A lo largo del a帽o, hemos reflexionado sobre la transformaci贸n que se perfila en el modelo econ贸mico argentino, en especial el 鈥modelo Milei鈥, un paradigma que introduce un cambio profundo en las bases del gasto p煤blico y la estructura productiva nacional.
La premisa esencial se fundamenta en una idea aparentemente sencilla, pero estructural: gastar menos de lo que se recauda y optimizar el gasto seg煤n criterios de necesidad y urgencia. Lo que en otro contexto parecer铆a una obviedad, aqu铆 supone un giro dr谩stico respecto a los mecanismos que caracterizaron la econom铆a argentina durante d茅cadas, donde la inflaci贸n y el manejo del tipo de cambio ofrec铆an una fachada de prosperidad a corto plazo y un espejismo de estabilidad.
Sin embargo, en el nuevo contexto, las m谩scaras caen y emergen realidades que hasta ahora hab铆an sido ocultadas por el movimiento de esa 鈥渃inta transportadora鈥 de inflaci贸n y ajustes que parec铆a asegurar progreso mientras solo nutr铆a la especulaci贸n.
Esta estructura de cambio en curso es implacable en su exigencia por la autenticidad. Este modelo no permite avanzar mientras se permanece quieto; exige esfuerzo real y capacidad genuina. La econom铆a, ahora atada a resultados medibles y al m茅rito en el trabajo, invita a fortalecer dos pilares que, durante d茅cadas, se vieron descuidados: la educaci贸n y la verdadera vocaci贸n laboral. La cultura del esfuerzo y la profesionalizaci贸n, tan olvidadas en las 煤ltimas d茅cadas, resurgen como requisitos para el crecimiento personal y sectorial. As铆, en este paradigma, encontramos un contrapeso a la soberbia y la autocomplacencia de aquellos que, en otros tiempos, prosperaban por el oportunismo o la 芦avivada criolla禄, recurso que se convirti贸 en s铆mbolo de 茅xito en un sistema que premiaba el acceso f谩cil sobre el esfuerzo real.
El reciente acuerdo alcanzado en Chubut entre la C谩mara Argentina de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACH) y el Sindicato de Obreros Mar铆timos Unidos (SOMU) es un ejemplo tangible de esta nueva realidad que les fuera impuesto a las dos conducciones. Lo que antes era motivo de conflicto y tirantez se resolvi贸 ahora bajo los principios del trabajo genuino y el respeto a la cultura laboral de la pesca, cimentada en d茅cadas de dedicaci贸n, donde un contrato previo de Juan Carlos Ottulich rompe una situaci贸n de status quo del sector y eleva por peso propio la jugada ante el propio v茅rtice de Raul Durdos, Secretario General de esa central obrera, exponiendo su figura que llega tarde ante la homologaci贸n del Acuerdo Salarial gestado en la madrugada del jueves pasado. Este acuerdo expone la desaparici贸n de un modelo basado en influencias y preferencias, y reafirma el valor del trabajo y la experiencia. La inclusi贸n del BP Bagual en la prospecci贸n del langostino por primera vez en la historia subraya el retorno a la profesionalizaci贸n y la legitimidad en este sector tan fundamental para la econom铆a chubutense. Que se respete la trayectoria, la historia y el trabajo; y que la pir谩mide vuelva a sostenerse genuinamente desde la base, despu茅s de 6 a帽os de amiguismo con v铆nculos carnales en la pol铆tica de esa provincia y hasta el propio Consejo Federal Pesquero. El gestor por encima de esto, fue el joven Andr茅s Arbeletche, quien muestra en sus primeros pasos la validez de los principios genuinos con ra铆ces en la convicci贸n de un modelo de gesti贸n de pol铆tica pesquera conforme a derecho y el bien com煤n, buscando poner fin al lobby marginal y barato que impuls贸 la pesca de Chubut en los 煤ltimos 6 a帽os ante la venia del CFP que a煤n deber谩 reestructurarse, porque los viejas costumbres de algunos integrantes a煤n persisten.
