La empresa Vepez, dedicada al procesamiento de langostinos, ha decidido retirarse de Puerto Deseado tras lo que califican como un «accionar violento» por parte de un grupo de personas encabezadas por Alejandro Blatt. La noticia fue comunicada por Luis Jones, empresario de Vepez, a través de un mensaje en el que relató los hechos ocurridos.
La empresa Vepez, reciente adquirente del frigorífico previamente perteneciente al Grupo Arbumasa, ha confirmado que este martes (mañana) notificará de manera formal al Gobierno de Santa Cruz su decisión de cesar las operaciones y clausurar la planta de procesamiento de pescado. Esta determinación, según expone la compañía, responde a la ausencia de condiciones de seguridad jurídica y garantías necesarias para continuar con sus actividades productivas en la región.
Actualmente, la planta emplea a aproximadamente 100 trabajadores bajo convenio colectivo con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), además de un número equivalente de colaboradores asociados a una cooperativa laboral. La resolución de Vepez coloca en un estado de incertidumbre a estas familias, cuya estabilidad económica depende de esta fuente de empleo.
Según el relato del propio Jones, el incidente comenzó cuando un grupo de individuos, liderados por Blatt, irrumpió en la planta de Vepez ubicada en Puerto Deseado, impidiendo el ingreso de langostino fresco destinado al procesamiento. «aparecieron en varios vehículos, y trataron de impedir el acceso al frigorífico donde muchas personas esperaban para comenzar su jornada laboral«, relató el empresario, quien se mostró visiblemente preocupado por la situación.
Jones destacó que esta no es la primera vez que la empresa enfrenta situaciones conflictivas en la ciudad, señalando que en ocasiones anteriores ya había sufrido incidentes similares con otros grupos gremiales. Sin embargo, el actual ataque, en su opinión, supera lo tolerable, calificando el comportamiento de los agresores como propio de «tiempos de los cowboys«. Además, expresó su desconcierto por la actitud de Blatt, de quien cuestionó el derecho a liderar tales acciones.
Vepez llegó a Puerto Deseado hace aproximadamente 120 días y en ese corto tiempo ha logrado consolidar una importante fuente de empleo, comenzando con 50 trabajadores y ampliando su plantilla a 104 empleados con convenio de la STIA, más 100 personas bajo cooperativa, lo que en total representa unos 200 puestos de trabajo directos. No obstante, Jones señaló que el clima de violencia e incertidumbre ha hecho insostenible la continuidad de las operaciones.
«Hoy vemos que día a día se vuelve más difícil seguir adelante con este proyecto, y preferimos parar ahora antes de poner en riesgo la integridad de nuestros empleados«, explicó Jones. El empresario también quiso dejar claro que, aunque la empresa ha recibido apoyo por parte de las autoridades provinciales y municipales, la situación ha llegado a un punto insostenible.
Jones anunció que este martes se informará oficialmente a las autoridades provinciales y municipales sobre la decisión de la empresa de retirarse de Puerto Deseado. «Lamentablemente, tendremos que comunicar esta noticia, pero creemos que estas personas no son sindicalistas, son simplemente matones que se creen los dueños de la verdad«, expresó el empresario, quien adelantó que la empresa ya ha presentado las denuncias correspondientes ante la justicia y llevará el caso hasta sus últimas consecuencias.
El empresario hizo un llamado a las autoridades locales para que actúen con firmeza ante lo que considera un daño irreversible a la imagen de Puerto Deseado. «Lo que nos está pasando no solo perjudica a nuestra empresa, sino a toda la comunidad. Estos grupos de inadaptados están haciendo un tremendo mal a la ciudad«, afirmó Jones, quien expresó su esperanza de que algún día la situación pueda revertirse.
Luis Jones aprovechó la ocasión para pedir disculpas a la comunidad de Puerto Deseado por la decisión tomada, pero enfatizó que, en las actuales condiciones de inseguridad, no pueden seguir operando. «Queremos salvar a la comunidad de estibadores de Puerto Deseado, queremos salvar a los sindicatos, pero este tipo de acciones no tienen nada que ver con el sindicalismo«, indicó.
Finalmente, el empresario expresó su deseo de que las autoridades locales tomen cartas en el asunto, para que otras empresas que decidan invertir en la ciudad no enfrenten los mismos obstáculos. «Ojalá que las autoridades separen a estos personajes de la actividad portuaria, porque de lo contrario, Puerto Deseado no será el puerto ejemplar que alguna vez fue«, concluyó.
Este conflicto pone en evidencia las tensiones que aún existen en la ciudad en torno a la actividad portuaria y la pesca, una de las principales fuentes de ingresos de la región. La retirada de Vepez, una empresa que apostó por el desarrollo local, podría tener consecuencias profundas tanto para la economía de Puerto Deseado como para las relaciones laborales en la zona.