Si bien las características particulares que tiene este 2020 hizo que el grueso de las inquietudes del sector se las llevara el langostino con el derrumbe de los mercados y los conflictos gremiales, la merluza hubbsi tuvo/tiene su propio recorrido oscuro.
En primer término, los datos de la Subsecretaría de Pesca de la Nación muestran que entre enero y septiembre hubo menos volumen sobre los muelles respecto al mismo período del año pasado.
En total, se descargaron 181.380 toneladas, con una merma interanual del 21,2 por ciento.
Todos los stocks exhiben menores rendimientos, inclusive el localizado por debajo del paralelo 41° S, el más rico del caladero:
. Efectivo Sur: 165.971,8 toneladas / -19,5 por ciento
. Efectivo Norte: 11.669,5 toneladas / -18,8 por ciento
. Zona Común de Pesca: 3.739,2 toneladas / -59,7 por ciento
Exportaciones
Estas variables naturalmente impactaron en los niveles de exportación del recurso. Hasta el 31 de agosto, se habían comercializado 60.413 toneladas a cambio de 135,2 millones de dólares, de acuerdo a datos que registra el Indec.
Se trata de una baja entre períodos del 14,7 y del 25,4 por ciento respectivamente. El precio promedio en la zona de los 2.239 dólares (-12,6 por ciento) termina de explicar un escenario complejo; sobre todo para Mar del Plata, identificada históricamente con la especie.
Impacto Covid-19
Los casos de Covid-19 en diversas plantas de tierra traban aún más el canal de procesamiento y comercialización por estos días. A eso se suma la aparición de merluza en aguas cercanas a la estación marítima local y la consecuente baja de precios.
Hasta la semana pasada, los buques fresqueros la están pescando a unas veinte horas hacia el sur del puerto local. Los barcos más grandes del segmento lograban hasta dos mil cajones por día.
En cuatro días completan y vuelven a puerto; aunque después cueste ubicarla. En cuestiones justamente de oferta, demanda e incentivos podría anclarse el presente de la pesquería. Nadie en la industria está viendo una crisis biológica.