Hoy, enfrentamos un cambio en el que el acceso al trabajo y los beneficios ya no se condicionan por la cercan铆a a intereses pol铆ticos o por la manipulaci贸n de un sistema permisivo. En este nuevo esquema, los puestos laborales y las oportunidades de crecimiento depender谩n de la preparaci贸n y las competencias individuales, con miras a un est谩ndar de eficiencia. Es un retorno a la esencia, un rescate del esp铆ritu del art铆culo 16 de la Constituci贸n Nacional, donde la idoneidad se impone como la 煤nica vara para medir m茅ritos. Esta realidad, aunque dura, brinda una oportunidad a quienes, de manera aut茅ntica, han construido una trayectoria en sus respectivos sectores. Aquellos que antes se acomodaban en el sistema encontrar谩n que no hay lugar en este nuevo orden. Los comentarios de taberna y las cr铆ticas vac铆as, tan comunes en los m谩rgenes de la actividad pesquera, no hallar谩n eco en una estructura que solo reconocer谩 la productividad y el valor a帽adido.
Este modelo establece, en suma, un entorno de sana competencia que, aunque menos abarcativo en n煤mero, apunta a ser m谩s s贸lido en contenido. La pesquer铆a argentina entra as铆 en una etapa de profesionalizaci贸n, donde la optimizaci贸n de recursos y la formaci贸n continua ser谩n los ejes que determinen la sostenibilidad y rentabilidad del sector. Quienes no est茅n preparados o no se adapten, quedar谩n en el pasado.
La cinta transportadora (inflaci贸n) que antes permit铆a avanzar casi sin esfuerzo ha sido detenida, y el camino a seguir est谩 marcado por la autenticidad y el compromiso real. La invitaci贸n es clara: educarse, profesionalizarse y asumir la eficiencia como una meta ineludible. Aquellos que acepten este desaf铆o encontrar谩n un futuro pr贸spero en un sistema que, finalmente, se dirige hacia una econom铆a m谩s genuina y menos dependiente de las arbitrariedades de otros tiempos.
Reflexiones sobre la importancia del trabajo
En un contexto en el que el pa铆s transita por una redefinici贸n de sus valores y estructuras, resurge una frase que deber铆a resonar en el coraz贸n de toda sociedad que se precie de ser s贸lida y constructiva: 鈥M谩s respeto, gente trabajando.鈥 Esta consigna, que bien podr铆a ser un grito de orden en la era de la eficiencia y la recuperaci贸n del trabajo aut茅ntico, evoca los ecos de pensadores cl谩sicos que supieron ver en el trabajo no solo un medio de vida, sino una fuente de dignidad y desarrollo colectivo.
Retornemos, pues, a aquellos principios fundamentales que enaltecen el respeto hacia quienes con dedicaci贸n y esmero sostienen nuestra sociedad. Reflexionemos en la obra de Jean-Jacques Rousseau, quien en su c茅lebre Contrato Social plasm贸 la idea de que una sociedad s贸lida s贸lo puede edificarse cuando cada individuo asume su rol con dignidad y un firme compromiso hacia el bien com煤n. En esta perspectiva, el trabajo honesto y aut茅ntico no es un favor ni un privilegio ocasional; representa, m谩s bien, la manifestaci贸n de una responsabilidad social compartida. Rousseau nos recuerda que solo cuando una comunidad respeta y valora el esfuerzo de cada uno de sus integrantes puede aspirar a consolidarse como una civilizaci贸n verdaderamente justa. La labor de la pesca, en este sentido, debe reivindicar ese papel, y la sociedad, comprenderlo. En este esfuerzo, el rol de los medios de comunicaci贸n debe ser consecuente con la necesidad de visibilizar y valorar dicho esfuerzo.
