El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ha dado un paso significativo en la modernización y descentralización de su infraestructura técnica con la ampliación de la Red Nacional de Laboratorios (RedLab). Esta iniciativa permitirá al sector agroproductivo contar con un acceso más amplio y eficiente a servicios analíticos con reconocimiento oficial, esenciales para cumplir con las demandas del mercado nacional e internacional.
Mediante la Resolución 1446/2024, la entidad rectora de la sanidad, calidad e inocuidad de los alimentos establece un marco normativo que optimiza la acreditación, operación y supervisión de laboratorios públicos y privados distribuidos a lo largo del territorio nacional. Uno de los cambios más destacados radica en el criterio de acreditación, que deja de ser otorgado al laboratorio como unidad general para enfocarse en los rubros específicos de competencia analítica. Los establecimientos interesados deberán someterse a una auditoría detallada, ya sea presencial o virtual, y superar pruebas interlaboratorio que garanticen la precisión y confiabilidad de sus resultados. Cumplidos estos requisitos, recibirán un «Certificado de Autorización» único, que validará sus capacidades técnicas en los rubros asignados.
La simplificación administrativa y la digitalización de procesos son otras de las novedades que se incorporan a esta ampliación. Se elimina la necesidad de conformar un expediente madre, reduciendo significativamente los tiempos asociados a los trámites administrativos. Además, se establece la obligatoriedad de reportar los resultados analíticos en tiempo real mediante los sistemas digitales del Instituto, un avance que fortalece la trazabilidad y la transparencia en los controles sanitarios. Estas medidas no solo modernizan el sistema, sino que también facilitan la toma de decisiones estratégicas basadas en datos precisos y actualizados.
La RedLab, integrada por laboratorios públicos y privados, desempeñan un papel fundamental en la estrategia nacional de sanidad y calidad agroalimentaria y pesquera. Los servicios analíticos reconocidos oficialmente son una herramienta indispensable para garantizar la seguridad sanitaria de los productos argentinos, tanto en el mercado interno como en los exigentes mercados internacionales. Este sistema asegura la confiabilidad de los análisis y promueve un estándar técnico alineado con las normas científicas internacionales.
Con esta ampliación, el SENASA acerca los laboratorios a los principales centros de producción, reduciendo los costos y los tiempos asociados al traslado de muestras. Asimismo, fomenta la articulación público-privada como un pilar para la innovación tecnológica y la mejora continua de los servicios analíticos. La iniciativa refuerza el compromiso de Argentina con la excelencia sanitaria e impulsa la competitividad de los productos nacionales en un contexto global cada vez más exigente.
El organismo plantea un enfoque renovado para agilizar los procesos técnicos y administrativos en pos de asegurar la calidad sanitaria y la inocuidad de los productos argentinos. Sin embargo, esta estrategia deja en evidencia una preocupante disparidad en la aplicación de criterios regulatorios. Mientras que los establecimientos modelo, ajustados estrictamente a la legislación vigente, enfrentan una densa burocracia que obstaculiza su operatividad, otros sectores, como ciertos procesadores y galpones al margen de la normativa, parecen operar con una permisividad alarmante, desprovista del rigor regulatorio que la actividad requiere.
La falta de uniformidad en los controles no solo erosiona el principio de equidad entre los administrados, sino que también socava la confianza en el sistema sanitario nacional. La aparente laxitud hacia quienes no cumplen con los estándares mínimos —como la documentación respaldatoria de la procedencia de recursos pesqueros— genera un vacío crítico en la garantía de inocuidad alimentaria. Esto contrasta marcadamente con el rigor al que son sometidos los actores alineados con las exigencias normativas, quienes cargan con la mayor parte de las trabas administrativas.
De aplicarse este enfoque más eficiente y simplificado al segmento pesquero, se podría reducir considerablemente la burocracia que actualmente paraliza a los sectores conformes a la legislación vigente. Sin embargo, resulta imprescindible que esta renovación no excluya la aplicación estricta y homogénea de los principios regulativos, independientemente del tipo de establecimiento o su grado de adhesión histórica a las normativas. La omisión de controles sobre ciertos actores no solo perpetúa desigualdades, sino que pone en riesgo la inocuidad de los alimentos, comprometiendo la seguridad de los consumidores y la credibilidad del sistema agroalimentario nacional.
El desafío radica en garantizar que las medidas de modernización y desburocratización no se conviertan en una excusa para tolerar irregularidades o consolidar prácticas fuera de la ley. La equidad y el cumplimiento efectivo deben ser pilares fundamentales en la administración de recursos y controles, para asegurar un estándar de calidad uniforme que beneficie a toda la cadena productiva y, sobre todo, a la salud pública.
En síntesis, la ampliación de la RedLab marca un hito en la evolución de los servicios sanitarios en el país. Este desarrollo no solo fortalece la infraestructura técnica y normativa del SENASA, sino que también respalda al sector productivo nacional en su misión de ofrecer productos seguros, de alta calidad y con el respaldo de una red analítica confiable. Este avance posiciona a Argentina como un referente en sanidad agroalimentaria, generando confianza entre los consumidores y abriendo nuevas oportunidades en los mercados internacionales.