Tras arduas negociaciones, la Cámara de Industrias Pesqueras Argentinas (CaIPA) y el Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) llegaron a un acuerdo salarial para los trabajadores del sector.
El pacto establece un incremento del 15% para el mes de junio, a liquidarse como suma no remunerativa. Este aumento se suma al 45% en tres cuotas que ya habían obtenido los trabajadores para marzo, abril y mayo.
A partir de julio, los ajustes salariales se basarán en la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esto significa que los salarios aumentarán de acuerdo a la inflación, lo que permitirá a los trabajadores eliminar la conflictividad generada por la constante pérdida de poder adquisitivo, -algo que el gremio de Cristina Ledesma siempre exigió-, pero por otro lado, modificando un régimen que en los últimos años disputaba como base de negociación de los porcentuales sobre el mes de Febrero. Echando por tierra ese paradigma, hoy la indexación de salarios por IPC comienza un nuevo camino, con tal que la paz social establezca medidas claras, certeras y previsibles para trabajar sin sobresaltos.
El acuerdo también incluye una cláusula de revisión para septiembre, donde las partes se volverán a reunir para evaluar la situación y analizar posibles alternativas para ajustar conforme a criterios que perfilen mejor la realidad del trabajador.
En cuanto a los detalles técnicos, el acuerdo establece que los importes no remunerativos de junio se tendrán en cuenta para el cálculo de conceptos como equipo, adicionales, asignación de emergencia, refrigerio, vacaciones anuales, sueldo anual complementario, feriados nacionales, enfermedades, antigüedad y accidentes.
Este acuerdo es un paso importante para garantizar la estabilidad, la paz social y el bienestar de los trabajadores de la industria pesquera. Asegura un aumento significativo en sus ingresos y los protege de los efectos de la permanente perdida del poder adquisitivo.
Cabe destacar que el sindicato había solicitado inicialmente que el reajuste incluyera el mes de julio, pero finalmente se llegó a un acuerdo que ambas partes consideraron satisfactorio, en un gesto de Ledesma.
En general, este acuerdo es visto como un avance positivo para el sector pesquero. Se espera que contribuya a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y como contraprestación de servicios, a impulsar la producción, eficiencia y rendimiento de producto terminado.