Una serie de propuestas fueron recogidas en el contexto del «Taller de buenas prácticas para la acuicultura de pequeña escala en Raúl Marín Balmaceda», liderado por profesionales de Fundación Chinquihue y del que participó activamente la comunidad de Puerto Raúl Marín Balmaceda, comuna de Cisnes, región de Aysén.
La actividad, realizada en el contexto del proyecto «Piloto de acuicultura a pequeña escala en Puerto Raúl Marín Balmaceda», abordó diversos aspectos relacionados con la necesidad de avanzar en la aplicación de buenas prácticas dentro de la actividad productiva en esa localidad.
Y es que en Puerto Raúl Marín Balmaceda existe actualmente el Área de Conservación de Múltiples Usos (ACMU) Pitipalena-Añihué, un área de 239 km² en la que se desarrollan diversas actividades productivas, como son la pesca artesanal, acuicultura de pequeña escala, turismo, navegación, entre otros.
Es por ello que los temas cubiertos en el contexto del taller incluyeron aspectos ambientales, escalas de producción, sistemas reglamentarios, institucionalidad, así como su impacto en la comunidad ribereña, entre otros.
Miguel Moreno Bonilla, coordinador regional del proyecto GEF Gobernanza Marino-Costera, implementado por la FAO, indicó que «ha habido avances importantes en torno al manual, particularmente porque se está creando colaborativamente con la comunidad para el desarrollo de la acuicultura de pequeña escala, que tiene un enfoque ecosistémico en el contexto de un lugar como Raúl Marín Balmaceda, que acoge un área de conservación marina«.
En esa misma línea, Moreno especificó que este producto, que es parte del proyecto antes citado y que finalizará durante el presente año, «tiene un enfoque basado en lo local, en lo humano, en lo ecológico (…). El manual busca formalizar un contexto de manejo de buenas prácticas, que tienen que ver con la construcción de gobernanzas, de acuerdos, de toma de decisiones en torno a la colaboración y a nuevos enfoques respecto de los procesos productivos para el cultivo de productos del mar«.
Por su parte Jorge Tillería Mendoza, jefe del hatchery de Fundación Chinquihue y encargado técnico del proyecto, aseguró que «la acuicultura de pequeña escala es una buena alternativa productiva para las comunidades costeras, además de un importante complemento de la actividad pesquera artesanal, que permite potenciar su desarrollo y mejorar sus ingresos«.
Tillería explicó, además, que «como Fundación Chinquihue queremos ser parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible explicitados en la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en específico respecto del objetivo 14, cuya idea central consiste en conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos. En ese sentido, resulta del todo plausible trabajar en un manual de buenas prácticas para la acuicultura de pequeña escala en Puerto Raúl Marín Balmaceda, avanzando así hacia una acuicultura sostenible en el territorio«.
Hay que destacar, la avanzada de Chile en materia de la acuicultura y maricultura en comparación a nuestro país, siempre con la idea de generar mayor desarrollo, ocupación y trabajo genuino para comunidades del litoral argentino aún sin explotar, que junto al proyecto de FAO, de Terminal Puerto Artesanal (TPA) podrían desatar el desarrollo de pueblos en zonas inhóspitas del litoral marítimo y ribereño argentino.
Prueba piloto Ostras del Pacífico y Ostión
En febrero pasado se realizó la siembra de más de ocho mil semillas de ostra del Pacífico (Crassostrea gigas) y dos mil de ostión del norte (Argopecten purpuratus) en dos concesiones acuícolas de Puerto Raúl Marín Balmaceda, esto en el contexto del proyecto citado, el que consiste en un piloto en pleno desarrollo y que acabará con la finalización del ciclo de cultivo de estas dos especies.
Asimismo, el coordinador regional del proyecto Gobernanza Marino Costera, explicó que el piloto tiene como objetivo «fortalecer las economías locales y las actividades productivas en las zonas costeras marinas desde un enfoque sustentable, orientado hacia una acuicultura de pequeña escala con un enfoque ecosistémico y de bajo impacto local y humano«.
Moreno añadió: «Esperamos que esta iniciativa pueda tener un impacto a mediano plazo, aumentando el valor agregado de los cultivos para su comercialización tanto en el mercado local como en el resto de la región, mejorando así las condiciones económicas de las familias que dependen del mar y sus recursos«.
En relación con la diversificación de la producción en Puerto Raúl Marín Balmaceda, a través de la siembra de ostras y ostiones, Jesús Rodríguez, representante de la SEREMI del Medio Ambiente de Aysén, destacó el piloto llevado a cabo en el Área de Conservación de Múltiples Usos (ACMU) Pitipalena – Añihué.
Rodríguez subrayó que «esto es posible gracias a que el área protegida cuenta con pequeñas concesiones que permiten a los habitantes locales realizar una extracción regulada y conservada de semillas y el cultivo de recursos bentónicos, lo cual contribuye a fortalecer las actividades comerciales de la comunidad y la economía local«.
Luego se analizarán los resultados y se evaluará la posibilidad de una nueva siembra, así como la incorporación de otras especies de interés de los productores locales.