El advenimiento de una nueva administración en la figura del Sr. Donald Trump, luego de una contienda electoral resuelta con indiscutible contundencia, constituye un punto de inflexión en la trayectoria política y económica de los Estados Unidos. A medida que la investidura traza los primeros pasos, la dialéctica proferida durante su campaña adquiere un carácter práctico, revelando con mayor nitidez las coordenadas ideológicas que guiarán su gestión.
El ordenamiento socioeconómico estadounidense se distingue por una dinámica de gran movilidad, aunque paradójicamente convive con enclaves de rigidez estructural en determinadas esferas del tejido social. En este contexto, se torna manifiesto que la incidencia de un mandatario sobre la política exterior suele ser más expedita que su capacidad de reformular los cimientos internos del país. Históricamente, la narrativa política ha tendido a esbozar la figura de un «otro» antagonista, un «eje del mal» sobre el cual proyectar las tribulaciones del orden nacional e internacional.
En la coyuntura actual, China encarna ese rol hegemónico, merced a una política de contención en el consumo, una prodigalidad en la inversión y un notable impulso en la actividad productiva. A juicio de la administración entrante, tal modelo menoscaba la estabilidad financiera estadounidense, acentuando el nivel de endeudamiento y erosionando su primacía económica y simbólica. En paralelo, Irán y Corea del Norte permanecen en la cartografía de antagonismos, mientras que la posición de Rusia permanece en la penumbra de la incertidumbre, especialmente en tanto no se disipen las consecuencias del conflicto ucraniano. En este contexto, Argentina aún debe resolver problemas internos estructurales que impiden un mercado libre de comercio y una industria para nada competitiva, por tecnología y por valores monetarios adversos.
Interconexiones Globales: Comercio y Finanzas
En la trama de la economía globalizada, un mismo agente puede desempeñar papeles contradictorios según la esfera de análisis. La administración Trump parece soslayar esta complejidad en su discurso. En términos macroeconómicos, el saldo externo de una nación es reflejo de su ahorro interno agregado: aquellos agentes que acumulan excedentes de ahorro deben, por necesidad, canalizarlos hacia la inversión, ya sea en activos financieros o en infraestructura productiva. La preeminencia del dólar como vértice del sistema financiero mundial ha permitido a los Estados Unidos sustentarse sobre un flujo ininterrumpido de ahorro externo.
Paradojas de la Política Comercial de Trump
Bajo la premisa de reducir el déficit comercial, la nueva administración postula una política de aranceles del 60% a los bienes provenientes de China y del 10% al resto de las importaciones. No obstante, el ingreso fiscal derivado de tales medidas sería manifiestamente insuficiente para equilibrar la disminución de ingresos tributarios que el propio plan económico de Trump proyecta.
Aquí se evidencia una contradicción estructural: la imposición de gravámenes obstaculizaría la afluencia de capital extranjero, con lo cual se erosionaría una de las principales fuentes de financiamiento del consumo estadounidense. La consiguiente retracción del flujo inversor podría desencadenar un ajuste en el gasto interno, una liquidación forzosa de activos en el exterior o, en su defecto, la implementación de medidas restrictivas que podrían incidir negativamente sobre la estabilidad económica del país y del orbe occidental en su conjunto.
Algunas consideraciones finales y su impacto en la aldea
La economía política de la administración Trump se encuentra atravesada por una antinomia fundamental: procura aminorar el déficit comercial penalizando a los mismos actores que han sostenido la financiación de su aparato productivo y su consumo. Tal estrategia no sólo comporta el riesgo de erosionar la arquitectura financiera global, sino que también podría redundar en un escenario de volatilidad e incertidumbre dentro de las propias fronteras estadounidenses.
Si la administración entrante persevera en la ejecución de estas medidas sin atender a las determinaciones estructurales que las condicionan, las consecuencias podrían resultar tan profundas como imprevistas. Se impone, pues, un análisis detenido y minucioso de la evolución de su política económica y del impacto que su praxis podría ejercer sobre el equilibrio global, aunque en nuestro país, el desorden y los parches son tan grandes que poco tendrá aparejada esta situación, en principio.
En este contexto, Argentina, con un férreo cambio de paradigma desde diciembre de 2023 con una clara impronta en eliminación del déficit y buscar un modelo sustentable sin emisión monetaria espuria. Derriba hasta el polvo el modelo de endeudamiento estatal para financiar actividades privadas, por un modelo exactamente al revés; un Estado con producción de argendólares hacia un cenit histórico, con un aumento en la calificación crediticia y, su lobby que trabaja incansablemente para que el BCRA habilite préstamos en dólares a consumidores y productores de no transables. Tómese nota, de aquí en más el Estado se corre de su posición de mayor endeudable para transferir ese delicado artilugio al sector privado, con consecuencias complejas a futuro.
En la aldea, un sector como el pesquero industrial que no termina de entender hacia dónde va el modelo, después de permanecer dormido discutiendo por un año las bondades del mismo y el escenario para los próximos 15 años en materia de cuotas de pesca, aparece la discordia entre estructuras que parecían haber sellado las diferencias del pasado.
Posturas que necesitan reabrir viejas heridas para crear un monstruo dentro del propio sector, cuando el adversario, -habida cuenta después de un año de gestión-, es el propio Estado, que a la pesca no solo no le bajó los impuestos, sino que se los aumentó en moneda dura al menos 6 veces (DUE), mientras el hecho de no haber involucrado al sector dentro de las economías regionales, hizo que se escape tambien ese incentivo de eliminar por completo los Derechos de Exportación (DEX), un impuesto mucho más distorsivo que el de la soja, pues trata sobre bienes de consumo con un profundo agregado de mano de obra y procesos de industrialización sobre la materia prima original.
Todo este escenario, sin dudas, más los mercados internacionales que no tienen interés más allá del calamar (y por ahora), generan un verdadero tsunami en los pilares que la industria construyó las bases de su crecimiento, el langostino y en menor medida la merluza. Dos especies que continúan sin demanda y con sesgo bajista en sus precios que condicionan los flujos de caja de las empresas pesqueras y eyecta a modelos más austeros centrados en cómo administrar gastos y recursos, que en proyectar nuevas inversiones; lo que sin dudas obligará a ajustar presupuestos para mantener excepcionalmente el mismo nivel de actividad, en el mejor de los casos.
El panorama luce complejo, mientras comienzan a aparecer disputas entre actores y sectores, generando un caldo de cultivo que alienta mayores dificultades, por esa simple razón que el ilustre escritor José Hernández trazó en la figura de Martín Fierro que, una vez más, hace falta recordar:
Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera;
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera
Mientras tanto, los gremios, azorados por los que ven desde el inicio del 2025, no les hace falta empujar al abismo, pareciera que el sector, lo busca solo.
Todo un escenario por demás complejo y previsible mientras, se » siguen botando barcos para perder dinero «; por ahora pareciera una gran incongruencia, pero el sector, después de una profunda reestructuración, volverá a ser genuino como lo es, pero muy rentable como lo fue; solo es cuestión de tiempo, hay que saber esperar…
Como siempre, se expone la opinión al criterio del lector, anticipando que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de ésta temeraria dinámica a su juicio, pero sugiriendo que no la desconozca…
Buen domingo para todos..!
Por DMC