Dos de las unidades con las que cuenta la Armada están siendo reparadas en forma simultánea en las instalaciones locales de SPI Astilleros. Se trata del submarino “ARA Salta” y la corbeta multipropósito “ARA Granville P-33”.
El dique flotante Mosdock 2000 es el escenario donde mas de cien obreros navales están finalizando por estos días la puesta a punto de las embarcaciones, que incluyó complejas maniobras de izado e intervenciones sobre sus estructuras.
“Para nosotros, como empresa privada, es un orgullo poder dar respuestas al Estado y en particular a este tipo de embarcaciones, dedicadas a defender la soberanía nacional y los recursos marítimos”, expuso Santiago Ramella, gerente de Operaciones en el astillero, en diálogo con Pescare.com.ar.
Al mismo tiempo, el directivo destacó la responsabilidad que implica el trabajo para el plantel de SPI, aunque aclaró que se realiza un trabajo en equipo con personal de la fuerza y toda la cadena de valor productiva local unida al astillero, incluyendo a proveedores.
“Todo lo que es supervisión, control y lineamientos salen de SPI, pero además se trabaja en conjunto con la Armada, que es gente muy preparada”, describió Ariel Cesallini, encargado de la gerencia de Producción en el astillero.
En el caso del submarino, es la tercera vez que se lo repara en este mismo dique. En esta oportunidad se le realizó limpieza de tanques, tratado, cambio de chapa y pintado del casco, recorrido de válvulas, sistemas de agua e hidráulicos, entre otras tareas de reparación y mantenimiento.
La unidad, vale recordarlo, integra la flota del Comando de la Fuerza de Submarinos, y cumple con actividades operativas diversas en el Mar Argentino. “Lo más importante de esto es la complejidad que tiene y que pudimos abordarla”, apuntó Cesallini.
Perspectivas para el resto del año
En relación a la demanda de servicios, los representantes de SPI aseguraron que se sostiene en buen nivel. Si bien el programa de trabajos en buques puede variar, en principio está completo.
La demanda parte de barcos pesqueros, remolcadores y buques-tanque. Sin embargo, la empresa no escapa a una realidad económica compleja, con suba de costos en diferentes segmentos y ajustes en los presupuestos.
La otra preocupación asoma por la profundidad en las inmediaciones del dique mayor: “Tenemos algunas limitaciones vinculadas a la acumulación de sedimentos en la fosa donde opera nuestro dique. Año tras año perdemos posibilidades de mercado, sobre todo vinculado a los pesqueros y otros buques de gran calado. Es necesario tomar medidas de mantenimiento del dragado”, alentó Ramella.