Entre enero y septiembre se exportaron 429 mil toneladas de productos pesqueros por 1.494 millones de dólares. El calamar impulsó el crecimiento de las ventas externas, mientras el langostino y la merluza mostraron fuertes retrocesos.
El informe de coyuntura de septiembre elaborado por la Dirección de Planificación Pesquera muestra datos oficiales que, entre enero y septiembre, Argentina exportó 429.629 toneladas de productos pesqueros por 1.494 millones de dólares, lo que representa una suba del 2,8% en volumen, aunque una leve baja del 0,8% en divisas frente al mismo período de 2024.
El resultado refleja dos dinámicas contrapuestas: la fuerte recuperación del calamar illex, que aportó ingresos adicionales por más de 170 millones de dólares, y la profunda caída del langostino entero, que recortó casi 185 millones de dólares respecto al año pasado.
Langostino: menos volumen, precios en alza, menor recaudación
El langostino (Pleoticus muelleri), principal producto de exportación del sector, acumuló 82.497 toneladas por un valor total de 585 millones de dólares, lo que implica una caída del 30,7% en volumen y del 23,3% en valor interanual.
El segmento más afectado fue el del langostino entero, que registró una baja del 53% en toneladas y del 45,6% en ingresos. Pese a ello, los precios promedio subieron un 16%, alcanzando los 6.553 dólares por tonelada, impulsados por la escasez de oferta.
Las colas de langostino, abastecidas mayormente por la flota fresquera, mostraron un leve repunte del 3,5% en volumen, pero los valores en dólares crecieron apenas 1,8%, debido a una baja del 1,6% en el precio promedio internacional.
China y Perú continúan como los principales destinos, aunque ambos mercados registraron descensos de precios. En cambio, Estados Unidos y Reino Unido sostuvieron precios más altos, superando los 10.000 dólares por tonelada, aunque con volúmenes reducidos.
Calamar: el protagonista del año
El calamar illex argentinus fue el gran protagonista del comercio exterior pesquero argentino en 2025. Con 189.655 toneladas exportadas, generó 537,8 millones de dólares, lo que representa un aumento del 47,9% en valor y del 32,6% en volumen respecto al año anterior.
El precio promedio se incrementó un 11,5%, alcanzando los 2.835 dólares por tonelada. China se consolidó como principal comprador, absorbiendo más de 120 mil toneladas, mientras que Tailandia y España completaron el podio.
Este repunte compensó parcialmente la baja del langostino y fue clave para sostener el superávit comercial del sector, que sigue superando los 1.300 millones de dólares acumulados en el año.
Merluza: demanda estable con precios dispares
En el caso de la merluza hubbsi, las exportaciones totalizaron 83.303 toneladas por 213 millones de dólares, lo que supone una baja del 3,9% en volumen y del 2,4% en valor.
Los filetes congelados mostraron una caída del 6,6%, aunque el precio promedio aumentó levemente hasta 3.222 dólares por tonelada, gracias a la demanda sostenida de España, que volvió a ser el principal destino. Brasil, en cambio, redujo sus compras en un 9,5%, mientras que Estados Unidos y Polonia mostraron una tendencia descendente.
La merluza entera mantuvo su estabilidad en volumen, con 35 mil toneladas exportadas, y un incremento del 8,6% en precios, lo que permitió un ingreso de 58 millones de dólares.
La merluza negra (Dissostichus eleginoides) registró un crecimiento del 28% en volumen exportado, con 971 toneladas que generaron 29 millones de dólares, un 7% menos que en 2024 debido a la retracción de precios.
En contrapartida, la centolla (Lithodes santolla) volvió a mostrar una tendencia negativa: el volumen cayó un 64% y la recaudación un 66%, acumulando apenas 7,7 millones de dólares. La contracción del mercado chino fue determinante, pese al leve aumento de demanda desde Estados Unidos.
El desempeño exportador del sector pesquero argentino en 2025 refleja un año de contrastes. Mientras el calamar logró sostener la entrada de divisas y el dinamismo industrial, el langostino —tradicional generador de ingresos— atravesó una temporada irregular y con precios en recuperación.
Con el tipo de cambio en alza y una demanda internacional más selectiva, el desafío hacia fin de año será recuperar el equilibrio entre volumen, valor y destino de exportaciones, apostando a la diversificación y al agregado de valor en origen, licuado en dólares el costo de la mano de obra por estos últimos meses; mejorando la ecuación de rentabilidad para las empresas y mostrando un proyectado anual que podría alcanzar los U$S 2000 millones.
