El escenario de la pesca es muy dinámico, dependiendo de factores que antes no se consideraban siquiera. Algunos externos, los mercados; y otros de índole monetaria, que inciden fuertemente en las economías y finanzas de las empresas.
Cualquier de ambos escenarios, están interrelacionados al valor del Tipo de Cambio.
Los avatares del país, que son de público conocimiento, modificaron los esquemas empresarios de los últimos meses, en paralelo con la espiralizacion de variables ligadas a la exponencial inflación que acelera dejando atrasado fuertemente el dólar de trabajo, el oficial.
El mismo que las empresas dependen para fijar sus exportaciones. La pesca, como actividad está condicionada a Él, debido que más del 90% de lo que se extrae, su destino es fuera de nuestras fronteras.
Lo veníamos anticipando, el retraso en el tipo de cambio cuya modalidad de implementación, crawling peg (escalonado, controlado), tenia una pendiente menor a las variables de ajuste del INDEC, producía una fuerte merma en las rentabilidad, haciéndolas -de persistir- negativas y preocupantes.
Las empresas necesitan rentabilidades para pagar, crecer y desarrollar. El langostino, aporto mucho para ello y mientras sigan las capturas, cualquier pescador pudo convertirse en empresario. Pero lo bueno dura poco y mucho menos en nuestro país, errático, cambiante e impredecible.
Factores externos. Mercados.
La primer gran luz de alerta en amarillo, fue el COVID-19. Erosionó la demanda en los mercados de consumo, primero China, el gran demandante, y después Europa y Estados Unidos. Fueron dos años donde se reacomodaron exportaciones y se pudo superar con criterio y sin costos mayores. Hacia mediados del 2021, ya contraladas las diferentes variantes, se especulaba con una energía potencial acumulada producto de demanda insatisfecha y represión del consumo durante años. La expectativa era de crecimiento. Aun no se evidenciaban las implicancias, repercusiones e impactos de casi dos años de demanda en retracción. En el mientras tanto, el langostino enmendaba errores, haciendo creer que todos eran empresarios. El langostino paso a ser el aguinaldo de las empresas. La merluza y el calamar permitían el trabajo y los costos; y con el marisco se avanzaba.
La gran especulación era finalizar el COVID-19 y tener los teléfonos al rojo vivo por la demanda. No fue así. A Vladimir Putin se le ocurrió un paso estratégico y una fuerte traición a Europa que le hizo creer que la economía verde era posible y que controlar las emisiones ayudaba al planeta, mientras los países fueron desafectando la generación de energía sucia y dependiendo cada vez mas de Rusia, que aumentaba su generación de gas, petróleo y energía eléctrica impulsada sin interesar mucho el medio ambiente.
Rusia fue el dueño de la exclusa de la energía Europea. Sin energía no se produce, sin energía no se crece ni desarrolla. Por ende, aquella expectativa de crecimiento post pandemia quedo rápidamente desdibujada por una cruel guerra que ya a pocos les interesa en el resto del mundo, pero que tiene fuerte incidencia en las variables, incluso de la pesca.
Maxime cuando Rusia y Ucrania eran dos importantes destinos de la merluza y el langostino argentino de una calidad menor.
El mundo previene y demanda menos. Europa sabe que este invierno será duro y hace su previsión. Las variables comienzan a hacerse mas imprevisibles. Estados Unidos, siente también el impacto, ya con un gobierno menos austero, mas populista y mas emisor. La inflación comienza a crecer también dentro de sus fronteras.
En el mientras tanto, los países que fomentan el cultivo de camarón, superproducen también esperando esa ansiada sobredemanda. Así es como en el primer trimestre tanto China, Estados Unidos y España llenaron sus cámaras con mas de 350 mil toneladas solo de Ecuador. El langostino, que otrora, era el aguinaldo de las empresas extractivas y exportadoras, hoy no solo no tiene mercado sino que tampoco precio (al menos el entero congelado abordo). Aquel salvador, de otros tiempos, hoy es un problema. Las cámaras quedaron sin vaciar producto de la zafra anterior, le siguen llegando de esta zafra, y los barcos siguen capturando. Los grandes consorcios empresarios deberán mostrar la capacidad financiera de sus espaldas.
