Con otro operativo prácticamente sin precedentes, en la mañana de este miércoles continuaron los trabajos de reacondicionamiento del BP “Luca Mario”. Ya habíamos realizado una nota a mediados de mayo, cuando se sacó el viejo bloque del motor (17.000kg) en una tarea de dimensiones poco frecuentes en los muelles. Ver nota Movimientos faraónicos en el puerto local.
La reparación denominada “de media vida”, del destacado buque de 83.60 metros de eslora, que en algunos meses más quedará prácticamente a nuevo, a través de los trabajos que se están realizando y que vienen desde el mes de abril pasado, cuando la empresa armadora Luis Solimeno e hijos SA determinó la renovación por completo de la embarcación. Es en un plan estratégico de modernización iniciado hace algunos años donde la sociedad armadora, en aquella oportunidad, puso a nuevo el BP Ponte de Rande, otro gigante de las muelles de Mar del Plata.
Cambio de motor, equipos electrónicos de navegación, timonera completa, caja reductora, línea de eje, renovación de sus camarotes para una mayor y mejor habitabilidad de sus tripulantes, hasta las propias baterías de baños, además de los túneles de frío y la planta de procesado que posee a bordo, son algunas de las tareas que a diario se están concretando, con más de 200 toneladas de chapa cambiadas y la totalidad de pisos de las cubiertas superior, de trabajo y de la planta.
La responsabilidad y supervisión de los trabajos está a cargo del Ingeniero Hugo Guirin, quien en diálogo con PESCARE detalló que se están llevando a cabo, -contado con una naturalidad increíble- que en la mañana de este miércoles, bajaron el motor principal, a la vez que confirmó que es el segundo motor más grande que se ha movido en el puerto marplatense, siendo de similares características al que se colocó en su momento en el BP “Ponte de Rande”, siendo este último el de mayor porte.
Con anterioridad ya se había bajado el generador de punta de eje y la caja, y ahora, con maniobras que requirieron la intervención de más de una veintena de operarios en los trabajos, finalmente fue el turno de la planta propulsora. La maniobra fue planificada durante tiempo, y puesta en marcha dos días previos, para subir a un trailer especial -por lo bajo- el motor de 3.70mts de altura, que pudo ingresar justo por centímetros a la altura del ingreso a la TC2. La operación parece simple, pero en la práctica y debido a la estructura de los silos y la altura de la pluma de la grúa que levantaría el motor, se debió modificar por algunos metros, el lugar de atraque -mas a popa- del BP Luca Mario, para ello, el personal de muelle liderado por el capitán de armamento de la empresa, debió correr 12 buques, entre los que se encuentran pesos pesados como el BP Beagle I a popa y varios poteros, más los tradicionales inactivos que no cuentan con personal a bordo, ni con cabos de amarre en condiciones.
El metódico movimiento de las personas que trabajaron en el lugar, no dejó de asombrar a operarios acostumbrados a estas cuestiones, ya que el potente motor de 5.000 HP y sus 50 toneladas de peso, por sus dimensiones fue digno de admiración por quienes estaban transitando la sección 12 del muelle de ultramar del puerto de Mar del Plata en una maniobra que es digna de destacar, de tan solo 40 minutos, el motor en cuestión, pasó del muelle a estar abulonado al asiento del buque en su destino final.
Un puerto tal vez no tan acostumbrado a este tipo de movimientos, habida cuenta que para poder movilizar y colocar el motor no existe una grúa en la ciudad que pudiese hacerlo, por lo que la empresa armadora debió hacer trasladar desde la vecina ciudad de Necochea, un vehículo que pudiese soportar tamaño peso y con un brazo de 16 metros de radio y que no generará inconvenientes, a la vez que llevara tranquilidad al propio armador “Tony” Solimeno, quien se encontraba a pie de muelle y sobre el espardel junto a varios colaboradores, supervisando los trabajos que este empresario con una extensísima trayectoria –de más está aclararlo- no dejó de maravillarlo, a punto tal que a sugerencia de algunos de los presentes le solicitaron se tomase una fotografía.
La grúa en cuestión de acuerdo a lo relatado por el Ing. Guirin, es una grúa capacitada para soportar 250 toneladas, para que con esa resistencia, pudiese meter el motor a unos 16 metros del muelle aproximadamente.
“Si bien técnicamente hay que hablar de ‘media vida’, el barco está siendo renovado completamente a nuevo, tiene todos elementos de primerísima calidad y va a tener todo lo necesario y más, para cuando vuelva a navegar que calculamos puede ser entre el mes de abril o mayo del año próximo”, sostuvo el ingeniero.
“Nos falta finalizar la parte de la instalación, que será en una próxima etapa, pero primero debíamos colocar el motor y de ahí en más continuar con los trabajos. Te repito, va a quedar un barco completamente nuevo”, sentenció Guirin.
Sin dudas que se podría calificar como “doble mérito” las tareas que se están realizando, pero si se tiene en cuenta la enorme dificultad para poder ingresar a nuestro país cualquier tipo de repuesto además de poder ser beneficiado de girar las divisas al exterior por el propio BCRA –sobre todo de la industria naval- el mérito es mayúsculo, ya que al no haber algún tipo de elemento y repuesto en la Argentina, se lo debe importar, tarea nada sencilla por estos días, dificultades que están haciendo que el polo productivo de cualquier actividad (aquí la pesca), se vea retrasado y con pérdidas de tiempo y de dinero superlativo, ante la mirada omisa de quienes deben dar solución a tamaño entorpecimiento de la actividad productiva primaria extractiva.
Lo concreto es que «AstiSol» , como se denomina al equipo permanente de reparación en muelle » Astillero Solimeno » le compite a cualquier verdadero astillero, en tiempos, eficiencia y planificación. Nada librado al azar, el equipo de Guirin precisa con la exactitud de un joyero suizo las tareas, cálculos, presupuesto y tiempos, para finalizar la obra, algo de enviar para sectores especializados que están en la industria naval.
Al margen de lo anecdótico y vistoso de la operacion, lo mas importante a destacar es la generación de trabajo que las empresas pesqueras ofrecen a la sociedad. El puerto de Mar del Plata mucho más que un parque industrial, nuclea a 172 empresas del sector (según el último censo del Consorcio Portuario regional Mar del Plata).
Un barco es un industria generadora de trabajo, no solamente directo a quienes participan de la pesca, sino este tipo de eventos constituye un aporte genuino al sector laboral en una ciudad que tristemente es la segunda en orden de desempleo en nuestro pais. Una actividad que hasta parece olvidada por funcionarios locales que levantan las banderas por haber tapado un pozo en las destruidas calles de Mar del Plata. Ayer, marcó un nuevo hito en la industria naval, no solo por un motor, sino por lo que genera la pesca con su aporte a la mano de obra genuina, generación de trabajo que redunda en el bienestar y generación de desarrollo productivo de nuestra ciudad, al margen de una gran colaboración para transformar mano de obra ociosa y desempleada por trabajo genuino inclusivo y calificado. El valor de la empresa y de los empresarios, que aún apuestan por una argentina posible y mejor con menos prensa pero con bases sólidas para un futuro mejor.