Las Naciones que son miembros de la ONU acordaron para crear el primer tratado internacional de protección de la altamar y la biodiversidad de áreas fuera de sus jurisdicciones nacionales, de acuerdo a lo que informó quien presidió la conferencia Rena Lee en la propia sede del organismo en la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos.
El tratado internacional de reciente acuerdo, es considerado fundamental para conservar el 30% de la tierra y los océanos del mundo hacia el año 2030, tal cual lo acordaron los gobiernos en el último mes de diciembre en Montreal (Canadá). En la actualidad apenas el 1% de la altamar está protegida.
Por el lado de los ambientalistas, quien se pronunció fue Laura Meller de la organización Geenpeace expresando que “es un día histórico para la conservación y un signo de que, en un mundo dividido, proteger la naturaleza y a las personas triunfa sobre la geopolítica”.
Fueron dos semanas de intensas discusiones y conversaciones en la sede de la ONU, que incluyó una maratónica sesión nocturna entre el viernes y sábado últimos, los delegados ultimaron un texto que no puede sufrir alteraciones significativas, destacando Lee que “no habrá reapertura ni negociaciones sustanciales”.
El acuerdo logrando en la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Mariana de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional se adoptará formalmente una vez que haya sido examinado por los juristas y traducido a los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas (inglés, español, francés, chino, ruso y árabe).
Por su parte el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, felicitó a los delegados, de acuerdo con uno de sus voceros quien les transmitió que este acuerdo es “una victoria para el multilateralismo y para los esfuerzos globales para contrarrestar las tendencias destructivas que afectan la salud de los océanos”, destacando también lo expresado por la Unión Europea quien oficialmente manifestó que es un “paso crucial para preservar la vida marina y la biodiversidad, que son esenciales para nosotros y para las generaciones venideras”.
La altamar comienza donde finalizan las Zonas Económicas Exclusivas de los países, a un máximo de 200 millas, es decir unos 370 kilómetros de la costa y no se encuentra bajo jurisdicción de ningún país. De ahí la consabida polémica y el aprovechamiento de muchas embarcaciones para pescar en este límite tal como ocurre en nuestro país.
A pesar de que los océanos representan más del 60% y casi la mitad del planeta, la altamar ha sido ignorada durante mucho tiempo ya que la atención se enfocó en las zonas costeras y las especies emblemáticas y comerciales, han manifestado los especialistas.
La ciencia ha demostrado la importancia de proteger todos los océanos con una biodiversidad a menudo microscópica, que proporciona la mitad del oxígeno que respiramos y limita el calentamiento al absorber una parte muy importante del CO2 (dióxido de carbono) que genera la actividad humana.
Una vez que el tratado entre en vigencia luego de haber sido formalmente adoptado, firmado y ratificado por un número suficiente de países, se podrán crear zonas marinas protegidas en aguas internacionales.
Mónica Median es la responsable del tema océanos en el Departamento de Estado de los Estados Unidos manifestó que “la vida en la Tierra depende un océano con buena salud. El nuevo tratado sobre altamar será vital para nuestro objetivo común de proteger el 30% de los océanos para 2030. El tratado sobre la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad marina de las zonas que no dependen de la jurisdicción nacional introduce también la obligación de realizar estudios de impacto ambiental de las actividades que se vayan a realizar”.
Uno de los puntos que generaron mayor tensión fue el principio de compartir los beneficios marinos genéticos procedentes de la altamar, en tanto que se abordó la situación de los países en desarrollo que no poseen los medios para financiar costosas expediciones e investigaciones lucharon para no ser excluidos de los resultados de la posible comercialización por empresas farmacéuticas o cosméticas de moléculas milagrosas procedentes de estos organismos marinos que no pertenecen a nadie.
Al ser el factor económico un impedimento en varios puntos, es que la Unión Europea prometió el aporte de 42,4 millones de dólares para facilitar la ratificación del tratado y su aplicación inicial, del mismo modo que lo había hecho en Panamá comprometiendo un aporte de 848 millones dólares para proteger los océanos para el presente año en la conferencia “Nuestros Océanos”.
La ministra panameña de Relaciones Exteriores Janaina Tewaney, en tanto anunció 341 nuevos compromisos de un monto de cerca de 20.000 millones de dólares, de los cuáles Estados Unidos ya tenía el compromiso de aportar 6.000, que se adoptaron durante la Conferencia para proteger los mares.