Factores Internos. Macroeconomía.
Desde hace tiempo insistimos que la fabula de la rana parece adaptarse plenamente a lo que sucede en nuestro entorno. Si cualquiera de nosotros un día escucha en un medio de difusión que varios elefantes atraviesan la ciudad, ya nada nos asombra. Nos han hecho a fuego lento. Estamos cocinados. El poder de asombro se ha perdido y mucho más el de reacción.
Así es como la pendiente entre el crecimiento de los costos; atenta fuertemente contra la pendiente del Tipo de Cambio. Por ende, vamos al baño como elefantes y comemos como pajaritos. ¿Hasta cuándo? Acá hay tres respuestas,
- hasta que las empresas deterioren el capital de trabajo con el destino de un trágico final.
- hasta que los empresarios frenen sus propias estructuras de desarrollo, empleo y comience un redimensionamiento a la realidad.
- Hasta que la economía no tome a los empresarios como adversarios sino como elementos generadores de desarrollo, empleo y divisas en la construcción sana de las empresas.
La primera opción es grave para el desarrollo y el entramado productivo exportador, la segunda es compleja a nivel social y la tercera, se entiende es el escenario mas probable como ultima oportunidad de conservar el destruido pacto social.
Lo habíamos adelantado en dos oportunidades haciendo un paralelismo histórico con el precio del Gasoil, máximo insumo junto a la mano de obra, respecto a los costos operativos de la actividad primaria extractiva pesquera.
Ver
https://pescare.com.ar/los-precios-de-la-energia-en-las-nubes/
Panorama Actual. Cambio de gabinete económico. Incertidumbre
La cadena abordo siempre se corta por el eslabón mas débil, es lógico, si el país pasa dos años financiando el déficit con emisión espuria descontrolada que termina generando inflación creciente y una política del BCRA devaluando sin acompañar siquiera la inflación.
Y ademas se le suma la vertiginosa caída de imagen del sistema político de decisión, debido que hace 90 días el gobierno presento un acuerdo con el FMI para reducir los desequilibrios en abril y mayo ; y a los 20 días siguientes el gasto creció un 17% arriba de la recaudación y la recaudación tan solo un 5%, es muy lógico que un lunes nos despertemos con una única solución, hacer un plan económico de contingencia, privilegiando a los exportadores y castigando la importación no solamente con un regulador, el Tipo de Cambio; o profundizar con mas de los mismo.
Para quien llegue, hace falta un programa de estabilización para afirmar la expansión y desarrollo futuro de la economía argentina en un momento muy difícil del mundo que se orienta mas a reducir gastos que a demandar bienes, servicios y productos del mundo.
La pesca necesita resolver temas que inexorablemente deben apuntar a:
- Bajar la presión tributaria.
- Bajar la conflictividad sindical.
- Resolver la falta de insumos.
- Sincerar los precios relativos.
- Ajustar las cargas sociales.
- Atenuar la industria del juicio.
- Impulsar acuerdos bilaterales para facilitar ingreso a mercados mundiales evitando costosos aranceles de ingreso.
- Volver al acceso de créditos a tasas internacionales.
- Libre disponibilidad de activos hacia y desde el exterior. (nadie ingresa donde no puede salir).
- Eliminación de burocracia administrativa.
- Eficiencia en los muelles y puertos mas operativos.
En cuanto a retenciones, por supuesto que el Estado necesita financiarse, pero tampoco se entiende que desde que se implementó el régimen de retenciones a las exportaciones, cualquier empresa de las primeras 10 exportadoras pesqueras, han contribuido con mas de 50 millones de dólares, que en manos privadas hubiesen colaborado a la renovación de la flota, (por ejemplo), generando trabajo y barcos mas seguros; en cambio, desde el 2002 a hoy, ¿a que caja fueron a financiar?
El concreto, el panorama parece sombrío y de incertidumbre para la Argentina, pero para el sector, sincerar las variables siempre serán un atenuante y la base de un futuro mejor.