La crónica en medios marplatenses dan cuenta de un siniestro vial en la Autovía 2 a la altura de la localidad de Gral.Pirán km.331, donde un camión semirremolque refrigerado por circunstancias que las autoridades aún intentan esclarecer a plena luz de día, vuelca en la banquina al costado de la ruta sin consecuencia mayores para el conductor.
Su contenido pescado fresco. Hasta ahí todo normal, pues un camión puede volcar, chocar, como un barco sucumbir y un avión caer pero para quienes conocemos la actividad, por lo general Mar del Plata es una ciudad “exportadora” de pescado no receptora, salvo por la ruta 88 o 226 cuando en esta primera hay controles exhaustivos en el paraje La Ballenera km.39, provenientes del sur muchas veces con pescado de cola sin procesar, pero ese es otro tema del que la provincia tampoco quiso intervenir oportunamente.
En esta oportunidad el camión venía rumbo a Mar del Plata, pero habitualmente, nos informaron fuentes que no se dieron a conocer, no llegan a la ciudad balnearia sino que se procesan antes. Dudamos si este es el caso.
Llamó poderosamente a la atención que se trate de corvina, incluso algunas pocas negra (con prohibición de pesca de arrastre en aguas provinciales) por ese motivo comenzaron sobre las últimas horas de ayer, varias llamadas telefónicas intentando aclarar los sucesos.
La realidad es que a oscuras (o no¿?) de los controles provinciales se supo que hay aproximadamente unos 60 trakkers habilitados que operan desde el puerto de Gral. Lavalle hasta Punta Indio, en la bahía de Samborombón, pero que efectivamente son más de 180 no registrados que, cuando apura el frío del invierno, la corvina busca aguas con fondo barroso, más cálidas y bajas como son las de la propia bahía. Intentamos continuar con la búsqueda de información y la verdad es que el camión en la ruta es tan solo una punto de un gran iceberg sin ser parte de una organización, solo transportista.
La operatoria para quienes no están encuadrados dentro del margen de la Ley, podría encuadrarse dentro de lo que es Pesca ilegal no declarada y no registrada, evasión impositiva, trabajo esclavo, trabajo en negro, (pero no son chinos), pudiendo caber a omisores del control como mal desempeño de funcionario público, ya que los artesanales venden y cobran, sin remito, ni factura, mucho menos partes de pesca, trazabilidad, Sifipa y lo peor, seguridad en la navegación. Algunos pescadores encuadrados en la Ley hablan de hasta 250 cajones al día por cada trakker, (tenemos información que muchas veces son al menos un 40% más); volúmenes que solo son comparables en la banquina chica hace al menos 20 años atrás.
Ningún trakker posee dos balsas como se le exigen a las lanchas de la histórica banquina del puerto o centenares de inspecciones ordinarias y extraordinarias, mucho menos verificar las condiciones de las mismas y la documentación de cada tripulante, que por lo general son dos o tres en cada trakker. Las reglas de juego son otras y distinta a la de la actividad comercial tradicional, obviamente de mayor costo.
Ese pescado se «empapela» por $20/kilo o simplemente por barcos a la pareja que trabajan cerca de la zona convirtiéndolos en tan rentables que prefirieron no ir a hacer la temporada de langostino. No es poca cosa. Los controles de pesajes en los muelles de Mar del Plata, principalmente el 10 “muchas veces las balanzas no tienen pilas o es corto el cable hasta el toma de 220V«. Desde hace mucho el y los muelles son control de nadie.
Ahora bien, esos miles de centenares de kilos son aprovechados por plantas procesadoras cuyo destino es la exportación a la costa oeste de África, o incluso el sábalo del año pasado, cuando fracasó la temporada de corvina, hasta la frontera de Bolivia; muchas veces transportados en bolsas de arpillera con el pescado congelado sin ningún tipo de control sanitario hasta su lugar de destino final de comercialización.
Operación nada fácil, para pasar del absoluto negro de la profundidad de una corvina sin control ni muelle, arrastrada por carros tirados por tractores en la bajante, al blanco de una exportación, hay un largo trecho. Sin embargo, nadie ve nada. ¿Y los controles de provincia? por acción u omisión, son responsables.
Eso sí, cuidado de olvidarse una guía de transporte, VTV, o un remito quien está dentro del sistema, porque la pena máxima podría caer sobre sus espaldas. Así está hoy parte de la pesca, pero esto no es de ahora, viene de hace años, y a veces, no ver, también es parte de la política pesquera provincial.
No es extraño que desde la provincia la representante Lic. Carla E. Seain no viera esto, mucho menos el Ministro de Producción de la provincia Lic. Javier Rodríguez, titular en el CFP, pues la semana pasada hubo temas mucho más jugosos como el desprolijo reparto de 5000 toneladas de langostino para unos pocos invitados, incluso con creación de nuevos permisos de pesca de la especie, por eso, la corvina puede esperar…