A diferencia de otros años, cuando los recursos pelágicos comenzaba a dar señales tempranas en los muelles, en este 2013 todavía no han aparecido; al menos en volúmenes significativos.
Según pudo saber Pescare.com.ar, los primeros pocos barcos que sondearon la presencia de anchoíta y caballa se toparon con resultados poco satisfactorios, tanto en volumen como en calidad.
La estadística de la Subsecretaría de Pesca de la Nación señala que hasta el pasado 28 de junio sólo se habían descargado 220 toneladas de anchoíta y 236 de caballa. Sin embargo, las expectativas de una buena temporada están latentes.
Desde lo biológico las especies muestran robustez. Así las capturas máximas permisibles fueron fijadas en 120 mil toneladas para la engraulis bonaerense (norte del paralelo 41°) y en 28 mil para la scomber localizada al sur del 39°.
Los armadores esperan que agosto con mejores condiciones climáticas marque el despegue de ambas pesquerías. La posibilidad de realizar mareas más cortas y, consecuentemente con menos gastos, seduce sobre todo a los fresqueros de altura.
Mientras tanto, en el caso de anchoíta, negocian el posible precio de venta con las conserveras con un piso que se ubica aproximadamente un 30 por ciento por encima del registro 2012.
“Tenemos que ser cautos con los números para que los viajes sean rentables”, apuntó uno de ellos; aunque reconociendo que el aumento de costos también modificó la ecuación de los que elaboran en tierra.
Los primeros barcos que fueron tras los recursos estacionales no lograron un buen rendimiento. Se aguarda que agosto marque el despegue de los desembarques.
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