Asimismo, aunque no sea una figura de mi particular devoci贸n, Karl Marx, a menudo identificado con la defensa de reivindicaciones y luchas sociales, encontr贸 en el trabajo humano la esencia misma de la transformaci贸n social. Para 茅l, 芦el trabajo es la vida activa del hombre,禄 un acto creativo que otorga prop贸sito y sentido de pertenencia. Marx advert铆a que menospreciar el valor del trabajo implicaba una degradaci贸n de la sociedad en su conjunto, una reflexi贸n que resuena profundamente en una era en la que el trabajo honesto se observa con indiferencia o, peor a煤n, se relega a un plano secundario. En palabras del propio Marx, si aspiramos a construir una sociedad m谩s humana y justa, esta debe comenzar por reconocer y respetar el esfuerzo humano en todas sus formas.
Este llamado al respeto y a la revalorizaci贸n de la labor encuentra, adem谩s, eco en las reflexiones de Max Weber, quien observ贸 c贸mo los valores protestantes de la 茅tica laboral y la austeridad impulsaron el desarrollo del capitalismo moderno. Weber sosten铆a que la 茅tica laboral, fundamentada en la dedicaci贸n, la responsabilidad y el compromiso, constituye el pilar de toda econom铆a s贸lida y de toda sociedad verdaderamente pr贸spera. Retomar estos principios se torna, entonces, una necesidad ineludible si deseamos trascender la mera rentabilidad y construir algo genuinamente duradero y colectivo.
No obstante, no es 煤nicamente la productividad lo que est谩 en juego. Albert Camus, en su ensayo El Hombre Rebelde, presenta el trabajo como un acto de resistencia ante la alienaci贸n de la vida moderna, dot谩ndolo de un profundo significado existencial. En esta visi贸n, trabajar no es 煤nicamente cumplir una funci贸n econ贸mica, sino sostener una vida con sentido. De ah铆 que empresarios septuagenarios dediquen sus d铆as a los muelles, no solo por la b煤squeda de un beneficio, sino por pasi贸n, por amor al arte y por una forma de vida que trasciende lo material. Este anhelo de respeto profundo hacia la labor humana es, en definitiva, una manifestaci贸n de nuestra humanidad y de la b煤squeda de un prop贸sito que va m谩s all谩 de lo meramente tangible.
El llamado, entonces, es a restaurar la dignidad del trabajo y a revalorizar al obrero, al artesano, al maestro, al viejo pescador y a todos aquellos que, con sus manos, accionar y su esfuerzo, forjan la vida cotidiana y sustentan la naci贸n desde sus muelles. Volver nuestra mirada hacia ellos, reconocer en sus actos la estructura misma de una sociedad en movimiento, es devolverles un derecho fundamental que jam谩s debi贸 ponerse en duda: el respeto. No es casualidad que figuras como S茅neca hayan se帽alado que 芦ning煤n hombre ama su patria porque es grande, sino porque es suya.禄 Esa patria se construye d铆a a d铆a desde el esfuerzo an贸nimo, desde el compromiso, y solo a trav茅s del respeto hacia el trabajo que cada persona realiza puede mantenerse en pie.
Ante la realidad que enfrentamos hoy, la frase 芦M谩s respeto, gente trabajando禄 es mucho m谩s que una consigna; es un recordatorio de los valores que, durante demasiado tiempo, han sido relegados. Que nuestra sociedad nunca olvide que el verdadero cambio empieza por mirar con admiraci贸n y gratitud a quienes sostienen, d铆a tras d铆a, el peso de nuestro esfuerzo colectivo como fundamento de un futuro compartido. La figura del verdadero empresario comienza a emerger con claridad, y ha llegado el momento de extender una alfombra de reconocimiento a aquellos que, mediante su labor diaria, crean empresas y generan modelos de vida que enriquecen a la sociedad en su conjunto.
Y, como siempre, se expone la opini贸n al criterio del lector, anticipando que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de 茅sta temeraria din谩mica a su juicio, y sugiriendo que no la desconozca鈥
Buen domingo para todos..!
Por DMC









