La zafra de calamar quedó partida en dos. Una primer mitad al sur del paralelo 44, hasta fines de febrero y posiblemente lo que se pueda desempeñar a partir del 1 de abril próximo al norte de esa misma latitud. La zafra hoy, no es buena.
Mientras tanto, la mayoría de buques poteros, prefirió tomar puerto para evitar gastos de combustible innecesarios habida cuenta de no estar el recurso en concentraciones identificadas para poder capturar en forma sostenible y constante.
Los arrastreros acusan valores magros dentro de la pesquería de merluza lo que convalida la falta de presencia del cefalópodo, al menos, por el momento. La zafra hasta el 15 de febrero se desempeñaba con valores símiles a los promedios de capturas, pero desde la propia primera semana ya evidenciábamos cierta preocupación por los datos acerca de la flota extranjera, donde las capturas eran de muy buena calidad y tamaño por sobre todo para la época, aunque muy irregular.
A pesar de ello, la jefe de investigaciones del INIDEP Lic. Marcela Ivanovic, manifestó en la reunión de comisión de la pesquería de calamar que los estudios indicaban y fundamentaban valores similares a los del año pasado, que en la práctica, hasta el momento no se pudieron cotejar.
Recordemos, que el calamar argentino es una de las especies comerciales más importantes para nuestro país. Sus capturas fluctúan enormemente de un año a otro (entre 50 mil y 300 mil toneladas anuales), posiblemente debido al efecto de causas ambientales durante las etapas iniciales de su desarrollo. Es importante conocer cuáles son esos factores ya que el ciclo de vida del calamar dura aproximadamente un año y es una especie semélpara, es decir, que tiene un único episodio reproductivo y muere después de este evento. Además, estos organismos poseen un ciclo vital altamente energético, son voraces, por lo que ecológicamente se los considera oportunistas, es decir que se alimentan de cualquier organismo que tenga el tamaño para ser su alimento y esto se traduce en la variabililidad de su dieta que se adapta rápidamente a los cambios durante su corto ciclo de vida. También realizan extensas migraciones y tienen un crecimiento acelerado, llegando a la madurez en un año.
En los mercados internacionales, el impacto de la merma en la pesquería FAO41 -dentro de la ZEEA y fuera de la misma-, comienza una senda que podría modificar precios al alza por disminución significativa de volúmenes de capturas, y a diferencia de otras pesquerías (como el langostino) la incidencia de FAO41 en los mercados es de considerable participación.
Por el momento, más del 60% de la flota potera espera en puerto al 1 de abril para la apertura al norte del paralelo 44, como históricamente se hizo, y ante la negativa de la autoridad de aplicación de anticipar la apertura porque INIDEP considera que el recurso aun le falta desarrollo evolutivo.
Por lo tanto, si algo le faltaba a la pesca en Mar del Plata, es que después de la caída en las descargas de merluza del 33%, ahora se le niega el recurso calamar, en una zafra que podía haber sido un bastión financiero que apuntale las mermas en volúmenes de merluza y de precios del langostino. Con este panorama, la pesca de Mar del Plata comienza a negociar las paritarias ya vencidas en algunos gremios el 28 de febrero pasado que ajustan con un exacerbado Índice de Precios al Consumidor.