La suba de costos productivos, las dificultades de mercado que trae aparejada la retracción económica de algunos países europeos, la devaluación del real y el yuan junto el retraso cambiario no afectan sólo a la industria local.
La combinación de estos factores también está golpeando, y fuerte, al sector pesquero uruguayo. Hoy está cerrando sus puertas Frigorífico Pesquero del Uruguay S.A. (Fripur), la firma más importante del rubro en el país vecino.
Entre otras especies, trabajaba merluza, cangrejo y calamar con toda una línea de productos con valor agregado destinados a góndola.
Según informan los medios, Fripur cuenta con 960 empleados que quedarán sin trabajo. Atrás quedó un concurso de acreedores dibujado en julio pasado, cuando la deuda de la firma ascendía a unos 70 millones de dólares.
El caso emblemático de Fripur no es el único. Industrial Serrana, con 300 trabajadores, también tambalea. Los representantes de los trabajadores ya anunciaron que la planta no recibe materia prima y que, por lo tanto, disminuye el volumen de operaciones.
Señal de alerta
De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la industria pesquera uruguaya registró en el segundo trimestre de 2015 una caída del 46,6 por ciento en el nivel de producción.
«Estamos ante una situación preocupante y angustiante porque no sabemos qué va a pasar con esta industria», se sinceró el director nacional del Ministerio de Trabajo uruguayo, Juan Castillo, en los últimos días.
Las palabras del funcionario resuenan de este lado del Río de la Plata. Los empresarios locales miran con temor ese espejo, sabiendo que aquí atraviesan por un contexto igualmente preocupante.
“Es un camino que no queremos seguir”, dicen; aunque advierten que es necesario un paquete de medidas para corregir la distorsiones y alentar la producción mientras no haya un cambio de fondo en la política económica.
“Seguimos apostando a que nos escuchen. La intervención del Consejo Federal Pesquero significó reconocer la profundidad de la crisis. Las medidas no se pueden dilatar más porque ya vemos cuáles son las consecuencias”, repiten ante quien quiera oírlo.
Afectada por problemas de competitividad, la industria pesquera del país vecino tambalea. Acaba de cerrar su mayor empresa. “Es un camino que no queremos seguir”, dicen aquí.
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