En un contexto marcado por la reciente publicación del índice de inflación de marzo 3.7%, la volatilidad cambiaria y el reacomodamiento global de aranceles, además de problemas estructurales que comenzaban a resquebrajar los pilares del sustento del modelo económico argentino, el Gobierno argentino formalizó un nuevo entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que marca el inicio de la tercera etapa del programa económico liderado por la administración de Javier Milei en un ambiente confuso de variables y con una balanza comercial que ya desde enero mostró signos de agotamiento, lo que gatilló cierta preocupación en el mundo financiero con impacto en la economía real.
Uno de los pilares que daba sustento al modelo económico, ya manifestaba debilidad por un Tipo de Cambio poco competitivo, por lo que el gobierno, sin demoras y previendo un desmoronamiento hasta una balanza que podía transitar lo deficitario, a mediados de febrero, abrió el grifo para un mayor ingreso de dólares, bajando derechos de exportación a la soja y eliminando totalmente los mismos a las economías regionales, sin contemplar a la pesca dentro de ese esquema. Aun así ni la baja de retenciones le dio resultados al Gobierno. En marzo, la liquidación de los agroexportadores cayó 15% respecto a febrero. Preocupante.
Pero el mercado, que siempre se anticipa a la jugada, -por cintura financiera o por fuga de información de lo se estaba tramando-, desde principios de marzo se volcó a la compra de dólares previendo una devaluación como la anunciada ayer. En un mecanismo de bandas flotantes que se ajustarán al 1% mensual, se anunció la salida del crawling peg del 1% mensual, dejando flotación sucia en el Tipo de Cambio entre $1000 y $1400, esto es sobre la banda inferior el BCRA a través de las mesas de sus bancas oficiales saldrá a comprar, mientras que por sobre la banda superior, acompañará vendiendo.
Desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, ofrecieron precisiones sobre el acuerdo, inmediatamente después de una reunión estratégica con el jefe de Estado. Allí, Caputo anunció la activación de la Fase 3, un tramo clave que apunta a la recapitalización del Banco Central, completando así la tríada del programa: consolidación fiscal, saneamiento cuasi fiscal y robustecimiento de la autoridad monetaria.
«Estamos cerrando la tercera etapa de un programa económico sin precedentes en Argentina«, expresó Caputo. «La primera fue eliminar el déficit fiscal; la segunda, suprimir la emisión monetaria vinculada al déficit cuasi fiscal; y ahora, recapitalizar el Banco Central para garantizar un marco macroeconómico sostenible«.
El acuerdo con el FMI, bajo el esquema de Facilidades Extendidas (EFF), implica un paquete financiero total de u$s20.000 millones, de los cuales u$s15.000 millones estarán disponibles libremente a lo largo de 2025. Un primer desembolso inmediato de u$s12.000 millones ingresará el martes 15 de abril, al que se sumarán u$s2.000 millones en los próximos 60 días, más aportes de organismos internacionales por u$s3.600 millones y un REPO por u$s2.000 millones, gestionado por el BCRA. En total, se prevé un refuerzo de reservas de u$s19.600 millones en apenas dos meses, además de u$s3.500 millones adicionales en 2025.
Como parte medular del anuncio, el Gobierno confirmó el levantamiento del cepo cambiario a partir del lunes, una medida largamente esperada por el mercado. Se implementará un esquema de flotación administrada con bandas entre $1.000 y $1.400 por dólar, con intervención oficial sólo en los extremos del corredor cambiario.
«El cepo ha distorsionado profundamente el funcionamiento de la economía desde 2019. Su eliminación, en un contexto de equilibrio fiscal y monetario, abrirá la puerta a inversiones largamente postergadas«, aseguró Caputo, quien además proyectó una aceleración en el proceso de desinflación y una mayor previsibilidad macro.
El ministro no dudó en destacar el rol central de Javier Milei en la construcción del nuevo marco económico: «Este acuerdo es también mérito de su liderazgo, su valentía y su capacidad para tomar decisiones impopulares con convicción técnica«.
Caputo reveló que el nuevo entendimiento fue posible tras un giro estratégico en la relación con el organismo multilateral. «Reflotar el viejo acuerdo habría sido equivalente a ingresar en hiperinflación. Le propusimos al Fondo nuestro propio programa. Nos dijeron: cumplan sus metas, y si lo logran, evaluaremos sumarnos. Cumplimos «.
A modo de balance, Caputo hizo una comparación elocuente con la previa de la convertibilidad: «Lo que heredó esta administración fue un escenario mucho más complejo. A diferencia de entonces, ahora hay un programa sólido, coherente, y sobre todo, funcional a los intereses estructurales del país «.
Anoche, el presidente Javier Milei habló en cadena nacional, en lo que se anticipó como un mensaje clave para explicar el impacto de esta nueva etapa y su visión del rumbo económico argentino. Se esperan disposiciones y reglamentaciones -la letra chica del programa- para los próximos días, y por su parte, en lo operativo bancario, readecuar el software para implementar esta nueva modalidad y que el ciudadano puede operar libremente en el marco de esta nueva modalidad. Veremos.