Superado un inicio de zafra algo irregular debido a anomalías meteorológicas en todo el perfil costero patagónico, y algunas protestas de la estiba que habían protagonizado la semana pasada, apenas comenzaron las descargas con barcos completos, se desnaturalizó la controversia y algunas escaramuzas puntuales en el muelle.
En principio el marisco, llega desde el Este por la zona norte, a la altura del paralelo 43°15’S donde se presentaron al momento las mayores capturas con densidades y abundancia de L2, L1 y L3.
Se trabajó sobre esa marca y comenzaron a aumentar la fluidez de las descargas, en un muelle que el mismo personal de SUPA, sin inconvenientes ni demoras fue absorbiendo con destino a plantas de procesado.
En los últimos dias, se ve la flota chubutense, más operativa frente a la propia ciudad , algo más al sur de la primer marca, y al Este de la ciudad de Rawson.
Por el lado operativo y logístico, todo el polo langostinero está trabajando con fluidez a pesar de las altas descargas, es el puerto que mayor experiencia y desarrollo tuvo en cuanto al manejo de la especie, acostumbrado a altos volúmenes de captura.
Aumentan sustancialmente las descargas, donde ya se han alcanzado las 14.000 toneladas y con esto, la sumatoria de aguas nacionales y provinciales para este año, están alcanzando las 200.000 toneladas de marisco, número que genera un proyectado estimado de 220.00 toneladas.
Si bien, estamos hablando que desde el 2017 se han alcanzado descargas superando las 200.000 toneladas, todo un récord para el caladero bajo la atenta mirada del mundo, biólogos del INIDEP están marcando que ya hay un techo registrado en el 2018 y que no fue superado de 254.000 toneladas, marcando cierta fatiga de la biomasa y una luz de alerta que lleva al rector biológico a mirar con ojos precautorios más avezados sobre el recurso, que es de su estudio parece ser, solo en aguas nacionales.