La reciente crisis pesquera dej贸 al descubierto una de las realidades menos visibilizadas del sector: la situaci贸n de los relevos, marineros eventuales que reemplazan a los tripulantes efectivos y que hoy enfrentan un escenario de precariedad laboral e incertidumbre.
La prioridad para embarcar siempre recae en los efectivos, tal como lo establece la legislaci贸n laboral. Esto significa que los relevos solo tienen oportunidad de subir si un efectivo se desembarca, lo que limita de manera estructural sus posibilidades de trabajo.
Este a帽o, el conflicto gremial y la paralizaci贸n de la flota por m谩s de cuatro meses redujeron dr谩sticamente el tiempo de actividad. Como consecuencia, los efectivos buscan aprovechar al m谩ximo los meses restantes de campa帽a, lo que pr谩cticamente elimina las chances de embarque para los relevos.
Con menos navegaci贸n, sus ingresos son mucho menores, y a eso se suma un problema administrativo: las empresas suelen exigir que presenten la renuncia al finalizar para cobrar la liquidaci贸n final, lo que los deja sin acceso al fondo de desempleo ni a la cobertura excepcional de obra social.
En los primeros meses del conflicto, cuando los barcos estaban parados y se retomaba la actividad, fueron los relevos quienes recibieron los primeros llamados para embarcar antes que los efectivos, ya que muchos de estos 煤ltimos no quer铆an salir, 鈥pero tuvieron empat铆a por los efectivos y no quisieron salir鈥.
Hoy, tras meses sin ingresos, reclaman el mismo gesto: que los efectivos tambi茅n tengan en cuenta su situaci贸n y permitan un mayor recambio en las tripulaciones para que ellos puedan acceder a un m铆nimo de trabajo.
Mientras que un marinero efectivo percibe un salario mensual fijo, los relevos carecen de estabilidad y solo cobran cuando logran embarcar o quedar a la orden. Esta desigualdad estructural se profundiz贸 con el conflicto reciente, ya que los relevos quedaron pr谩cticamente sin ingresos durante la mayor parte del a帽o.
A pesar del acuerdo alcanzado, gran parte de la flota congeladora sali贸 a navegar con dotaciones reducidas, en algunos casos hasta con ocho tripulantes menos por barco. Con cerca de 120 buques congeladores tangoneros en actividad, se estima que se perdieron alrededor de 300 plazas laborales que podr铆an haber sido ocupadas por relevos.
Desde distintos sectores se帽alan que este escenario pudo haberse evitado si en el acta acuerdo se hubiera garantizado la misma cantidad de tripulantes que en la temporada anterior, pero no aparece en ninguna cl谩usula, por lo que el sector empresarial busc贸 un perfil mas austero de mano de obra a bordo.
La problem谩tica de los relevos tambi茅n expuso la interna sindical en la pesca. Dirigentes y afiliados acusan al v茅rtice nacional del gremio de priorizar la pol铆tica partidaria por encima de los intereses de los trabajadores. Entre las cr铆ticas se mencionan la falta de gesti贸n en la obra social, las disputas entre sectores de fresco y congelado, y la presunta connivencia con las empresas para permitir la reducci贸n de tripulaciones.
Las acusaciones incluyen tambi茅n cuestionamientos a la conducci贸n nacional por su alineamiento pol铆tico y por la ausencia de respuestas concretas a las necesidades de los afiliados.
Seg煤n estimaciones, cerca del 70% de los marineros de la pesca son relevos. Esto convierte a este grupo en el m谩s golpeado por la crisis, al quedar fuera del sistema de embarques, sin cobertura laboral adecuada y con ingresos reducidos a cero en muchos casos.









