su economía y su forma de vida en torno a ella. No es exagerado decir que esta especie ha impulsado el desarrollo de industrias conexas, como la naval, que también dependen de su adecuada administración.
La solicitud presentada por Intercámaras, en representación de las cámaras del sector pesquero, pone sobre la mesa la urgencia con la que se debe resolver la cuotificación de la merluza hubbsi. El pedido es claro: el Consejo Federal Pesquero debe ofrecer previsibilidad y certezas en relación con las Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC), que hasta ahora no han sido redistribuidas. Sin avances visibles y sin detalles claros sobre las negociaciones, la industria sigue en vilo, enfrentando no solo desafíos comerciales, sino también un creciente desgaste operativo.
El Acta N° 19/2024 del Consejo es testigo de la falta de progreso, pero también de un cambio significativo. Por primera vez, se percibe un alineamiento entre los representantes provinciales, en particular Chubut y Buenos Aires, quienes junto a Intercámaras han manifestado abiertamente su preocupación. El Dr. Andrés Arbeletche, representante de Chubut, cuya voz ha sido firme y clara a la hora de defender a todo el sector ante embates desafortunados a principios de la semana pasada por parte del Ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, defendió con categoría la importancia de avanzar con la cuotificación para asegurar la estabilidad de todo un sector que genera empleo genuino.
La propuesta de Intercámaras no es novedosa en su esencia, pero sí en la urgencia con la que se plantea. Se solicita seguir los parámetros ya aplicados en la cuotificación de otras especies, como la merluza de cola, la merluza negra y la polaca. La cuotificación de la merluza hubbsi no es solo un imperativo económico, sino también un compromiso con la sostenibilidad de los recursos y con un manejo responsable de las aguas argentinas.
El sector pesquero, por su parte, subraya la necesidad de mantener el plexo normativo vigente, respetar los acuerdos técnicos ya establecidos y atender las necesidades de la industria y las comunidades costeras. Cada retraso en la cuotificación, advierten, afecta la estabilidad económica y social de regiones enteras que dependen de esta actividad.
Lo que está ocurriendo dentro del Consejo Federal Pesquero parece, sin duda, ser un cambio de paradigma. El consenso logrado entre algunas de las provincias y el sector empresarial, junto con el respaldo de los gremios, es una señal contundente que existe una convergencia de intereses en la urgencia de resolver este tema. Los gremios, a través de sus notas, también han dejado en claro su apoyo a la redistribución, lo que sugiere que ya no es solo una demanda empresarial o provincial, sino un clamor general que atraviesa al sector en su totalidad.
¿Cuánto más puede mantenerse en suspenso una decisión que afecta a tantos? Solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que la presión aumenta y los actores involucrados parecen más unidos que nunca en su pedido de una solución definitiva.