Durante una exposición ante la Cámara de Senadores, el secretario gremial del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, Alejandro Acosta, advirtió este jueves sobre las consecuencias “graves y profundas” que implicaría la derogación de la Ley de Cabotaje, medida impulsada por el Gobierno a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
“El proyecto de decreto que contempla la eliminación de la ley de cabotaje y la bandera argentina no es una medida técnica ni neutral. Es una renuncia explícita a nuestra soberanía económica, logística y territorial”, sostuvo Acosta, y alertó que la medida significaría “la desaparición de la Marina Mercante y una entrega directa de soberanía nacional”.
La Ley de Cabotaje establece actualmente que el transporte de cargas entre puertos argentinos debe ser realizado exclusivamente por embarcaciones de bandera nacional, tripuladas por marinos argentinos.
En su exposición, el dirigente gremial remarcó que la medida impactaría directamente sobre el empleo argentino, las economías regionales y el desarrollo federal. “Nos quieren hacer creer que debemos renunciar a lo que países desarrollados defienden con uñas y dientes”, expresó, y agregó que de avanzar el DNU, “la Argentina entregaría sus rutas marítimas y fluviales a intereses extranjeros” y dejaría sin trabajo a miles de marinos, astilleros, cooperativas y proveedores logísticos de todo el país.
Uno de los aspectos más destacados fue el vínculo entre la actividad marítima y las economías locales. “Desde Formosa hasta Ushuaia, los marinos mercantes sostienen con sus ingresos la vida de pueblos enteros. Si desaparecen sus empleos, desaparece también una fuente esencial de consumo y actividad económica en muchas provincias”, advirtió.
También se refirió al impacto que la iniciativa tendría sobre el sistema de formación profesional: “La Argentina tiene tres escuelas para formar marinos y ya han avanzado contra la Escuela Nacional de Pesca. No sabemos cuándo irán por la Escuela Náutica o la Fluvial. Formar un tripulante lleva años, y si se destruye ese sistema, no se recupera más”.
Al cierre de su intervención, Acosta hizo un llamado directo a los legisladores: “No podemos ser cómplices silenciosos de esta entrega. La soberanía no se declama, se ejerce. Y ejercerla hoy es defender la ley de cabotaje, la bandera argentina y a los tripulantes que la sostienen día a día con su trabajo”.